Votante confundido en el 2016

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Es un misterio, un secreto el comportamiento que tendrá la sociedad, los ciudadanos, en las elecciones del próximo junio en México. Hay un segmento mayoritario que puede dar sorpresas en los resultados. Es obvio que hay una molestia social y nadie puede decir con certeza cómo se va a traducir ese enojo a la hora de ir a votar. El triunfo no está asegurado para nadie.

La disputa por los votos no tiene límite, en los doce estados donde habrá elección de gobernador, el juego sucio es lo de hoy, la exhibición de trayectorias, falsas o ciertas, el objetivo es desacreditar al adversario. La gente ya se hartó, no hay señales de cambio. Todo es más de lo mismo. Para donde quiera que se mire es igual, la descomposición.

Te digo que vienen sorpresas, porque esa población inconforme procurará no darle su voto a los de siempre.

Sin embargo, no va a ser sencillo tomar la decisión, porque para ser franco, a la vista no existe una opción limpia o descontaminada. En ninguno de los estados donde hay competencia existen personajes registrados en el proceso electoral que marquen una clara diferencia con los demás.

En la mayoría de los casos habría que votar a favor del menos malo y en contra del que tiene el historial más corrupto. Por algo no hay prisa en el poder legislativo por aprobar el sistema anticorrupción.

Panorama enmarañado para el votante porque no se ven las alternativas confiables y que garanticen un gobierno distinto

El votante quiere darle una lección a los políticos, castigarlos con la derrota. El problema es que no sabe a quién darle el triunfo.

No es nueva la compra de votos y la condena contra esta práctica, pero es un hecho que persiste en la oscuridad, en la crisis, en la falta de empleo. No faltara el partido o candidato que haga su mayor inversión económica para tratar de amarrar un resultado favorable.

Lo que te argumento es lo que menos le importa a competidores, la finalidad por años ha sido ir por el botín, no por garantizar calidad de vida a la sociedad. La historia se ha repetido un y otra vez. No hay indicios o elementos para ser optimista y suponer que la situación va a cambiar

En la desgracia democrática palpable, lo más grave es que la delincuencia está al acecho, en espera de colarse a posiciones de gobierno.

¿Qué le queda por hacer al votante?

Otra vez por el menos malo y a seguir en lo mismo, los mismos arriba, los mismos en la clase media y los mismos abajo.

Los independientes, apenas se conocen y todavía son escasos.

¿Resignación, impotencia o esperanza?

Lo que te he contado es la realidad y no es exclusiva de México.

Arturo Zárate Vite

 

 

Maestro en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Titulado con mención honorífica.

Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal.

Más de cuatro décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político.

Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio.

Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.