El próximo secretario de la Defensa Nacional (SEDENA) será militar y varón. No existe posibilidad de que un civil pueda llegar a ocupar el cargo; tampoco, al menos en la integración del gabinete del nuevo gobierno, podría ser mujer, porque todavía ninguna alcanza el grado de general de División, requisito para ascender a ese rango.
Nada más militares en la cúpula, aunque ya sabemos que, por ley, el presidente de la República, que es civil, está al frente y tiene el mando supremo de las fuerzas armadas.
En el caso de las mujeres, aún no hay una general de División, solo brigadier y de brigada y la de brigada no podría ascender a División antes de la toma de posesión de la presidenta.SUBSECRETARIO gabriel garcía rincón
La nueva presidenta tomará posesión el 1 de octubre y los ascensos en la milicia se concretan cada mes de noviembre.
Senadores y diputados, de todos los partidos, se pusieron de acuerdo para modificar y precisar el alcance del artículo 16 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Queda claro que “el alto mando del Ejército y Fuerza Aérea lo ejercerá la persona titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, el cual será un o una General de División en el servicio activo”.
Por lo tanto:
1.Como no hay una general de División, el próximo titular de la SEDENA será varón.
2.Quedan descartados los civiles para llegar a ese cargo.
3.Los generales de División retirados también están descartados.
Lo novedoso para la integración del nuevo equipo de gobierno es que, por primera vez en la historia de nuestro país, será mujer, como presidenta de México, quien elija al nuevo secretario de la Defensa Nacional.
Tendrá que evaluar trayectorias entre los generales de División y escoger al que considere idóneo para darle continuidad en la estructura militar al proyecto de la Cuarta Transformación (4T).
La presidenta, igual que los presidentes anteriores, no conoce a los generales de División, por lo que escucharía sugerencias del saliente Luis Cresencio Sandoval González, además de las opiniones de sus colaboradores sobre el perfil que se requiere.
Si se habla de “continuidad”, tendría que considerarse un perfil similar al del actual secretario, que comulgue con los criterios que ha mantenido y defendido la 4T en materia de seguridad.GENERAL RICARDO TREVILLA TREJO
¿Quién o quiénes?
Hasta ahora, entre la milicia se cita sobre todo el nombre del general de División, Celestino Ávila Astudillo. Se desempeña como “Comandante del Ejército Mexicano”, cargo creado en 2021 con el fin de hacer más efectiva la operatividad y logística de la institución. Celestino es el segundo en ocupar esa posición. Tiene amplia experiencia como comandante regional y de zona. Es “antigüedad” (de la misma generación) del actual secretario.
En segundo término, es mencionado el subsecretario Gabriel García Rincón, también con carrera militar impecable. Ha sido oficial mayor, comandante regional y de zona. En tercer lugar, el general de División Ricardo Trevilla Trejo, jefe del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional, distinguido por su facilidad para las relaciones públicas y contacto con medios de comunicación.
La nueva presidenta seleccionará no solo al general que será secretario de la Defensa Nacional, también al almirante que se desempeñará como titular de la Secretaría de Marina.

Según la mayoría de las encuestas, la elección presidencial está resuelta por la ventaja de dos dígitos de una de las candidatas.
No es el caso de la batalla por el control del poder legislativo.
Las cámaras de Diputados y Senadores son claves para el ansiado contrapeso al que aspira la alianza opositora.
Morena y sus aliados suspiran por alcanzar la mayoría calificada, el número suficiente de curules y escaños para sacar adelante su reforma constitucional, sin necesidad de negociar con la oposición.
Cualquiera de los dos escenarios, depende de las candidatas presidenciales, de lo que hagan o dejen de hacer en la recta final de sus campañas. Ambas, por la proyección nacional que tienen sus actividades, aumentarían o disminuirían el grado de aceptación de sus compañeros y compañeros en los 300 distritos electorales y en los 32 estados.
Ya hay señales de alarma en la oposición porque Xóchilt está muy lejos de remontar a su adversaria.
De hecho, desde que arrancó la competencia, se dio cuenta de que su candidata estaba en desventaja. La nominación surgió de última hora ante la falta de cuadros idóneos. Lo peor es que Xóchitl aceptó entrarle a la competencia sin tener equipo humano para ello. Se entregó a los intereses de los partidos que decidieron postularla.
Nunca han sido ni el PRI ni el PAN sus mejores cartas de presentación. Por momentos ha llegado al extremo, en su discurso, tratar de deslindarse y proclamarse candidata ciudadana.
Xóchitl Gálvez no es candidata ciudadana, es la abanderada de esos dos partidos y del PRD.
Hasta la fecha, no ha encontrado la mejor forma para justificar respaldo tan desacreditado. Se le acaba el tiempo. Y de no hacer nada extraordinario e impactante en los siguientes días, en poco o nada ayudará a quienes buscan un lugar en el Senado y en la Cámara de Diputados.
En el equipo de Claudia Sheinbaum trabajan como si el proceso estuviera reñido. Por eso no desatienden ningún espacio de campaña y responden a todos los ataques, sin importar su dimensión. Hay quienes confunden este comportamiento y opinan que es señal de que va en descenso en las preferencias. Lo que sucede es que no van a confiarse ni bajarán la guardia ante la ventaja de dos dígitos que les dan las encuestas. Ya se dieron cuenta que sí pueden, Morena y sus aliados, conseguir la mayoría calificada en el poder legislativo.
Dominan o gobiernan 23 estados y en cada una de esas entidades operan para que Claudia y los candidatos a diputados y senadores, obtengan amplia ventaja en la votación.
Por eso, para las semanas previas al día de la elección, arreciará la “guerra sucia”, de uno y otro lado.
La oposición hará todo lo que sea posible para ganar el papel de contrapeso en el legislativo.
Ahí es donde será decisiva la actuación de Xóchitl. Ella puede ser factor para convencer al electorado de que emita el voto que evite entregarle el poder absoluto a quienes anhelan triunfe lo que llaman Plan C.
Si el Plan C prospera, den por hecho todas y cada una de las propuestas de reforma constitucional de la 4T.
La historia de la elección presidencial 2024 todavía no está terminada, falta el último capítulo, el voto de millones de mexicanos el 2 de junio.
El control del poder legislativo dependerá de lo que hagan Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez en la recta final.

CON VOTACIÓN DIVIDIDA 4-3 y basado en sus propios lineamientos y en criterios internacionales, el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato aprobó proyecto de acuerdo que establece que una mujer solo puede ser sustituida por mujer.
RECHAZÓ LA CANDIDATURA DE VARÓN QUE HABÍA HECHO MORENA para sustituir a Gisela Gaytán, quien el pasado1 de abril fue asesinada en el primer acto de su campaña.
El Instituto DESESTIMÓ EL ARGUMENTO de que se trata de un caso EXCEPCIONAL y que debe ser visto a la luz de diversos artículos que aluden tanto la paridad de género como el derecho de los partidos a su autodeterminación.
Además, el partido Morena planteó que ninguna mujer quiso la candidatura por temor a ser agredida como sucedió con su compañera Gisela.
Morena anunció que llevará este caso a los tribunales porque el acuerdo del instituto atenta contra la democracia que debe caracterizar todo proceso electoral.
El IEEG precisó a Morena que tiene de plazo, a más tardar cuatro días antes de la elección, para hacer el cambio de mujer por mujer en la candidatura de Celaya.
Morena confía en los tribunales y espera que acepten que sea varón su candidato ante la negativa de las militantes para sustituir a Gisela, por miedo a que les pase lo mismo.
Por otra parte, el Instituto Electoral de Guanajuato también negó al PT la sustitución de candidatos en los municipios de Comonfort y Ocampo.

Acaba de cumplirse el 110 aniversario del natalicio de la actriz María Félix (nació 8 de abril de 1914). Mujer poderosa, en todos los ámbitos.
Por supuesto que el político no fue la excepción. Reconocida por sus conexiones y amistades en Francia, influyó para que el transporte colectivo Metro llegara a la Ciudad de México.
También, cuando se atrevió a decir que el Centro Histórico de la CDMX olía a orines, detonó su rescate y reconstrucción. Motivó y consiguió la participación coordinada de autoridades y empresarios.
Ha sido inmortalizada por compositores:
Primero, Agustín Lara con “María Bonita”, pieza exitosa que le ha dado la vuelta al mundo.
Después, Juan Gabriel estrenó y cantó “María de Todas las Marías” ante la misma actriz, en el programa “Siempre en Domingo”, en el canal de las estrellas de Televisa, conducido por Raúl Velazco. El Divo de Juárez se atrevió a compararla con la Virgen María. La composición no tuvo el resultado esperado.
En tercer lugar, en este mes, el joven músico mexicano Alonso J. Burgos, de apenas 30 años de edad, estrenó “Mexicana del Mundo: Retrato Sinfónico de María Félix”. Sinfonía que dura aproximadamente 15 minutos, en tres tiempos: “La Doña”, las “batallas de María” y “la intimidad ante el espejo”.
Alonso, por su corta edad, no conoció personalmente a la actriz; sin embargo, ha estudiado toda su obra y vida. Anhela que su sinfonía se escuche en el mundo con el nombre de la inmortal María Félix.
María Félix era respetada, admirada y temida.
En enero de 2020 recibió la máxima condecoración que puede otorgar el gobierno francés a un civil, “Legión de Honor, Grado de Oficial”, por su labor realizada para estrechar la relación y amistad con México. Nada más que recibió la medalla sin haber solicitado el permiso de la Cámara de Diputados, como entonces exigía la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
La misma ley suprema establecía que en caso de no solicitar el permiso respectivo, el infractor o infractora sería sancionada con la pérdida de la ciudadanía.
El diputado Jorge Moreno Collado, quien presidía la Comisión de Gobernación, hizo notar la falta cometida por la actriz.
María Félix mandó a su prestigiado abogado constitucionalista, Ignacio Burgoa Orihuela, a declarar en medios que el diputado era ignorante, que no conocía la ley y que su defendida había cumplido con los requisitos.
Finalmente, a regañadientes y a destiempo, María realizó el trámite que le había sido reclamado.
El diputado Jorge Moreno Collado, aun cuando siempre tuvo la razón, se asustó por la reacción de “La Doña”.
Años después, el diputado relató el epílogo de la historia.
Con el fin de congraciarse con ella, una vez que se desahogó el trámite legislativo, le envió con su asistente, carta de sentida disculpa.
La carta la recibió en propia mano, la leyó de inmediato ante el enviado y le soltó un rosario de insultos dirigidos al legislador, incluida la mentada de madre, por la contrariedad causada a su vida.
El asistente se encargó de transmitirle el mensaje a su jefe diputado.
Sin duda, “La Doña” era poderosa.
Para alcanzar sus metas no tenía límites y seguramente, si viviera, estaría feliz de saber que una mujer va a llegar a la presidencia de México.

El papel de comparsa por muchos años lo hicieron las mujeres que compitieron por la presidencia de la República. Nadie les daba posibilidades de ganar, ni siquiera a Josefina Vázquez Mota quien participó cuando su partido Acción Nacional estaba en el poder.
Su actuación siempre fue secundaria, algunas veces señaladas de que eran utilizadas para restarle votos a uno de los contendientes o para dar la imagen de apertura hacia las mujeres.
Hoy es distinto, la comparsa es varón, las protagonistas son Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Entre ellas está la próxima presidenta de México. Representan a las principales fuerzas políticas del país, aunque dichas organizaciones, en menor o mayor grado, traen desgaste de su pasado, convertido en lastre para sus aspiraciones.
El hombre no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección presidencial. Muy lejos de ser el mejor candidato de su partido. Entró de emergente, no estaba en los “grandes” planes de Movimiento Ciudadano. Los nombres de Marcelo Ebrard, Luis Donaldo Colosio, Enrique Alfaro y Samuel García se quedaron en el camino.
Marcelo coqueteó y animó esa opción como estrategia personal, aunque de antemano era sabido que en su ánimo tenía más peso su relación y amistad con el presidente Andrés Manuel López Obrador, así que por ningún motivo lo iba a traicionar o cambiar de camiseta.
Luis Donaldo Colosio Riojas se convenció de que no era su momento, de que le falta experiencia. En la primera oportunidad declinó y se apuntó para el 2030. No creyó que su apellido era suficiente para convertirse en candidato a la presidencia.
El gobernador de Jalisco Enrique Alfaro también se desmarcó. Prefirió quedarse a terminar su periodo y ayudar a que su partido conserve el poder en su estado, uno de los dos bastiones con que cuenta MC.
Ante los descartes, levantó la mano el gobernador de Nuevo León Samuel García, quien al principio se replegó. Cuando decidió participar, los adversarios en su estado ya le tenían la trampa para investigar su administración a través del mandatario sustituto. Resolvió de inmediato que lo mejor era no dejar el cargo y dio marcha atrás a la solicitud de licencia.
De esa manera se le acabaron las cartas al dirigente nacional Dante Delgado. Pensó en que él podía ser candidato. Presumió que sus encuestas lo ubicaban entre los primeros lugares. Encuestas que nunca dio a conocer y mucho menos dio el nombre de la empresa que las hizo.
No le quedó más remedio que improvisar. Sus cacareos de que tendría el mejor programa de gobierno y el mejor candidato se esfumaron como el humo del cigarro, en el aire.
Ni plan de gobierno maravilloso ni candidato exitoso. Nominó al diputado Jorge Álvarez Máynez.
Su principal cargo en el servicio público ha sido el de legislador federal.
Fue coordinador del grupo parlamentario. Demostró poca pericia para lograr que a su partido se le respetara el lugar al que tenía derecho en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

En vez de concentrarse en propuestas sobre los principales problemas del país, la campaña se distorsionó a partir de su “destape” en un brindis cervecero con su compadre Samuel García.

Después por la asistencia a estadios deportivos, spots con gritos de “goool”, anuncios de sorpresas que nunca llegan y comentarios fuera de lugar.

Y por si algo faltara, para confirmar su papel de comparsa, en el primer debate Claudia Sheinbaum lo ignoró y Xóchitl Gálvez solo lo aludió en dos ocasiones.

 

 

Para nadie era secreto que Luis Donaldo Colosio Murrieta era reacio al uso de la seguridad. Para nada le gustaba ver la escolta. Quería estar cerca de la gente, sin intermediarios. Es la razón por la que en Lomas Taurinas quedó en medio de un remolino humano, con las consecuencias que ya todos conocemos y atribuidas a Mario Aburto.
Su entusiasmo por gobernar México y ganarse al pueblo lo llevó a descuidar su seguridad, a tal punto que nunca quiso utilizar ninguna de las chamarras blindadas que su equipo le mandó a hacer. Se la ofrecieron en diferentes ocasiones y en todas las rechazó.
De habérsela puesto el 23 de marzo de 1994, no lo hubiera penetrado el disparo en el cuerpo.
En Lomas Taurinas todavía alcanzó a decirle a uno de sus colaboradores que ya era hora de irse, nada más que en medio de ese remolino humano, se avanzaba con mucha dificultad y por momentos no podía dar ni un paso hacia la salida o en busca de la salida.
Sobre el caso Colosio se han escrito infinidad de historias, demasiada imaginación de quienes presumían y todavía presumen, después de casi 30 años, que eran confidentes del sonorense. Muchas declaraciones inventadas en torno al homicidio, lo que explica que más de 600 hayan sido desechadas por quienes realizaron la investigación.
Luis Donaldo Colosio estaba contento, porque el día trágico, antes de viajar a Tijuana, en Culiacán, había recibido la llamada de Manuel Camacho Solís, en la que le diría que se hacía a un lado de la supuesta competencia por los espacios mediáticos y la candidatura presidencial tricolor.
Fue Marcelo Ebrard (entonces brazo derecho de Camacho) quien buscó por teléfono a Colosio, con la intención de comunicarlos. El asistente de Colosio pidió que lo pusiera en la línea. Colosio se dio cuenta y preguntó quién llamaba. No esperó a que le pusieran en la línea a su presunto rival, tomó el teléfono y su semblante se transformó en el curso de la conversación. Inocultable su emoción. Una inyección de energía, confianza y tranquilidad. Camacho se había desmarcado.
Tal era la confianza y seguridad que le había dejado la llamada que Colosio instruyó a sus colaboradores que ya no le pasaran tarjetas. A partir de ese momento su discurso sería espontáneo, como él sintiera a la gente y el desarrollo del mitin, directo, sin leer mensajes.
Si Colosio había recibido amenazas, como algunos llegaron a decir, solo el candidato lo sabía. Era extremadamente hermético. Ni a su sombra le confiaba sus secretos. A nadie de su familia. Ni a su esposa Diana Laura ni a su papá Luis Colosio Fernández, mucho menos a los que después difundieron que eran “confidentes” del político de Sonora.
Por eso Diana Laura tomaría varias de las versiones de esos “confidentes”, tratando de adivinar o encontrar un presunto autor intelectual responsable del asesinato de su esposo.
Uno de los nombres que le repitieron fue el de Fernando Gutiérrez Barrios, quien era sabido que estaba marginado por el gobierno en turno, aunque las causas no eran públicas. Lo que era un hecho es que todo el gabinete evitaba hacer contacto con el veracruzano.
En contraste, más como un gesto simbólico y de aprecio, no porque le hiciera falta dinero, Gutiérrez Barrios recibía su mesada de parte de Colosio. Hecho del que solo estaba enterado el mensajero y el propio mensajero, en la primera oportunidad que tuvo, para despejar dudas, le hizo saber a Diana Laura la deferencia que tenía su esposo con Don Fernando.
Diana Laura lo borró de la lista de sospechosos.
Están a punto de cumplirse 30 años del asesinato y la diversidad de opiniones sobre el homicidio no ha cesado ni cesará.

Todo pintaba de maravilla para los planes de Dante Delgado hasta que se le agotaron las cartas para la candidatura presidencial.
Coqueteó sin éxito con Marcelo Ebrard quien al final prefirió quedarse con la camiseta guinda. Luis Donaldo Colosio Riojas decidió que, por su juventud, lo más conveniente era esperar el 2030. El gobernador de Jalisco Enrique Alfaro optó por quedarse a cuidar su estado. Cuando creyó que ya tenía amarrada la candidatura del gobernador de Nuevo León Samuel García, el Congreso local, controlado por el bloque opositor, se encargó de truncarle la aspiración.
El mismo se eliminó del proceso interno, quizás porque no eran del todo ciertas las encuestas que presumía lo ubicaban como presidenciable. Encuestas que solo Dante conoció.
De última hora y por emergencia tuvo que postular al diputado Jorge Álvarez Máynez, desconocido para la población nacional. Como coordinador de la bancada de su partido no fue capaz de lograr que se respetara el lugar que le correspondía a su grupo en la Comisión Permanente.
Los dos momentos más significativos hasta ahora de Álvarez Máynez han sido al lado de su compadre gobernador Samuel García. Cuando lo “destapó” como candidato de Movimiento Ciudadano mientras disfrutaban una cerveza y en el palco del estadio de futbol al ver el juego de Pumas contra los Tigres de Nuevo León donde tuvo la ocurrencia de grabarse un mensaje ofensivo por el que tuvo que disculparse al ver el impacto negativo.
Movimiento Ciudadano corre el riesgo de perder el registro, de no alcanzar el 3 por ciento de la votación que exige la Constitución para preservarlo.
Y la culpa no la tiene Álvarez Máynez, sino quien lo hizo candidato presidencial, sin méritos para la competencia.
Dante Delgado después del éxito que tuvo mediáticamente al sembrar expectación sobre el nombre de su candidato y posponer su destape con el argumento de que primero sería el programa o la oferta política, entró en una espiral de errores de la que no ha salido.
Demostró que su partido es Club de Toby. Nunca existió la posibilidad de que una mujer se convirtiera en candidata presidencial. La mayoría se hizo a un lado y la senadora Indira Kempis Martínez que lo intentó, fue desplazada del proceso interno en la primera etapa. La senadora protestó. Ninguna compañera ni compañero se solidarizó con ella. Resolvió sumarse a la campaña del bloque opositor que encabeza Xóchitl Gálvez.
Cacareó la frase “con el PRI ni a la esquina” y resulta que la senadora Kempis tomó la estafeta tricolor y la ex presidenta nacional del Revolucionario Institucional Claudia Ruiz Massieu fue recibida con los brazos abiertos en el partido naranja, propuesta para diputada plurinominal.
En caída libre y sin ningún rubor, resolvió que su hijo Dante Alfonso Delgado Morales sea candidato a senador en Veracruz. Orgullo de su nepotismo como alguna vez dijera el presidente José López Portillo cuando incorporó al gabinete a su hijo José Ramón.
También hizo candidato al senado al controvertido actor Roberto Palazuelos, quien meses atrás pretendió competir por el gobierno de Quintana Roo, aspiración que perdió por sus declaraciones de prensa o revelaciones de que en alguna fiesta disparó su arma contra una persona.
Para que no quedara duda de que solo es mito el eslogan de que su partido representa lo nuevo en la política, añadió a la lista de candidatos al poder legislativo al ex presidente de la Coparmex Gustavo de Hoyos y a la ex perredista Alejandra Barrales.
En ese escenario y con ese equipo de candidatos, a Movimiento Ciudadano no lo va a salvar ni la campaña mediática del niño wixárica Yuawi López.

A la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por ley, le corresponderá calificar la elección presidencial y declarar presidente electo al candidato o candidata que obtenga más votos.
Primero deberá desahogar todas las impugnaciones en relación con el proceso. Como ha sucedido en otros casos, si la diferencia entre el primero y segundo lugar es abismal, el trabajo de los integrantes de la sala superior no tendrá ninguna complicación, casi de trámite.
Será distinto si el resultado es cerrado como ocurrió en la elección del 2006, menos de un punto porcentual. Entonces el camino para llegar a la calificación podría ser tortuoso. Escenario remoto.
En cualquier situación, la responsabilidad que tiene la sala superior del tribunal electoral es ineludible, de la mayor relevancia, no solo para quienes forman parte del órgano calificador, sino para el país.
De ellos depende la última fase de valoración de la competencia presidencial, así que sería imperdonable que por pleitos internos se desatienda o se descuide lo que debe ser más importante para los magistrados y magistradas.
Hay ya demasiados focos rojos encendidos (sobre todo relacionados con la violencia e inseguridad) como para que todavía se tenga que exponer la estabilidad del país por diferencias personales.
No perder de vista que la ley orgánica del poder judicial de la federación establece que es tarea de la sala superior la calificación de la elección presidencial y la declaración de presidente electo.
Para poder hacerlo se requiere que a la sesión de la sala superior asistan al menos seis de los siete magistrados que la integran.
En este momento, solo hay cinco de los siete. El senado tiene pendiente elegir los dos magistrados que hacen falta y no hay para cuando se pongan de acuerdo los grupos parlamentarios.
Hace meses, por no decir años, se le complica al Senado alcanzar el voto de las dos terceras partes o la mayoría calificada que se requiere para que tenga éxito el proceso de selección. Más de un centenar de nombramientos, no únicamente los de la sala superior del tribunal electoral del poder judicial, están pendientes de ratificación.
En el supuesto de no lograr el consenso en el caso del tribunal electoral, la misma ley da la alternativa para completar la integración de la sala superior. Tendría que seleccionarse a dos magistrados, los más antiguos de las salas regionales.
Hasta ahí parece que todo tiene solución sencilla, señalada por la ley.
Lo riesgoso es que los que magistrados que andan de pleito, lleven sus rencillas a la etapa de la calificación.
¿Qué pasaría si los magistrados Reyes Rodríguez y Janine Otálora deciden en el último momento no asistir a la sesión de la sala superior y complicarle la vida a su compañera presidenta Mónica Soto?
Ningún pleito personal justificaría una actitud de ese tamaño, en perjuicio de México; generaría un clima nacional de desconfianza e incertidumbre.
De hecho, ningún agravio entre magistrados justificaría afectar el desarrollo de la institución, así sea la inasistencia a una ceremonia cívica. Se les paga con dinero del pueblo para que cumplan con sus actividades ordinarias y extraordinarias.
El problema no es nada más de Janine y Reyes Rodríguez, involucra a los cinco que integran en este momento la sala.
Los cinco tienen la estatura académica y política para sentarse a dialogar, dejar atrás enconos, demostrar capacidad de negociación, conciliar intereses y recuperar la armonía laboral.

En el diccionario de la Real Academia Española la palabra “comandanta” pareciera tener definición con tinte machista porque de manera simple dice que se trata de la “mujer del comandante”. En cambio, cuando se refiere a “comandante”, le da connotación militar.
Prácticamente es un hecho que a partir de 2024 será mujer la que gobierne México y no habrá mayor problema en llamarla presidenta. El mismo diccionario habla de presidenta o presidente con igual valor.
El tratamiento es distinto en el caso de “comandanta” y adquiere mayor relevancia el tema cuando está a la vista el esfuerzo mundial por garantizar la paridad e igualdad entre hombres y mujeres.
Por primera vez en la historia de México, no solo habrá presidenta, también comandanta (comandante) suprema (supremo) de las fuerzas armadas.
La Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos habla de “comandante supremo de las fuerzas armadas”.
Mera cuestión semántica.
Incomoda y hasta duele que para el diccionario de la Real Academia Española “comandanta” sea la “mujer del comandante”.
Los tiempos son otros, México no sería el primer país que tiene al frente de sus fuerzas armadas a una mujer. En la mayoría de las naciones la presidenta adquiere ese rango.
En nuestro país, el dominio de los varones en las instituciones militares ha sido absoluto.
La mayoría de los cargos superiores los ocupan hombres, explicable en una sociedad mexicana que por muchos años relegó a tareas caseras a las mujeres, como en muchas partes del planeta.
Hasta ahora, no hay ninguna mujer Generala (general) de División ni tampoco Almiranta (almirante), los grados más altos en el Ejército y la Marina.
Sin embargo, cada vez hay mayor promoción en la milicia para que las mujeres participen y asciendan.
El que una mujer llegue a la presidencia y se convierta en la comandanta suprema de las fuerzas armadas, podría contribuir a favorecer la escalada femenil en la jerarquía militar.
Hay cambio en la mentalidad de los varones hacia las mujeres. No ha sido fácil revertir la inercia en los diferentes ámbitos, la costumbre es poderosa. Todavía la plena paridad está lejos.
Por esa disciplina que caracteriza a la milicia, sin discusión aceptará que una mujer se convierta a partir de 2024 en presidenta y comandanta suprema de las fuerzas armadas.
Habrá que llamarla comandanta, porque eso será al frente de todas y todos los soldados, marinos, integrantes de la fuerza aérea y guardia nacional del país.
Ya los legisladores se encargarán de modificar las leyes militares, para que incluyan el término “comandanta” o cambiarlo por “jefa”.
Y es de esperarse que la Real Academia Española revise su diccionario y el significado que le da a “comandanta”, valorar si debe seguir igual o actualiza la definición.
Nada bien suena que “comandanta” sea la “mujer del comandante”.
Seguro que a las mujeres que compiten por la presidencia de la República las tiene sin cuidado este tema, porque su prioridad es lograr la mayor votación en las elecciones del próximo año.
De cualquier manera, no sobra ni es ocioso procurar el uso de términos correctos.
La paridad en el lenguaje es necesaria, contribuye a seguir en la línea de adaptar al mundo a la nueva realidad.

Se lo dijo muy clarito su compadre Luis Donaldo Colosio Riojas: “no es nuestro tiempo”. Samuel García no lo escuchó; por su juventud y falta de experiencia política, ahora enfrenta consecuencias.
Y más le vale tener presente la sabia popular de que: “el que a hierro mata, a hierro muere”.
Aun cuando tenía puesta la mirada en 2024, no olvidó que metió a la cárcel a su antecesor Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, con la acusación de que desvió recursos públicos para fines electorales.
Rodríguez Calderón, en 2018, compitió sin fortuna por la presidencia de la República. No ganó ni en su casilla. Regresó a terminar el ciclo de gobernador en Nuevo León. Apenas concluyó el periodo, se retiró a su rancho a descansar, a desintoxicarse de la política.
Cuando creía que viviría en paz, en familia y dedicado a los negocios, fue detenido y exhibido en prisión. Samuel lo celebró.
“El bronco” se enfermó. Fue llevado de emergencia al hospital. Logró reponerse y remontar la acusación que le hicieron. Seguro que hoy debe esbozar una sonrisa al ver lo que pasa en su estado.
Seis años después, Samuel García ambicionó ser candidato presidencial, sin descuidar la espalda. Quería que una gente de su confianza quedara de encargado del despacho.
Posibilidades de ganar en 2024, ninguna. Parecía que, por intereses que solo el conoce, pretendía restarle votos a la derecha para favorecer a la candidata del grupo en el poder.
Ni “El Bronco” ni Samuel cumplieron su palabra: el compromiso con la sociedad de gobernar Nuevo León de principio a fin de su mandato, sin interrupciones, sin pausas, como lo ofrecieron en campaña.
Nadie experimenta en cabeza ajena, a Rodríguez Calderón le fue mal en la competencia presidencial y Samuel ni siquiera pudo alcanzar la candidatura de Movimiento Ciudadano.
La solicitud de licencia se le complicó. No se dieron las cosas como esperaba y, ante la resolución de último minuto del ministro Javier Laynez, descubrió que la mejor opción era la silla de gobernador.
Ha dejado entrever que algo trata de ocultar en su administración. Si todo estuviera en orden, si la actuación fuera pulcra, no tendría preocupación alguna. Con toda su impetuosidad y estilo norteño estaría de lleno en campaña por la presidencia de la República.
Hizo el ridículo y ha quedado mal con sus paisanos, aunque él crea y diga lo contrario.
A lo mejor ha cumplido como servidor, nada más que si la administración fuera controlada por sus adversarios, revisarían con lupa todas y cada una de sus acciones.
Según el pregón de los contadores públicos, no hay servidor público que aguante una auditoría. Samuel no sería la excepción.
De cualquier manera, no se salvaría de que lo acusen cuando finalice su periodo. Enfrentaría la imputación por mal uso de recursos públicos, tal como se la hizo a “El Bronco”.
De nuevo como gobernador, podrá llamar a su compadre Colosio y decirle: “tenías razón, no es nuestro tiempo”.
Los opositores a su gobierno, el “PRIAN” como les llama, tendrán que esperar para cobrarse la factura.
No se la van a perdonar e intentarán hacer lo mismo que Samuel hizo con su antecesor.
Si Samuel es inteligente y escucha consejos, es probable que pueda evitar que se repita en su persona la historia de “El Bronco”.

En el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Arturo Escobar, Jesús Sesma y Karen Castrejón son los que han venido dando la cara al frente de su organización, al menos en la última década, cuando por razones de salud tuvo que retirarse Jorge Emilio González Martínez, “El Niño Verde”.
Se alejó de su partido, (fundado por su padre Jorge González Torres) sin soltar las riendas; a la distancia mantuvo el control, mientras era atendido en hospitales de los Estados Unidos.
En ese lapso, ninguno de los operadores pretendió desplazarlo o quitarle el mando. Se concretaron a obedecer instrucciones. No se hacía nada en tanto no le diera el visto bueno “El Niño Verde”.
Jorge Emilio nunca ha perdido el poder en su instituto.
¿Por qué?
Lo común es que cuando el líder de cualquier organización política o social se ausenta, por diversos motivos, más de uno o una intenta quedarse con la silla del jefe.
Ha sido distinto en el caso de “El Niño Verde”. Se ha consolidado el liderazgo, a pesar de su controvertida trayectoria, en la que no han faltado escándalos como cuando lo grabaron en una negociación monetaria en Cancún.
En medio de la enfermedad, se dio tiempo para fortalecer lazos con políticos, empresarios y dirigentes sociales. Se mantuvo al día de la información nacional. A su círculo cercano no extraño que hiciera viaje especial desde Houston a la Ciudad de México para platicar y felicitar a Claudia Sheinbaum, a días de que dejara la jefatura de gobierno en la CDMX.
Nunca ha sido un “político pobre”, así que la frase célebre del profesor Carlos Hank González en el sentido de que “el político pobre es un pobre político”, no encaja en su perfil.
Ya era rico desde antes de nacer. Su abuelo fue el gobernador de Tamaulipas Emilio Martínez Manatou, padre de su mamá Leticia. Y por lo que respecta a su familia paterna, para nadie es secreto que es dueña de farmacias. Su tío es el millonario y popular “Doctor Simi” (Víctor).

Por dinero no tiene de que preocuparse la familia. Lo que le inquieta es la imagen, cuidar el prestigio.
Farmacias Similares, sin hacer mayor despliegue publicitario, sumó a su sociedad a Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz.
Su padre Jorge González Torres, desde que dejó a su hijo la dirección del partido, se concentró en la filantropía, el altruismo, sin alardear; procura ser discreto, no llamar la atención.
Pareciera que la estrategia de los barones de la familia González Torres es la prudencia y la promoción medida.
“El Niño Verde”, que ha superado su enfermedad, se prepara para el regreso presencial.
Tiene entre sus planes volver al Senado.
Ya se verá que tanto ha cambiado su conducta y hasta dónde llega su madurez, para no repetir errores.
Quizás por el ejemplo de su padre o por efecto de los golpes que le ha dado la vida, ha aflorado su sentido social, actitudes propias de bienhechor, como apoyar a gente de escasos recursos y hasta pagarles viajes por el mundo, sin cacarear este tipo de gestos en los medios.
En Guadalajara se dejó ver y fue la voz que enteró al diputado Antonio Pérez Garibay, padre del piloto “Checo” Pérez, que las encuestas no lo favorecían para competir por la gubernatura.
Por su estirpe, Jorge Emilio seguirá dando de qué hablar los próximo meses y años.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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