Poder legislativo
Mario Delgado, coordinador del Grupo Parlamentario Morena en la Cámara de Diputados, quiere la presidencia de su partido. Seguro ha recibido luz verde de ya saben quien. No se expondría a ser derrotado y regresar como perdedor al recinto de San Lázaro.
La mayoría de los diputados han decidido apoyarlo. Integraron un equipo para reforzar el Movimiento de Regeneración Nacional, mantener la supremacía legislativa en las elecciones intermedias y prepararse para la competencia presidencial del 2024. Lo de Mario no es una acción aislada, tiene estrategia de mediano y largo plazo de un equipo.
Sus competidores por la presidencia de Morena son Bertha Luján, Alejandro Rojas y Yeidckol Polevnsky.
Bertha, originaria de Chihuahua, fue titular de la Contraloría en el Distrito Federal durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, especialista en temas laborales y diputada constituyente en la Ciudad de México. Es presidenta del Consejo Nacional de Morena. Madre de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde.
Alejandro Rojas tiene larga carrera política. Empezó en las filas juveniles del PRI y se significó por antisalinista. Ha sido diputado de la asamblea legislativa del Distrito Federal, fundador del Partido Centro Democrático con Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard y secretario de turismo en el gobierno de Ebrard en la CDMX. Después, coordinador de asesores de Ricardo Monreal en el Senado. Trae pleito público con Yeidckol.
Yeidckol Polvenski, controvertida empresaria y política. Su nombre original es Citlali Ibáñez Camacho; por conflictos familiares su madre se lo cambió. Ha competido sin éxito por la gubernatura del estado de México. Ha sido senadora y trabajó como coordinadora de redes sociales en la pasada campaña presidencial. Abierta simpatizante de gobiernos socialistas. Justificó la prolongación del mandato de gobierno en Baja California. Como dirigente interina, no ha encontrado la forma de cohesionar a Morena.
Mario Delgado tiene maestría en Economía por la Universidad de Essex, Inglaterra. Ha ocupado diversos cargos en la Ciudad de México, desde secretario de Seguridad Pública hasta secretario de Finanzas. Ha sido senador. Identificado políticamente con Ebrard. Coordinador del grupo parlamentario Morena en la Cámara de Diputados.
¿Y quién se va a quedar en la coordinación legislativa en caso de concretarse el ascenso a la dirigencia de su partido?
Sería mano Tatiana Clouthier, pero por los mismos motivos que no quiso ser subsecretaria de Gobernación ni coordinadora de su grupo desde el comienzo de la actual legislatura, se sabe que ha vuelto a rechazar la propuesta.
Dolores Padierna ya intentó sin éxito ser coordinadora. Sigue interesada, nada más que no ha conseguido el consenso de sus compañeros.
Pablo Gómez tiene amplia carrera legislativa, ha sido varias veces diputado, senador, asambleísta. Uno de los líderes del movimiento estudiantil del 68. Dirigente del Partido Socialista Unificado de México. Dedicado a la asesoría, reconocido por su experiencia e inteligencia. Preside el Comité de Decanos de la Cámara de Diputados.
Porfirio Muñoz Ledo sería feliz si sigue como presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados. La coordinación, en estos tiempos, no está en sus planes.
Alfonso Ramírez Cuellar preside la comisión de Presupuesto y es una comisión que no se puede desatender ni cualquiera la puede llevar.
Sergio Gutiérrez Luna, abogado, ha crecido en Morena al lado de Horacio Duarte, quien ahora se desempeña como subsecretario de Empleo en la Secretaría del Trabajo. Coordinador de asesores en el Senado en la LVIII legislatura, representante electoral de Morena en el Estado de México, actual coordinador de los Trabajos para la Reforma del Estado y Electoral. Se ha convertido en serio prospecto para ocupar la coordinación.
He escuchado a consejeros electorales de distintos estados, integrantes de los llamados Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs) y llegó a la conclusión de que sería un error eliminar o desaparecer estos instrumentos destinados a organizar elecciones.
Están conscientes los consejeros en que deben ser más austeros y perfeccionar su operación; así se lo dijeron al morenista Sergio Gutiérrez Luna, quien en la Cámara de Diputados encabeza la operación legislativa para llevar a cabo una nueva reforma electoral.
Con esa misma claridad también el diputado Gutiérrez les habló de excesos en el gasto, en particular con las cuatro empresas proveedoras del material electoral, porque son las mismas que se ponen de acuerdo para ganar licitaciones y fijar precios ventajosos.
Hay consenso en que el presupuesto no puede ni debe ser igual para los 32 OPLEs, porque las entidades no son iguales, unas están más comunicadas que otras y varían en su tamaño. No es lo mismo Chihuahua o Durango que Tlaxcala, Puebla, Veracruz o Chiapas.
Cada entidad tiene una geografía distinta; lo que se debe tomar en cuenta a la hora de calcular el gasto. Bien lo decía la consejera de Durango, hay sitios en el estado a los que solo se puede llegar en avioneta. Inaccesibles hasta para animales de carga, porque no hay caminos.
Y si lo que preocupa es que gobernadores controlen el presupuesto de organismos electorales, entonces que los legisladores etiqueten los recursos, para que nadie les de uso partidista con fines manipuladores.
La representación de Guanajuato plantearía variar el número de consejeros, también dependiendo del estado y su tamaño; propuesta que los diputados miraron con acierto.
Coincidieron diputados y consejeros en cuidar los procesos electorales y no ponerlos en riesgo por ahorrarse uno pesos.
La idea del diputado Gutiérrez Luna de escuchar a todos los actores ha sido afortunada, para que se actúe con conocimiento, sin atentar contra lo que funciona o puede ser perfeccionado.
También es correcto aprovechar la experiencia del personal, gente que se ha especializado y merece seguir en la tarea electoral. Sería un desatino correr trabajadores con el argumento de la austeridad y sin hacer el diagnóstico obligado para estos casos.
Seguro que hay áreas que pueden ser comprimidas, como la que tiene que ver con los residentes en el extranjero y aquellas que duplican acciones que realiza el Instituto Nacional Electoral (INE) y que pueden aprovechar o simpificar, por ejemplo, las que tienen que ver con sistemas y tecnología.
No lo expresaron los consejeros, pero existen voces que hablan hasta de eliminar el presupuesto a los partidos locales y que dependan en lo económico únicamente de sus directivas nacionales; complicado en el caso de que el partido local no tenga alcance nacional.
En síntesis, sí hay forma de ser más austeros, sin que se eche a la basura lo que funciona y, los OPLEs han demostrado que funcionan.
En la política no hay casualidades. Lo saben políticos y políticas. El pasado 8 de junio, en Tijuana, el padre Alejandro Solalinde fue uno de los oradores en el acto que encabezó el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre los resultados de las negociaciones de México con Estados Unidos, en materia comercial-migración.
Solalinde, al final de su intervención, soltó una expresión que quizás para muchos pasó desapercibida.
Los medios, en general, de plano, ignoraron lo dicho por el defensor de derechos humanos, católico y activista de sotana. Nadie lo registró al día siguiente en los diarios impresos, digitales, ni en la radio y mucho menos en la televisión. Pasó de largo ese mensaje, porque no era tema del momento. Sin embargo, no hay que perder de vista que Solalinde es uno de los personajes influyentes en la 4ª. Transformación y cercano al presidente.
Sus palabras finales del discurso en Tijuana fueron:
“Yo no estoy ventaneando a nadie, pero yo creo que estamos muy cerca de tener, quizá, la primera mujer presidenta, nacional. Ojalá que así sea”.
¿Será la voz de un profeta?
¿En quién o quiénes estaría o está pensando el padre Solalinde?
Tiene claro que la mayoría en México son mujeres y que ahora hay una reforma constitucional que les da la mitad de los cargos públicos, con el argumento de la paridad de género.
La diputada Wendy Briceño Zuloaga, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, originaria de Sonora, con maestría en estudios de género y procesos políticos, licenciada en Ciencias de la Comunicación, dio cuatro nombres de mujeres del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que en su opinión tienen el perfil para aspirar en el 2024 a la presidencia de la República. Cualquiera de las cuatro podría convertirse en candidata presidencial.
Se trata de:
1.-Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno en la Ciudad de México.
2.-Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación.
3.-Tatiana Clouthier Carrillo, diputada federal.
4.-Martha Lucía Micher Camarena, senadora
Las citó en ese orden y a las cuatro les ve cualidades y méritos para competir por la candidatura presidencial. Habló de que hay muchas más, pero por nombre y apellido solo mencionó a ellas.
Hay quien dirá que todavía es demasiado temprano para tocar el tema, aunque otros y desde hace mucho pregonan que la carrera presidencial arranca el mismo día que empieza el sexenio.
Lo innegable es que el padre Solalinde ve “muy cerca” la llegada de una mujer a Palacio Nacional.
Y te cuento esto justo en el marco del primer año del triunfo de Morena.
Además, te doy el dato que la que tiene más seguidores en Twitter es Claudia con 646 mil; le sigue Tatiana con 622 mil; Olga, 279 mil; y Malú, 17 mil 400.
Lo que te cuento en esta Semana Santa es una historia real, documentada, conocida de primera mano, episodio de crucifixión, de revictimización, lección de vida que obliga a reflexionar.
Como reportero de Radio Mil, cuando empezaba mi carrera periodística en el Distrito Federal, ahora Ciudad de México, hice cobertura en el Senado. Ahí tuve oportunidad de tratar al senador por Campeche, Renato Sales Gasque (QEPD). Gente respetuosa, seria, honorable. Sereno y ceremonioso, cuidadoso de las palabras. Una expresión muy suya, que le escuché en varias ocasiones: “hay tiempos para hablar y tiempos de guardar silencio”. Hablaba cuando era necesario y procuraba ser puntual. Buen orador. Claro, preciso, sin rollos, quizás porque su perfil era más de jurista que de político. Sobresalía la trayectoria en el Poder Judicial. Intentó ser gobernador de su estado pero no consiguió ni la candidatura de su partido. Evidente, no era político-político.
Sin embargo, sí una persona sensata, equilibrada, juiciosa. No le recuerdo ningún exabrupto, me consta en su etapa de legislador. En su paso por tribunales y procuradurías, tampoco dejó huella de escándalos, por el contrario, de gente respetuosa, que hacía su trabajo y cumplía. Estaba en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal de Justicia cuando se cometió el asesinato del periodista Manuel Buendía. Supo coordinarse con el entonces procurador General de la República, Ignacio Morales Lechuga, para aclarar este caso.
Prudente, medido y estudioso. Evitó las precipitaciones. Tranquilo como la mayoría de los campechanos. En diversas ocasiones tuve oportunidad de platicar y entrevistar al senador. Sabía escuchar y responder con argumentos, sobre todo en materia jurídica, su especialidad.
Su hijo, Renato Sales Heredia es el Comisionado Nacional de Seguridad, relevó en el cargo a Monte Alejandro Rubido García, quien como es sabido ya está de vuelta en la Secretaría de Gobernación. Tuvo que dejar la CNS por la fuga de Joaquín Guzmán Loera del Altiplano. Antes de Rubido, trabajó en la comisión el doctor Manuel Mondragón y Kalb.
El doctor Mondragón aceptó la Recomendación 27/2013 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre un acto de tortura. Testimonio incontrovertible de que se cometió grave abuso de fuerza. Derivado de ese hecho, la víctima demandó a la CNS.
Llevó el caso al Tribunal Federal de Justicia Administrativa (expediente 8990/15-17-02-1), donde la CNS ha intentando evadir su responsabilidad, primero al tratar de evitar pagar indemnización, segundo al querer desacreditar al afectado y tercero al practicar doble prueba pericial psicológica, sin importarle el daño a la víctima y a su familia.
En este caso han faltado la prudencia, la sensatez y la honestidad que caracterizaron al extinto Renato Sales Gasque para que, sin dilaciones, se le haga justicia a quien ha sido víctima de tortura y ahora revictimizado.
Cuando alguno de sus órganos falla, el pleno de la Cámara de Diputados o del Senado, empieza a mostrar mala cara, hace gestos y tiene dificultades para respirar, a la vista de muchos, de quienes asisten al recinto legislativo y de los que observan la transmisión por el Canal del Congreso.
El pleno cameral es el rostro y ahí se refleja cualquier desarmonía o disfunción interna. Lo que no debería suceder si se supone que los legisladores son gente que tiene experiencia política y cuentan con asesores especializados para atender y entender temas técnicos.
Valga la analogía con el cuerpo humano. La junta de coordinación política, donde están los coordinadores que representan a las diferentes bancadas, sería el corazón, parte medular de la operación legislativa. Los comisiones funcionarían como los pulmones.
Si las comisiones no hacen correctamente su trabajo, por supuesto que las consecuencias se van a reflejar en el rostro, en el pleno. Ocurre, en ambas cámaras, sobre todo cuando estrenan legisladores y peor si estos llegaron al Congreso no por sus conocimientos sino por otros intereses.
Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, y Mario Delgado, coordinador de la fracción mayoritaria que representa a Morena, han sufrido protestas de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). El trabajo en comisiones, en las comisiones de Educación y de Puntos Constitucionales, ha sido defectuoso. No han sabido conciliar la nueva reforma educativa.
Cuando un dictamen sale de comisiones, es de esperarse que ya esté “planchado”, con los acuerdos suficientes para que sin problema sea aprobado en el pleno cameral.
En el Senado Martí Batres, presidente de la Mesa Directiva, y Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena, pasaron apuros para que recibiera primera lectura el dictamen sobre la Estrategia Nacional de Seguridad. Y el problema no lo crearon ni Martí ni Ricardo.
Se armó discusión de mas de dos horas en el salón de sesiones porque el dictamen tenía inconsistencias; había sido aprobado en esos términos en la Comisión de Seguridad Pública e igual publicado en la gaceta legislativa. El error no era de Batres ni de Monreal, sino del desaseo de la presidencia de la citada comisión, por desatención o inexperiencia.
Ningún diputado ni senador debe perder de vista que lo mal hecho en comisiones, los hace caer en el ridículo o tragar sapos en el pleno, en perjuicio del trabajo legislativo y la imagen del Congreso.
Semanas atrás el coordinador de la bancada del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el Senado, Ricardo Monreal, levantó polvo con su anuncio de que se legislaría para terminar con el abuso que existe en cobro de comisiones bancarias en México.
Provocó inquietud entre dueños de bancos y hasta temores por supuestos o reales movimientos en el mercado financiero. Monreal se vio obligado a bajarle a su ímpetu justiciero, porque hubo otras voces dentro de su mismo partido que encendieron focos rojos.
Quienes tienen alguna inversión o tarjetas de crédito o cualquier otro servicio bancario, saben, porque lo han padecido, el abuso que existe en instituciones de este tipo en México.
Cuando un cuentahabiente me enseñó su estado de cuenta de que le estaban cobrando “CUOTA DE NO USO” de su tarjeta de crédito, me parecía increíble, exagerado, abusivo.
Se trata del Banco Santander, de origen español. Siguiendo la pauta del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, con respecto a lo que sucedió hace 500 años en nuestro país, dicha institución, por lo que hace en estos tiempos, tendría que ofrecerle disculpa al cuentahabiente.
Ahora resulta que por no usar sus servicios, también tienes que pagar y, además, sumarle el 16 por ciento del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Es decir, que si tu tienes tarjetas de varios bancos y no usas la de Banco Santander, te va a castigar con una cuota.
La “cuota de no uso” de tarjeta de crédito en este banco, correspondiente al mes de marzo de 2019, es de 115.40 pesos. Más 18.40 por concepto de IVA. Total 133.40 pesos.
Quizás para muchos la cifra sea menor, pero el hecho es un evidente abuso. Seguramente en alguna parte de la normatividad aplicada por el banco, existe la excusa para ese cobro, lo que no le quitaría lo inmoral y desmedido. Es un abuso de los que habla el senador Monreal.
Es una prueba de que el anuncio del senador morenista no es equivocado ni disparatado. Hace falta revisión en esta materia y garantizar que las comisiones de los bancos sean justas.
¿Qué se puede esperar del caso que te platico?
Lo más probable es que el cuentahabiente pague los 133.40 pesos y cancele la tarjeta de crédito de banco Santander. Lo ideal es que el banco se disculpara y le devolviera su dinero al usuario.
Esta es la historia de un empleado de la Cámara de Diputados y un vendedor de masa. Abel Reyes Mantilla tiene más de 20 años de laborar en el poder legislativo. Ramón Olvera Cortés también tiene más de 20 años de trabajar pero en un molino de maíz.
Abel trae camiseta con el logo del cocodrilo del lado del corazón; todavía conserva su color obispo. Ramón luce camiseta con la marca Southpole en letras grandes, desgastada por el tiempo y las lavadas. Ninguno de los dos dudó en tomarse la foto. El primero con los labios apretados y el segundo mostrando su alineada dentadura y un bigote que deja descubierto algunos puntos de su piel.
Se conocen desde hace dos décadas.
El primero vive en la colonia Nápoles y el segundo trabaja en la misma colonia.
Abel, en sábado, salió de su casa por la masa y las tortillas. Hizo una escala porque se topó en el camino con el autor de este texto.
Estaba apurado, era la hora de la comida en su casa. Para no perder el encuentro ni la plática, sugirió le acompañara por la masa y las tortillas.
Accedí, aunque no entendía porqué las dos cosas, me parecía que era suficiente con una. Pronto aclaró que la masa era un gusto personal, “para el atolito y hacer tortillas en casa, sacarlas del comal y comerlas con un quesito de Zacatecas”.
Además, no era cualquier masa, sino del molino El Rojito, en diminutivo para que nadie vaya a creer que copió el nombre del parisino Le Moulin Rouge. La verdad, nada tiene que ver el viejo cabaré con la masa.
Ramón no descansa ni domingos ni días festivos. 20 años ininterrumpidos. Vende la masa a vecinos y restaurantes. Empieza desde las seis de la mañana; presume de su maíz bien lavado, de la calidad del producto.
Con el ruido del molino ni el saludo de Abel escuchó, sólo volteó y sonrió. Amasaba con sus dos manos, como si fuera una plastilina. Cortó un trozo y la llevó al mostrador para envolverla.
Su cachucha de color rojo por lo de “Rojito”.
Abel tuvo como primer jefe a Blas Chumacero (qepd), líder y legislador obrero, de la generación de Don Fidel Velázquez. Fue su asistente, lo recuerda con afecto y reconocimiento.
Hasta la fecha sigue trabajando en la Cámara de Diputados, en la bancada del sector obrero.
Así como se esmeró en presentarnos al molinero, también nos llevó al parque Esparza Oteo. Se quejó de que hace un año le cortaron el agua, a pesar de que era reciclada. Y que por eso se acabó el pasto, dejó de regarse. Nunca entendió esa decisión de la autoridad delegacional.
Se da cuenta que se ha tardado con el mandado, corta la plática, se despide y se va a paso veloz con su masa y sus tortillas.
Tatiana Clouthier ha dado muestras de que es hija del “Maquío”, que camina en la política con la energía e ímpetu de su padre, que no le da vueltas a los temas y llama a las cosas por su nombre.
Como periodista, conocí a su padre. Lo vi y escuché en diversas actividades. Era echado para adelante. Lo recuerdo en su huelga de hambre, instalado en su tienda de campaña cerca del Ángel de la Independencia. Hombre de familia, numerosa. Gente de palabra.
Político de frases. Tatuó en la historia la expresión: “Esto ya no lo para nadie”, en relación con la inercia de su lucha a favor de la democracia. Lo único que a él lo detuvo fue el accidente carretero que le quitó la vida. También recuerdo la frase en uno de sus discursos sobre como sería su personalidad en caso de ganar las elecciones en 1988 y tomar posesión como presidente de la República: “nunca más volverá a ser un Dios”.
Evidentemente a él le parecía que quienes hasta entonces habían gobernado lo hacían como si fueran una imagen divina, sin contrapesos, con poderes irrebatibles e irrefrenables.
Tatiana tuvo seguramente al que considera su mejor maestro en la política: su padre. Por eso no debe sorprender que haya renunciado al PAN cuando observó que se había desviado de los ideales que le dieron origen. Tampoco que haya decidido sumarse a la campaña y candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Mucho menos al aceptar ser la coordinadora de la campaña de la alianza de partidos que ganó la elección presidencial.
Hay que recordar que su padre, personaje de una pieza, no dudó en caminar del brazo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y de la misma Rosario Ibarra de Piedra, políticos de izquierda, cuando se trató de reclamar el comportamiento de la autoridad electoral en 1988.
Por eso tampoco debe sorprender la declaración de Tatiana que cuestionó el nombramiento de Manuel Bartlett en la dirección de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Hija de tigre...
Ahora su decisión de renunciar a la invitación de López Obrador para ocupar la subsecretaría de Participación Ciudadana, Democracia Participativa y Organizaciones Civiles en la Secretaría de Gobernación. Está muy lejos de ser la fractura del próximo nuevo gobierno. Declinó porque para ella, en este momento, es de la mayor importancia estar cerca de su familia, de su esposo, e hijos en etapa de crecimiento. Y como subsecretaria de la Segob, no iba a tener tiempo ni de tomarse un respiro. No olviden que para su padre, también estaba por delante la familia.
Nació en Sinaloa, ha hecho su vida en Nuevo León. Laboralmente, se concretará a la diputación federal. Tomen en cuenta que el poder legislativo no sesiona todo el año. Tiene períodos específicos.
Sin embargo, para cuando se cumplan los tiempos políticos, Tatiana estará en la lista para competir por la candidatura a la gubernatura de Nuevo León. Así que, como ella misma ha dicho, no hay que hacer novelas de las decisiones tomadas.
Se ha dicho y escrito tanto sobre la Cuarta Transformación que viene, que hay expectación por saber qué va a pasar realmente. Voces a favor y en contra desde el 1 de julio cuando 30 millones de mexicanos decidieron y votaron por la propuesta de Andrés Manuel López Obrador.
Hay incertidumbre en algunos, confianza en otros. El hecho es que el mandato empieza el 1 de diciembre, no antes. Hay quienes juzgan al tabasqueño como si ya se hubiera puesto la banda tricolor en el pecho. La gente quiere resultados y será razonable darle su tiempo al nuevo gobierno. Los problemas ancestrales del país no se van a resolver de la noche a la mañana. Andrés Manuel no tiene varita mágica, solo su voluntad y perseverancia. Tres años para demostrar que la transformación va, avanza. Se ha fijado ese plazo y ha puesto sobre la mesa la propuesta para hacer efectivo la revocación del mandato, en el supuesto de que no cumpla.
La oposición hará el mismo papel, criticar todo lo que diga y haga el gobierno. No advierto que pudiera asumir una estrategia diferente ahora que la representan panistas y priístas. Lo que importará serán los hechos y estos deberán ser la prioridad de gobernantes, no entrar en un juego de dimes y diretes.
Los puntos medulares tienen que ver con seguridad, economía y combate a la corrupción. Más ingresos en las casas, mayor poder adquisitivo y mejor distribución de la riqueza nacional. Caminar, transitar por las calles, viajar en transporte público, sin temor al asalto. Realizar trámites en cualquier institución pública sin tener que pagar comisión.
Todo traducido en calidad de vida. Si la sociedad percibe esa mejoría, la siente, entonces, cualquier campaña en contra de la Cuarta Transformación o acciones para desestabilizarla, caerán en el descrédito e inoperancia. Parece increíble que haya mexicanos que busquen e intenten que los planes fracasen, en vez de ser constructivos.
Esa frase de que si le va bien a México le va bien a todos, pareciera que solo lo dicen de dientes para fuera quienes están en la oposición y cacarean buenos deseos para los que llegan al poder.
Desgraciadamente han sido mexicanos los que se afanan en meterle zancadilla a mexicanos. Defecto cíclico cultural. Contribuir al fracaso para tirarlos del poder en vez de trabajar por el bienestar anhelado para la sociedad. Los que antes criticaban, ahora van a ser gobierno y los que van a dejar de ser gobierno, ahora critican.
La diferencia esta vez es el apoyo con que llega el nuevo gobierno, como ningún otro en mucho tiempo, con la fuerza necesaria para lograr el cambio. Es la oportunidad de oro para poner por delante, de verdad, los intereses de México, por encima de ambiciones insanas.
Tiene 85 años cumplidos y no está dispuesto a rendirse, quiere seguir hasta el límite de sus fuerzas. Hay quienes daban por hecho que cerraría su ciclo con la entrega de la banda presidencial el próximo 1 de diciembre al morenista número uno del país, Andrés Manuel López Obrador.
Argumentaban la edad, el supuesto cansancio, sobre todo que ya no puede desplazarse con la agilidad de sus mejores tiempos, debido a la caída que sufrió hace varios años y le fastidió la cadera. El desgaste físico no perdona, pero es indiscutible que está intacto su cerebro, cien por ciento lúcido, con una brillantez admirable. Es un maestro para cualquier otro político.
Conozco su trayectoria, sus altas y bajas, no ha estado exento de los desatinos y costos políticos. Sin embargo, el saldo está ampliamente a su favor. Quizás, porque lo he entrevistado y hemos platicado innumerables veces, el punto que le irrita y quisiera borrar de la historia es la versión de que recuperó para el PRI, como presidente de este partido, la gubernatura de Nayarit cuando la ganó el socialista Jorge Cruickshank García. Negociaron y al socialista le dieron un lugar en el Senado.
Después de sus batallas como legislador de oposición, cuando él solo se bastaba para poner en jaque a la mayoría priísta en el Senado, ganaba en la tribuna y perdía en la votación, dejé de verlo algunos años. Ocasionalmente nos encontrábamos en la calle, todavía no sufría la caída.
Lo volví a ver en el antiguo edificio del ayuntamiento de la Ciudad de México. Ahí se acordó una cita para que fuera entrevistado por TV Azteca, sobre documental relacionado con las elecciones de 1988. Ya era ayudado por asistente para ir de un lado a otro. Estaba inquieto porque temía que lo pudieran sorprender con alguna pregunta. “Ya no estoy para pleitos”, me dijo casi al oído. Le comenté que el trabajo de los compañeros del Ajusto era serio, profesional y no tenía nada de que preocuparse. Así fue.
Se oxigenó con Morena, el movimiento social y político de López Obrador lo revitalizó. Forma parte del equipo ganador. Regresó a la Cámara de Diputados y nadie se atrevió a objetar su ascenso, por segunda vez, a la presidencia de la mesa directiva. (la primera vez fue en 1997, como opositor). En esta ocasión es parte del partido que ha empezado a gobernar.
¿Y cómo se comporta ahora?
La respuesta de quienes están en su entorno, aliados y adversarios es que Porfirio Muñoz Ledo está convertido en estadista, con una sabiduría de la que hay que abrevar.
Nadie como Porfirio para poner en su lugar al impetuoso Gerardo Fernández Noroña. Le dio una lección de madurez política.
Más recientemente, otra pequeña muestra de su manejo político, sucedió el 31 de octubre pasado. Sus compañeros integrantes de la mesa directiva advertían que tendrían larga sesión. La Junta de Coordinación Política entregó una lista de temas a tratar, interminable. Lo importante era solo la discusión sobre el ejercicio presupuestal de 2016.
Porfirio, sin avisarle nada a nadie, apenas agotado el debate sobre el presupuesto, ya eran las cuatro de la tarde, dio por terminada la sesión. Y todos felices se fueron a sus festividades de los primeros días de noviembre. Mario Delgado, coordinador de la mayoría, le tiene gran respeto y ya se vio en la integración del equipo de prensa de la Cámara de Diputados.
El mismo Andrés Manuel López Obrador contó la anécdota, lo que le sucedió cuando ya iba en su automóvil camino al recinto legislativo de San Lázaro, a la ceremonia de toma de protesta como nuevo presidente de México. El comentario de un joven ciclista.
Contó que el muchacho se le emparejó para saludarlo y decirle “no tienes derecho a fallar”.
La expresión impactó a López Obrador. Lo hizo reflexionar y llevarla a la tribuna del Congreso de la Unión. Frase corta pero con un contenido que encierra la esperanza de millones de mexicanos. Sería demoledor por las condiciones en que se encuentra el país que hubiera otra decepción y fracaso. El mandatario entrante ha descrito y explicado con todo detalle la gravedad de los problemas, el deterioro causado y aprovechado por grupos de poder en sexenios anteriores, a los que ha decidido perdonar.
“No tienes derecho a fallar” es una frase que no solo debería aplicar para el actual presidente. También para los que ya se han ido. No tenían derecho a fallar y fallaron, a México. No lograron, no quisieron o no pudieron esos gobiernos darle una mejor vida a la mayoría, por el contrario, empeoraron la crisis económica de familias, minaron aspiraciones legítimas, básicas, fundamentales, a la salud, a la educación, a la seguridad. Por eso hartaron esas fuerzas insensibles y perdieron el poder como quizás nunca se imaginaron el pasado 1 de julio. Grupos políticos y económicos amalgamados por una ansiedad ilimitada de riqueza.
Dejaron el tiradero y ahora urge levantarlo. El mexicano, el que forma parte de las mayorías, quiere sentir que va hacia un mejor nivel de vida, pronto. Por eso el gobierno de López Obrador ha decidido ocuparse en lo prioritario, en lo que importa a la gente, en su bienestar. Revertir lo que ha ahondado la injusticia. No será fácil, hay resistencias.
Sin embargo, el nuevo gobierno llegó al poder con más de 30 millones de votos, con la fuerza para hacer los cambios anhelados. Tiene a la mano los instrumentos para avanzar en ese sentido, para ajustar la estructura nacional en diferentes niveles y enfocarla a lo prioritario.
Ya no podrá alegar, como lo hicieron otras administraciones, que los objetivos se frenaron en el poder legislativo. Los morenistas tienen el control de las cámaras federales y locales, el número suficiente para emprender los ajustes que permitan cumplirle al joven de la bicicleta.
Ha dicho bien Andrés Manuel López Obrador, al responderle a ese joven desde la tribuna legislativa del recinto de San Lázaro y con la banda presidencial en el pecho: “no tengo derecho a fallar”.