Encuestas de Madero y Cordero

Poder legislativo
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Si el proceso electoral interno del Partido Acción Nacional se decidiera por el resultado de las encuestas, el ganador indiscutible sería el senador con licencia Ernesto Cordero.

El detalle es que las encuestas generalmente se hacen al gusto y para satisfacer al cliente pero no garantizan el triunfo.

Sus resultados terminan por distanciarse de las cifras reales, de los números que arrojan las boletas emitidas en urnas.

El episodio Madero-Cordero no sería la excepción.

Una vez que se conozca el resultado del 18 de mayo, las empresas “especializadas” levantarán su tienda, se marcharán en silencio y con los bolsillos abultados o asomando los billetes.

Argumentarán, como de costumbre, para justificarse, que su estudio solo fue una fotografía del momento, lo que hubiera sucedido de realizarse la elección en ese día o en esas semanas que se contestaron cuestionarios.

Cómoda y pragmática excusa.

El precio de cada una de las encuestas va de los 200 mil a 600 mil pesos, dependiendo del método, cobertura, domiciliaria o por teléfono, número de encuestados, una ciudad, regional o nacional. Según lo que esté dispuesto a pagar el candidato o su equipo de campaña.

Si Ernesto Cordero se la quiere creer, de que va adelante por amplio margen, puede dormir tranquilo, pregonar en sus reuniones que es la historia de una victoria anunciada. Las cuentas alegres de las encuestas le dan una ventaja de diez y hasta 20 puntos.

Curioso, la empresa Parametría fue Cordero con el 67 % por 33 % del otro.

 la transmisiridad tiene la metodologotas le dan una amplia ventaja. Diez y hast  trabajó para los dos bandos, primero con Cordero quien obtuvo una opinión positiva del 88 % de los encuestados por 55 % de su adversario. Después el cliente fue Madero y ganó Madero, aunque apenas por tres puntos. Repunte aparatoso y complejo de explicar por el corto tiempo en que fue alcanzado.

La magia de las encuestas.

MAS Consulting Group evaluó el debate entre los candidatos, a pesar de que hubo deficiencias en la transmisión. Lo hizo a petición de Cordero. El “ganador” fue el senador con el 67 % por 33 % del otro.

En Aguascalientes la empresa Varela y asociados hizo su encuesta con el mismo patrocinio. Resultó Ernesto con el 62 % de las preferencias y el contrario apenas 38 %.

Las encuestadoras  Arcop, Giménez y Covarrubias y asociados también le dieron la ventaja a Cordero. La primera 56% por 44 %. La  segunda 56 % por 44 %. Y la tercera  53 % por 40 %.

En ese contexto, Madero está noqueado, porque nada más en tres encuestas ha salido con ventaja. La que ya mencionamos con reducido margen de tres puntos,  una realizada en la ciudad de México que lo ubicó en primer lugar con 61 % por 39 %  y la del grupo Reforma (periódico) 48 % por 37 %.

Sin embargo, la última palabra de esta competencia no está dicha, falta el voto de los militantes. Por primera vez, a diferencia de anteriores procesos internos en que decidían alrededor de 360 delegados, ahora el veredicto corresponde a más de 217 mil panistas.

Quienes ya ganaron son las empresas encuestadoras. Si el precio más bajo de una encuesta es de 200 mil pesos, el total de cinco sería un millón de pesos, aunque en este caso, por tratarse de un estudio sobre la disputa por la presidencia nacional del PAN, todo indica que la tarifa fue mayor.

Ya veremos el tamaño del error o acierto de las encuestadoras mexicanas. Ojalá que Cordero haya pedido garantía, para que le devuelvan parte de lo pagado si el resultado le es adverso.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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