René Casados derrocha simpatía con el personaje de Claudio. Sufre porque no tiene todo el tiempo y a su disposición a su mujer, pero termina por entender que Laura Flores, en su papel de Sofía, ejerce su derecho a desarrollarse profesionalmente. El mensaje de la obra Soy Mujer, soy invencible y estoy exhausta consigue ser directo como en el libro del mismo título de Gaby Vargas: equilibrio. Derecho a consumar aspiraciones personales en el terreno laboral sin renunciar a la familia.
Eugenia Cauduro también cumple al interpretar a Carla, la mujer obsesionada con el trabajo. Rostro endurecido por el rompimiento sentimental con su pareja, que trata de reponer entregada de tiempo completo a su empresa.
Un actor y dos actrices, que con experiencia, movimiento escénico y dicción pulcra dan vida al objetivo que busca el texto de la afamada, inteligente y apreciada escritora.
Casados con sus movimientos y desplantes logra la hilaridad del público. Muy lejos de la seriedad que refleja su voz cuando hace comentarios políticos en el programa radiofónico de Joaquín López Dóriga, aunque no desaprovecha el momento propicio para lanzar un dardo envenenado a la figura de la maestra Elba Esther Gordillo.
Laura con su rostro dulce y esbeltez atrapa la atención del espectador. Eugenia impone desde que pisa el escenario, queda claro que ella es la jefa y la que manda.
Un trío acoplado y a la medida del texto de Gaby.
La obra en el teatro Polyforum de la colonia Nápoles en la ciudad de México.
La simpatía de René Casados
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