Cualquiera pudiera decir que ha decaído el ánimo de migrantes para viajar a los Estados Unidos, indocumentados, sin papeles que les autoricen internarse en suelo ajeno.
Lógico suponer que el anuncio del muro y la aplicación de medidas antimigratorias, provocan por lo menos temor, miedo adicional a lo que significa quedarse en el camino por un accidente, pelearse con el “coyote” (el que trafica con humanos) o ser detenido y deportado.
La embestida del nuevo gobierno sería como una inyección de oxígeno para todas las autoridades responsables de evitar la filtración ilegal, actuar con mayor energía y eficacia en ese propósito.
Diría que desde la toma de posesión de Donald Trump, el migrante lo piensa dos veces antes de emprender el recorrido hacia el norte, la disyuntiva entre quedarse en casa en paz o retar al peligro y jugársela por el sueño americano, con la carga extra que ahora tiene la aventura.
Me ha dejado sin habla el entusiasmo de un michoacano porque dos de sus nietos ya cruzaron la frontera. Orgulloso, satisfecho de que han conseguido vencer obstáculos para quedarse en los Estados Unidos con algunos vecinos y amigos del pueblo, en tanto encuentran trabajo. No le van a quitar a nadie su empleo, simplemente harán lo que muchos no quieren hacer en el campo, en la jardinería, plomería, servicio doméstico, en la cocina o como meseros en restaurantes de comida rápida.
El abuelo está dedicado a la venta de agua de coco en la vía pública, en la parte trasera de una camioneta que estaciona todos los días en el mismo sitio, desde hace más de 15 años. Lo que gana le ha permitido darle alimentación y educación básica a sus hijos.
Los nietos lo ayudaron varias temporadas vacacionales en la venta. “Aquí los tuve, muy pequeñitos, ahora están más altos que yo. Allá van a ganar dinero y regresarán cuando tengan suficiente para construir una casa”.
-¿Y por qué no se quedaron aquí, a trabajar, como usted?
-No, lo de aquí no alcanza.
Con la cabeza levantada, erguido, con 70 años de edad, 1.75 m. de estatura, la mirada puesta en un punto incierto, quizás en su mente la imagen de los nietos con los bolsillos llenos de dólares, suspira profundo. Ojos iluminados y una marcada sonrisa en su rostro.
Evidentemente está orgulloso, seguro de que sus nietos vencerán cualquier adversidad. En el camino de una vida mejor. Ilusionados, a pesar de las complicaciones. Sin duda, para ellos es más importante luchar por mejorar su vida e ingreso, conseguir un patrimonio y superar las limitaciones de quien solo se dedica a vender agua de coco en la vía pública.
La ambición por el sueño americano está por encima de temores y medidas antimigrantes.
¿Temor a Trump y al muro?
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