Por supuesto que no es casual el repunte de un candidato independiente en el proceso electoral de Nuevo León, en la entidad donde viven la mayoría de los más ricos de México. Es un ensayo que debe verse con más detenimiento y con miras al 2018.
El desgaste de los partidos es innegable aunque a veces pareciera que los mismos partidos no quieren darse cuenta de esta situación, porque no se ve que hagan algo para remediarla, en nuestro país y en otras partes del mundo, el problema no es exclusivo. Y si alguno está haciendo algo, por lo menos hasta ahora, no hay visos de que haya cambiado la percepción de una sociedad decepcionada por los resultados cuando son gobierno.
Si el experimento funciona, da por hecho que la candidatura independiente se volverá una opción en las próximas elecciones presidenciales. Todavía falta que Jaime Rodríguez, El Bronco, gane los comicios del siete de junio en la entidad del norte. Después, observar lo que hace para gobernar, conocer la integración de su equipo y la relación con los otros poderes, con el poder judicial y legislativo. Saber hasta donde llegan el entendimiento y los acuerdos.
A primera vista diría que los legisladores de partido le complicarían la vida al obstaculizar sus iniciativas, pero no es tan simple, un gobernador independiente, con autoridad moral, exhibiría a quienes no quieren servirle a la sociedad. No creo que partido alguno aguante la presión social o la exigencia de que apruebe lo que puede mejorar la calidad de vida de todos.
Esa autoridad moral también daría lugar a una relación de respeto con el poder judicial. La rivalidad no convendría a ninguna de las partes, las tareas para cada uno están definidas en la ley. E igual, los gobernados estarían atentos para evaluar su desempeño.
Suponer que El Bronco va solo en el ensayo de Nuevo León y que está condenado al fracaso, significaría subestimar la realidad. El hartazgo de la sociedad por la actuación de los partidos es un hecho; por eso hay expertos y gente que han decidido buscar alternativas.
Aclaro que no digo que los partidos entraron en un proceso de extinción, pero más les vale corregirse para frenar la caída, volverse a posicionar, recuperar confianza y credibilidad. Al final, es lo que pregonan, buscan el bienestar de la población en todos los sentidos.
Si funciona El Bronco, sigue el 2018. Las posibilidades de un candidato independiente, además de sus méritos propios, dependerán de lo que hagan y dejen de hacer los partidos.
De no rectificar, muchos mexicanos van a considerar votar por un candidato independiente.
¿Quién podría ser ese candidato? ¿Hay o no prospectos?
Anote por lo pronto los nombres de Juan Ramón de la Fuente y José Woldenberg, aunque seguro no son los únicos con perfil para competir.
¿Independiente para el 2018?
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