La mentada de Felipe Calderón

Poder legislativo
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-¡Chinga tu madre!.

-¡Chinga la tuya!.

Felipe Calderón era diputado federal, coordinador de la bancada panista. No le había gustado una nota sobre sus declaraciones en el diario La Jornada. Su tez morena había subido de color, ennegrecido por lo enchilado que estaba por el encabezado del periódico en primera plana.

Lo vi caminar a toda prisa en medio de las curules o asientos del palacio legislativo de San Lázaro.

Iba directo a encontrarse con el periodista Oscar Camacho, quien llegaba al salón plenario que estaba prácticamente vacío. Faltaba más de una hora para que empezara la sesión.

Calderón parecía que lo estaba esperando.

Por lo decidido que avanzaba, supuse que algo sucedería y me aproximé a ese choque de trenes.

Oscar había entrado por una de las puertas laterales, iba tranquilo, relajado, sin imaginar lo que le esperaba.

Apenas lo tuvo enfrente, se soltó el reclamo de Calderón con voz nada amigable y mucho menos educada.

“Face to face”.

-Está mal la nota, está equivocada, no es lo que dije –agitaba sus manos al mismo tiempo para enfatizar sus palabras.

-Déjame explicarte –reaccionó en tono suave Camacho.

-¡Chinga tu madre!

La cara de Oscar fue de sorpresa, pero no se tardó en responder.

-¡Chinga la tuya!

Yo estaba a metro y medio. Ninguno de los dos se percató de mi presencia en ese momento.

Los vi enardecidos.

Creí que llegarían a los golpes.

-La cabeza o el título no la hago yo. Si lees el texto completo, es lo que tu dijiste.

Calderón asintió, admitió que la redacción o desarrollo de la nota era correcta. Con lo que no estaba de acuerdo era con el titular.

Vinieron las explicaciones del periodista.

Calderón entendió que los encabezados no los hacen los reporteros sino los jefes de la mesa editorial que valoran contenidos.

Se calmaron los ánimos.

Ambos pueden confirmar lo que aquí les cuento.

Un incidente que ponía en evidencia la piel delgada del político y su actitud arrebatada, sin tomarse tiempo para investigar primero antes de sacar conclusiones y lanzar improperios.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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