Poder legislativo
La maestra y diputada Ifigenia Martínez se fue después de cumplir su último deseo: entregar la banda presidencial a la Doctora Claudia Sheinbaum.
Así lo escribió en su X, un día antes de su partida, sus dos últimos mensajes en la red social:-“El haber sido parte de la transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la banda presidencial a la primera Presidenta es uno de los mayores honores de mi vida. ¡Todo mi cariño querida Presidenta y querido Andrés Manuel López Obrador”.
-“La llegada a la presidencia de la Doctora Claudia Sheinbaum es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres. Mujeres que, con valentía, hemos desafiado los límites de nuestros tiempos”.
Fue a la ceremonia del 1 de octubre por su propia voluntad, estaba más que contenta con ese honor, nadie la utilizó.
Cuando se habló de nombrar a la presidenta o presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, de inmediato levantó la mano.
A pesar de su avanzada edad, a la que no cualquiera podría llegar, 94 años, con su trayectoria de congruencia política, imposible que la pudieran manipular.
¿A cambio de qué? ¿dinero? ¿beneficios para su familia?
Nunca lo hizo en su vida, nunca abusó ni se aprovechó del servicio público.
Desde su juventud, auténtica luchadora social.
A políticos imberbes se les hizo fácil, a estas alturas, acusar a Morena de haberla utilizado el 1 de octubre, de haberse aprovechado de su condición física, de sus problemas de salud.
¿A poco creen la maestra Ifigenia Martínez se iba a dejar que la manipularan?
Para nada.
Estuvo en la silla de la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, presidiendo la sesión de Congreso General, porque quiso, por la ilusión, emoción, trascendencia e historia que significa entregar, para cualquier político o política, la banda presidencial.
Para hacerlo tenía que ser elegida presidenta de la mesa directiva y nadie objetó su elección.
Su lucidez no estaba a discusión.
Un botón de su integridad y congruencia en su larga vida política fue el día que votó en contra de una iniciativa presidencial.
Lo hizo en los tiempos en que prácticamente nadie se atrevía a contradecir al jefe de la nación, en la época de la hegemonía de un solo partido, en el gobierno de José López Portillo.
En desacuerdo con la iniciativa presidencial en materia agraria, no dudó en votar en contra, la única de su bancada.
Por supuesto que López Portillo intentó llamarle la atención y para eso recurrió a Porfirio Muñoz Ledo, quien entonces era dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional. Que el habilidoso Porfirio hiciera ver a Ifigenia Martínez que no era válido actuar contra la voluntad presidencial.
Muñoz Ledo la justificó: “presidente, ya sabe como es ella, coherente y de firmes convicciones”.
Al presidente no le quedó otra que aceptarla como era, para nada le aplicó algún castigo político, la admiraba.
Porfirio ni siquiera se atrevió a transmitirle la queja del mandatario.
Ifigenia siempre fue la misma.
No se olvide que fue la mujer que acompañó el movimiento de la Corriente Democrática que encabezó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas dentro del partido tricolor.
Tampoco se ignore que supo mantenerse en la izquierda al lado de Andrés Manuel López Obrador.
Los achaques de los que nadie está exento cuando se llega a esa edad, no impidieron que volviera a salirse con la suya.
Para nada se aprovecharon de su condición física.
Ifigenia cumplió su cometido.
Se fue feliz escribiendo otra página de la historia de México, quizás la más importante de su vida, entregarle la banda presidencial a la Doctora Claudia Sheinbaum.
A sus 94 años de edad, Ifigenia Martínez, la diputada más longeva en toda la historia del poder legislativo, empoderada por una trayectoria profesional que no tiene igual, bella e inteligente desde su juventud, con una lucidez admirable, escribió la página de la historia mexicana que quizás nunca imaginó, entregarle la banda presidencial a una mujer, a la doctora Claudia Sheinbaum.
Estampa de la política nacional imborrable, el momento en que la maestra Ifigenia, ilusionada con el acto desde que le avisaron que ella entregaría la banda presidencial, hizo su mayor esfuerzo físico para levantarse de su asiento como presidenta de la sesión de Congreso General y con la sencillez que le caracteriza, admitir: ¡híjole! apenas si me puedo parar”.
Con la ayuda de la asistente militar y el auxilio de la Doctora Claudia Sheinbaum, presidenta de México, y el expresidente Andrés Manuel López Obrador, la diputada cumplió con el ritual de la transmisión del poder, recibir la banda del mandatario saliente y entregársela a la mandataria entrante.
El ritual había sido cumplido, como quería, con una emoción inocultable en su rostro, sobreponiéndose al deterioro físico que ocasiona del paso del tiempo y del que nadie está exento.
Ifigenia estaba feliz. Haber llegado en silla de ruedas y con un tanque de oxígeno al Palacio Legislativo de San Lázaro, estuvo lejos de ser un impedimento para ponerle broche de oro a su respetable carrera política.
1 de octubre de 2024, histórico en la política nacional, con imágenes que tendrán vida eterna y para ser consultadas cuando se quiera saber que pasó el día que llegó la primera mujer a la presidencia de la República.
A pesar de los encontronazos previos entre los tres poderes de la unión, por las diferencias sobre la reforma judicial, ahí estuvieron en el salón plenario los representantes de cada uno.
No faltó nadie de los ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). La mayoría de ellos no están convencidos de la elección popular de juzgadores y han criticado la reforma. Hay jueces y magistrados que han promovido suspensiones o amparos para tratar de frenarla, lo que ha generado cierta incertidumbre.
Las diferencias no fueron obstáculo para que la Doctora Claudia Sheinbaum, presidenta de México, al llegar al recinto, a la zona de presídium, se acercara a saludar a la ministra presidenta Norma Piña, quien ya estaba en su silla. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en su mensaje reafirmó la posición de su gobierno con respecto a la reforma, por si alguien tiene dudas.
Piña sólo una vez aplaudiría el discurso de la Doctora, cuando se refirió a la evolución de la mujer en nuestro país.
Otro personaje de este día memorable fue el ex presidente Andrés Manuel López Obrador. Aclamado como pocos, sobre todo por sus seguidores y aliados, en el final de su gobierno.
No saludó a la ministra presidenta. La cortesía y afectos de López Obrador fueron para el senador Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado, y la diputada Ifigenia. Acentuó su emotividad al ver llegar y saludar a Claudia Sheinbaum, la nueva presidenta.
Hubo romería de diputados y senadores para saludar y tomarse la selfi con López Obrador, escena que contrastaría con la que vivía la ministra Piña, parecía desairada sóla en su asiento, sin que nadie se le acercara. La oposición, sobre todos los panistas, se dio cuenta y pronto hicieron fila para saludarla.
La Doctora Claudia Sheinbaum, con serenidad y seguridad, rindió su protesta como presidenta de México.
Su mensaje exhibió los cimientos del segundo piso de la Cuarta Transformación.
Lo más simple y sencillo es descalificar al senador Gerardo Fernández Noroña por su estilo, por su vehemencia y porque sabe inyectar ácido a sus palabras cuando quiere que la oposición se sulfure.
Quien lo busca, lo encuentra, no duda en reaccionar ante lo que considera una agresión o injusticia.
Luis Donaldo Colosio, malogrado candidato presidencial priísta, diría que es un auténtico producto de la cultura del esfuerzo, al verlo sentado en la presidencia de la mesa directiva del Senado.
El propio Noroña se ha identificado como plebeyo, sin rubor alguno, orgulloso de su origen. Para nada tierne empacho en pregonarlo a los cuatro vientos, presume su naturaleza. No se oculta ni se avergüenza. Abierto a lo razonable, sabe escuchar argumentos.
Cuando en el pleno de la Cámara de Diputados llegó a tener diferencias con Porfirio Muñoz Ledo quien presidía la mesa directiva, lo platicaron en corto y nunca más chocaron en la interpretación del reglamento legislativo. El respeto y amistad significaron su relación.
Ha sido uno de los principales defensores de Andrés Manuel López Obrador, aunque no se ha quedado callado cuando un posicionamiento no le ha parecido. Por semanas se quejó de que el tabasqueño no lo incluyera entre los aspirantes a la candidatura presidencial.
Tampoco guardó silencio cuando sintió que no recibía el reconocimiento justo por el lugar que ocupó en la competencia de los presidenciables de Morena y sus aliados. Demostró que es real la empatía que tiene con la gente, con el pueblo. Las encuestas lo confirmaron.
Después de su jefa la doctora Claudia Sheinbaum, es uno de los cuadros más mediáticos del partido Morena.
Por esa fuerza o capacidad que tiene para atraer votos, cualquier organización política lo quisiera en sus filas.
Con votos se ganan elecciones y su perfil es de gran ayuda para conquistar el apoyo popular.
Se define como luchador social, activista y lector. Sociólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana.
Otra de sus fortalezas es su habilidad para debatir en la tribuna parlamentaria. Conoce perfectamente a sus adversarios; les tiene tomada la medida, sabe lo que les incomoda. Es cáustico cuando lo considera necesario y le funciona. Ha sido el arma principal de las bancadas a las que ha pertenecido cuando suben de tono los ataques en tribuna.
Se ha forjado en la lucha cotidiana, la posición que ahora tiene se la ha ganado a pulso.
A nadie debería sorprender que sea presidente de la mesa directiva del Senado y que haya sido elegido prácticamente por unanimidad, solo el voto en contra de la panista Lilly Téllez, quien ya advirtió que planea hacerle “la vida de cuadritos”, con su acostumbrada mordacidad que le ha caracteriza desde que salió de las filas de Morena.
Gerardo Fernández Noroña puede ser insoportable para algunos, nada más que si todos los grupos parlamentarios aceptaron su ascenso, es indiscutible que tiene ganado el reconocimiento como legislador.
Quizás los panistas prefieran tenerlo ahí sentado que en la tribuna echándoles en cara su pasado y llamándolos “paniaguados”.
Ya se verá si Noroña resiste los embates de Lilly, decidida a provocarlo y sacarlo de quicio.
Sin embargo, el morenista conoce la ley y el reglamento del Congreso, como pocos, así que seguramente sabrá aplicarlo para que prevalezca el orden en las sesiones senatoriales.
Ese dicho de que si es bella no es inteligente, nunca ha correspondido al perfil Ifigenia Martínez.
Siempre ha tenido los dos ingredientes.
Ifigenia es decana como diputada y senadora.
La más longeva, ninguna otra mujer con su edad en el poder legislativo.
Lo que voy a contar de la maestra nunca antes se ha dicho.
Son lecciones de vida que la describen como mujer lúcida, inteligente y congruente.
La primera mexicana con estudios de posgrado por la Universidad de Harvard. Doctora en Economía, maestra de políticos de distintos partidos.
En los setentas, por su destacada trayectoria como economista, el PRI la hace diputada federal. Le asignan la presidencia de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados.
Como presidenta de dicha comisión, vota en contra de la iniciativa del entonces presidente de México, José López Portillo.
La diputada Ifigenia Martínez opta por ayudar a jornaleros agrícolas, inconformes con la política de gobierno hacia el campo. No se alinea como lo hacen sus demás compañeros de bancada.
José López Portillo reclama a Muñoz Ledo, quien era dirigente del PRI, por permitir que la diputada Ifigenia votara en contra. Porfirio la defiende por hacerlo en conciencia y razonadamente. Destaca sus ideales y congruencia.
Cuando termina su periodo como diputada, López Portillo intenta hacerla subsecretaria, pero en ninguna secretaría la querían. No la querían por su rigor académico, por su inteligencia y porque sabía defenderse. El mismo presidente llega a decirle que era difícil colocarla en alguna dependencia.
Por fin le encuentra lugar. La hace embajadora adjunta de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El embajador titular era su amigo Porfirio Muñoz Ledo.
En esta etapa se fortalece la amistad entre Ifigenia y Porfirio. No solo se tratan como grandes amigos, sino como hermanos.
Ifigenia Martínez Hernández fue fundadora del PRD. En su casa de Coyoacán en la Ciudad de México se reunían los perredistas.
Frente a donde se sentaba, sobre la mesa, ponía un grillo de plata. Decía que la grilla se hace de noche.
También tenía el detalle de colocar una fotografía de Benito Juárez en su sala, porque sabía de la admiración de Andrés Manuel López Obrador por el benemérito de las Américas.
Amiga del cubano Fidel Castro, en 2004 viaja a la isla de Cuba con el encargo de entregarle un reconocimiento, la medalla Benito Juárez. La maestra llega a Cuba acompañada de su familia.
Después de la solemne ceremonia, Ifigenia, sus hijos y nietos regresan al hotel. Eran las ocho de la noche. Manda a dormir a toda la familia. La maestra se va a la cena con el comandante Castro y todo su gabinete. Ifigenia retorna al hotel a las tres de la mañana.
En 2021, la maestra recibe la medalla Belisario Domínguez, la máxima presea que otorga el Senado.
El 1 de otubre Ifigenia Martínez y la Doctora Claudia Sheinbaum escribirán juntas una página que no tiene precedente, las dos en su calidad de mujeres: una mujer, diputada, con trayectoria reconocida por todas y todos, le entregará la banda presidencial a otra mujer, a la primera mujer presidenta en la historia de México.
Este reportaje elaborado por Arturo Zárate Vite fue difundido en primer término, el 14 de marzo de 2024, por El Universal. Ahora como autor lo hago en mi página: *PLEITO A PUÑETAZOS DA ORIGEN A LA CREDENCIAL QUE ESPECIFICA QUE LOS DIPUTADOS TIENEN FUERO. *LA CREDENCIAL PARA DIPUTADOS SE CREÓ PORQUE PARA LA POLICÍA NO ERA SUFICIENTE UN PIN PARA IDENTIFICARLOS. *SE EMPEZARON A IMPRIMIR EN 1912 Y UNO DE LOS PRIMEROS EN RECIBIRLA FUE FÉLIX FULGENCIO PALAVICINI.
A raíz de que el diputado José María Lozano en 1912 se vio involucrado en pleito a puñetazos y fue detenido por la policía, sin respetar su fuero, porque la autoridad no consideró suficiente la presentación de botón o pin para ser identificado como legislador, se aprobó la emisión de la credencial; uno de los primeros en recibirla fue Félix F. Palavicini, fundador de este diario.
La credencial de Félix Fulgencio Palavicini tiene fecha del 18 de septiembre de 1912, fotografía ovalada en blanco y negro, la leyenda “se expide para que sea respetado el fuero constitucional del que goza como alto funcionario de la federación” y está firmada por el secretario de la cámara.
Palavicini, ingeniero de profesión, también fue periodista, escritor, fundador de varios diarios, maderista, antirreeleccionista, diplomático e integrante del Congreso Constituyente instalado en Querétaro.
La historia de la Cámara de Diputados puede ser contada a través de las credenciales, el material utilizado para su elaboración, las variaciones en su contenido y características fisonómicas de los personajes en las fotos. Desde las primeras que eran de cartulina en blanco y negro hasta las de hoy que son digitalizadas, con chip interno de seguridad y fotografía a color.
Están bajo el resguardo de El Archivo de la cámara y solo se tiene acceso a ellas a través de la solicitud de información, como lo hizo El Universal. No se pueden tocar, solo ver. Está dispuesto especial cuidado para su conservación y son manipuladas con guantes por expertos.
A través de las fotografías se aprecia el paso del tiempo en los diputados y diputadas. Las modas en peinados, vestir, maquillaje y adornos en el caso de las mujeres; cortes de cabello, corbatas y bigotes en los hombres. En algunas ocasiones hay quienes han preferido no incluir su foto.
Luis Donaldo Colosio Murrieta (1985-1988), de los pocos que firmaron su credencial, aparece con su corte de cabello rizado y bigote. Aurora Jiménez (1952-1955), la primera diputada, en foto blanco y negro, sin la leyenda de que tenía fuero, solo el escudo nacional, el sello de la cámara y la franja tricolor. Los artistas Julio Alemán (QEPD) y Silvia Pïnal, diva de la actuación, coincidieron en la Cámara de Diputados (1991-1994); los dos firmaron su respectiva identificación.
Augusto Gómez Villanueva tiene 94 años de edad, decano de los legisladores, ha sido seis veces diputado, pertenece a la actual legislatura (LXV). Identificado con el presidente Luis Echeverría. Diplomático y secretario de la Reforma Agraria. En sus credenciales se puede ver el paso del tiempo, de su cabello negro a encanecido. Solo están en el archivo cuatro de ellas.
En el archivo de la Cámara de Diputados no se encuentran las credenciales de todos los legisladores porque muchos ellos decidieron conservarlas, como recuerdo de su trabajo legislativo.
Andrés Henestrosa, oaxaqueño, poeta, escritor, ensayista y periodista, fue tres veces diputado. Para su tercera credencial (1988-1991), cuando tenía 82 años, ya no se tomó la foto.
Felipe “El Tibio” Muñoz (1991-1994), ganador de la medalla de oro en nado 200 metros en los Juegos Olímpicos de1968, fue de los primeros con foto a color y en forma rectangular.
La credencial del actor Jaime Fernández (1970-1973), quien fuera secretario general de la ANDA, tampoco tiene la leyenda de que goza de fuero, en contraste con las de sus compañeros David Reynoso (1979-1982), conocido por su talento actoral como ”El Mayor”, y la actriz María Rojo ((1997-2000), quien además de diputada ha sido senadora y delegada en Coyoacán.
Y en la credencial del chiapaneco Jaime Sabines Gutiérrez (1976-1979), autor del famoso poema “Los Amorosos: cartas a Chepita”, Premio Nacional de Ciencias y Artes, lo que más resalta es la franja verde, blanco y rojo.
Para el Archivo de la Cámara de Diputados “las credenciales tienen un gran valor histórico, ya que tienen la función de identificar a los representantes del pueblo mexicano que han formado parte del poder legislativo, asimismo nos permiten conocer los rostros que han intervenido en el quehacer legislativo desde la legislatura XXVI, ya que nos proporcionan una idea de las características fisonómicas de los personajes que han dado forma a la nación mexicana a través de las leyes y normas, producto de sus debates”.
Dante Delgado ha demostrado en los hechos que tiene el control de su partido, quienes han llegado a disentir con sus directrices, terminan por transigir, dejar atrás las diferencias o salirse de Movimiento Ciudadano como sucedió con la senadora Indira Kempis Martínez.
El gobernador de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez cuestionó a Dante por no querer considerar incorporarse a la alianza opositora. Al final, se impuso el criterio de la dirigencia de ir solos a la competencia presidencial, con el argumento de que los otros arrastran descrédito. Alfaro no volvió a tocar el tema. Y conste, Jalisco es una de las dos principales columnas que sostienen a la organización naranja.
Dante es práctico en la política, aunque no siempre con acierto. Durante dos elecciones (2006 y 2012) se la jugó con Andrés Manuel López Obrador y perdió, no ganó su candidato.
En 2018 cambió de bando, consideró que era una causa perdida la aspiración del político tabasqueño. Optó por apuntar el proyecto del panista Ricardo Anaya. Ya sabemos lo que sucedió. Nadie dentro de Movimiento Ciudadano le reclamó y mucho menos exigió su salida de la dirigencia.
Su desempeño hasta ahora es suficiente para conservar el registro y el financiamiento público de su partido. La estrategia mediática le ha dado resultados, como la imagen del niño Yuawi en los spots, que ya suma dos campañas o elecciones, aunque hay dudas sobre si le funcionará en 2024. El niño en su primera incursión tuvo tal éxito que su imagen impactó fuera del territorio nacional, hasta en Europa. Nada más que el encanto de la inocencia infantil se puede perder en la adolescencia.
La que no toleró el mando de Dante fue la senadora Indira Kempís Martínez. Se quejó de imposición y marginación. No la aceptaron como precandidata presidencial. Tampoco en el partido hubo grupos que la apoyaran. Ni las mujeres se solidarizaron con ella cuando la dejaron fuera de la competencia interna porque ya estaba decidido que el abanderado sería Samuel García. Por este episodio, salvo la interesada, nadie más cuestionó al dirigente.
Ante este escenario, donde las últimas jugadas no le han salido o se le han revertido y es real el riesgo de perder el registro, Dante no ha dudado en sumar a su lista de candidatos y candidatas personajes controvertidos como el actor y empresario Roberto Palazuelos, la ex perredista Alejandra Barrales y la alcaldesa en Cuauhtémoc Sandra Cuevas.
Sobre todo, Roberto y Sandra. El primero conocido por los escándalos que él mismo ha revelado y la segunda por su estilo de gobernar y enfrentar ataques de sus adversarios.
La senadora Patricia Mercado, uno de lo cuadros más respetados de Movimiento Ciudadano, por su trayectoria, como dirigente partidista, funcionaria de gobierno y actual legisladora (candidata presidencial en 2006), no ocultó su disgusto por Palazuelos y también dejó entrever que tampoco tienen su visto bueno las dos nuevas adquisiciones, aunque no las ha citado por su nombre.
Patricia Mercado ha demostrado ser una mujer claridosa. En la tribuna del senado se atrevió a decir que metía las manos al fuego por el senador Napoleón Gómez Urrutia (Morena), cuando la panista Lilly Téllez le exigía diera el nombre de un dirigente sindical honesto y se discutía en el pleno si debían o no ser obligatorias las cuotas sindicales.
Otro gesto de Patricia fue cuando rodaron sus lágrimas al referirse a la salida del INE del secretario ejecutivo Edmundo Jacobo (lo calificó de ejemplar funcionario), en el marco del Foro Global Sobre Democracia Directa.
¿Metería las manos al fuego por Dante o lloraría el día que concluya su ciclo como presidente de Movimiento Ciudadano?
Por lo pronto, sus planes son seguir en MC y en el poder legislativo, pasaría de senadora a diputada.
En el caso del Instituto Nacional Electoral (INE) el sorteo o insaculación fue la mejor fórmula que encontró la Cámara de Diputados para superar la falta de consenso entre los distintos grupos parlamentarios a la hora de nombrar consejeros y consejeras. La opción última en caso de persistir diferencias y no alcanzar la llamada mayoría calificada.
Funcionó a los diputados. Como ninguna fracción legislativa, por si sola, suma las dos terceras partes de los asistentes, que es el número que se requiere para aprobar los nombramientos, el sorteo se convirtió en la alternativa para cumplir con lo que ordena la ley en la materia.
Por eso el Consejo General del INE está completo. De otra manera, los diputados estarían estancados, en busca del acuerdo, que cada vez se ha vuelto más complicado lograrlo. Nadie quiere ceder. La desconfianza es total porque ven a los aspirantes con perfiles parciales, con simpatías hacia uno de los bandos políticos, aunque no sea acierto.
Sucede porque por muchos años es lo que ha caracterizado a los nombramientos, el reparto de cuotas, sobre todo entre los principales partidos. Es lo que se ha visto y confirmado en la actuación de los nombrados. Hay momentos en que han respondido a intereses parciales.
Por eso es que algunos consejeros del INE, cuando terminan su periodo, van a dar a las bancadas parlamentarias o a la misma administración pública, a partir de que la ley se los permite. Confirman que era real su simpatía por determinado color. Lo saben los partidos, por eso la desconfianza y por eso funciona el sorteo en el proceso de elección.
La experiencia de los diputados con el organismo electoral debería de ser recogida por el Senado. Modificar la normatividad para que también tengan la opción de insacular nombramientos. En ningún sentido es aceptable que haya instituciones cojas, incompletas, como es el caso del Instituto Nacional de Trasparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Internacionales (INAI). Se llegó al extremo de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación autorizara que puede funcionar con cuatro comisionados, porque los senadores no logran el consenso para nombrar a los tres que le faltan.
No es el único caso. El Senado tiene muchos más nombramientos pendientes, más de 70, particularmente de magistrados locales y federales (electorales y administrativos), que no consiguen la mayoría calificada.
De nada sirve que los y las aspirantes cumplan con los requisitos, que tengan amplia experiencia y probados conocimientos para el cargo, si al final se quedan en la antesala.
Así ocurrió con 18 aspirantes a magistrados anticorrupción en el sexenio anterior, propuestos por el presidente Enrique Peña Nieto. Nunca alcanzaron la mayoría calificada. Cinco de ellos creyeron que podían forzar con amparos a los senadores, los otros 15 prefirieron declinar.
En la actual legislatura el Senado tiene pendiente el nombramiento de una magistrada de sala especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, propuesta por la Corte. No hay garantía de que pronto vaya a salir.
Lo mismo sucede con las dos ternas, una de hombres y otras de mujeres, para la sala superior del tribunal electoral.
Urge el sorteo o insaculación para los nombramientos que corresponde hacer al Senado.
Solo la muerte no tiene remedio. Quien ha perdido la vida, ya no hay forma de revivirlo. De ahí en fuera, por muy complejo y enconado que se encuentre un asunto o conflicto, puede resolverse, sobre todo cuando en ambos lados y de manera unilateral se han hecho llamados al diálogo.
¿Qué no el coordinador de la mayoría en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, visitó a la presidenta Norma Lucía Piña Hernández?
Lo hizo para hacerle la invitación personal para que asistiera a las conclusiones del conversatorio que organizaron los diputados sobre la necesidad de una reforma judicial y una nueva forma de elegir a juzgadores.
No fue la ministra. En su lugar asistieron los ministros y ministras Javier Laynez Potisek, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz AHlf. Se reunieron con diputados integrantes de la Junta de Coordinación Política. Ahí estuvieron legisladores de todos los partidos. Prevaleció el respeto. No hubo insultos ni desaires.
El diputado Mier también hizo pública invitación a la Corte para platicar sobre los fideicomisos que tiene el Alto Tribunal y que están a punto de ser eliminados. Cuando ya los diputados habían tomado la decisión del tijeretazo, tarde decidió acudir la representación de la oficialía mayor del poder judicial.
Por la relevancia del tema, ameritaba que un ministro o ministra se hubiera acercado a los legisladores, al fin de que lo cortés no quita lo valiente y el diálogo no significa la rendición de un poder hacia otro. No fue ninguno. Como era de esperarse, las posiciones se han radicalizado.
Los diputados actuaron en base a información que recibieron del mismo poder judicial de la federación. Hay juzgadores que no están conformes con lo que ocurre al interior de la institución y por supuesto que han filtrado datos, porque de otra manera no se explicaría la seguridad y certeza con la que hablan diputados sobre los famosos fideicomisos.
El ministro Javier Laynez Potisek (en entrevista radiofónica del programa de Ciro Gómez Leyva) cuidó su lenguaje, fue cauto. Sin entrar en descalificaciones, planteó la conveniencia del diálogo.
Si todas las partes quieren dialogar, pues a sentarse y ponerse de acuerdo. Todavía falta que se desahogue la instancia del Senado.
Lo peor es que por este pleito, los más perjudicados, son los que menos culpa tienen.
En nuestro país es de sobra conocido que la justicia no es pronta ni expedita, aunque lo diga la Constitución. La realidad es distinta. Si en tiempo normales, la sociedad sufre el retraso y lentitud de los procesos, además de la cuestionada imparcialidad de juzgadores, con un conflicto entre dos y hasta tres poderes, la esperanza de justicia se empatana.
La culpa es compartida ante la falta de voluntad de los protagonistas que solo ven la paja en el ojo ajeno. La autocrítica es sana, para mejorar. Es lo que debe de caracterizarlos.
Ninguno debe olvidar ni perder de vista que se les paga con dinero del pueblo para que hagan su trabajo en beneficio del pueblo.
Basta ya de comportarse como si fueran dioses que no se equivocan y todo lo merecen.
Más vale que empiecen a mirarse en el espejo y se den cuenta que ninguno es perfecto.
Los tres, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, están lejos de que su trabajo sea impecable, la corrupción merodea sus espacios, así que mejor hagan lo que la ley y la sociedad les ordenan, por el bien de México.
Todavía se escuchan las carcajadas por los supuestos seres extraterrestres exhibidos en la Cámara de Diputados.
No tiene la culpa el ufólogo Jaime Maussan, ni los que participaron en la conferencia, porque al fin y al cabo lo suyo es hablar del tema, es su negocio o a lo que se han dedicado por muchos años.
Son demostraciones que en nada favorecen a la imagen de la cámara, porque el tema, si bien es interesante, no reúne los elementos para darle un tratamiento serio en el espacio legislativo mexicano.
Maussan está identificado como el comunicador especialista en la materia y ya lleva más de dos décadas con lo mismo en la televisión mexicana.
Nadie olvida que el primer personaje de la televisión que habló de que “un mundo nos vigila” fue Don Pedro Ferriz Santa Cruz, parodiado por los famosos humoristas Eduardo Manzano y Enrique Cuenca (“Los Polivoces”). Don Pedro, nunca exhibió una prueba sobre sus dichos, aunque no dejada de llamar la atención por la lógica de que no podemos ser los únicos seres vivientes del sistema planetario, alguien podría estarnos mirando desde otra parte.
Maussan más de una vez ha visitado la sede de la Administración Nacional y Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos, mejor conocido como “La Nasa”, para verificar lo que ha encontrado en sus investigaciones o lo que algunas personas le han entregado o revelado como testimonio de la existencia o contacto con seres extraterrestres.
Hay un periodista respetado, serio, que trabajó con Maussan. Durante los años que estuvo a su lado, solo en una ocasión escuchó y observó algo que no era del planeta tierra.
Resulta que una persona originaria de Tepoztlán, estado de Morelos, llegó a las oficinas de Maussan para contarle de sus encuentros con seres de otro mundo. Lo platicó tan convincente que el ufólogo decidió prestarle una cámara de televisión (entonces no había videoteléfonos) para que grabara el contacto con extraterrestres. Los meses pasaron y el susodicho ni sus luces.
Maussan llegó a dar por perdida la cámara, ninguna señal del morelense, llamada o aviso.
El día menos pensado, reapareció con la cámara y juntos vieron lo que se había grabado. El comunicador se quedó sin habla y pronto preparó maletas para llevar el video a la NASA.
Los expertos estadounidenses confirmaron que el video era auténtico, sin ningún efecto especial, así que Maussan estaba más que emocionado por el hallazgo. Perdió la sonrisa cuando el dueño del video le puso precio a la difusión. Millones de pesos que no podía pagarle.
Maussan tuvo que resignarse a dejar ir lo que siempre había buscado, pruebas de existencia de vida que no fuera terrenal.
El morelense devolvió la cámara y se fue con su videocinta, que logró vender a científicos japoneses.
Así que las pruebas del contacto que tuvo lugar en Tepoztlán, en un pueblo mágico de México, donde se encuentra la zona arqueológica y su famoso cerro del Tepozteco, quedaron en país oriental.
Nada que ver con los supuestos seres no humanos que se exhibieron en la Cámara de Diputados.
La credibilidad del acto legislativo rodó por los suelos cuando pretendió utilizarse a la UNAM como institución que daba fe de que dichos seres no eran de este planeta. El Instituto de Astronomía de la universidad, a través de un comunicado, dejó en claro que “hasta la fecha no existe evidencia observacional o experimental que respalde la existencia de vida extraterrestre o de visitas de civilizaciones de otros mundos”.
En otras palabras, los organizadores del evento en la Cámara de Diputados hicieron el ridículo.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio a conocer su selección de 60 aspirantes, aprobada por ministros y ministras por unanimidad, para de ahí integrar las dos ternas que enviarán en fecha próxima al Senado.
En la lista sobresalen los nombres de Zulema Mosri Gutiérrez, actual magistrada del Tribunal Federal de Justicia Administrativa; Francisco Javier Acuña, ex presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales; y José Roberto Ruiz Saldaña, ex consejero del Instituto Nacional Electoral (INE).
Otro dato significativo de la lista es que, de los 60 seleccionados, 44 son hombres y 16 mujeres.
A pesar de la diferencia en las cifras, por paridad de género, en congruencia con el mandato constitucional, está acordado por la Corte que una terna sea de varones y la otra de mujeres.
Los nombres de los aspirantes son públicos con el propósito de que la sociedad pueda conocerlos y en su caso hacer observaciones respetuosas y argumentadas sobre su trayectoria.
Una vez que se aprueben las dos ternas, después de que los aspirantes sean evaluados por los ministros y ministras, se entregarán al Senado a fin de que lleve a cabo la elección de una magistrada y un magistrado, para ocupar las vacantes que tendrá la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a partir de noviembre.
Esta elección, de magistrada y magistrado, es de la mayor relevancia porque de acuerdo con lo que establece la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación se requieren al menos seis integrantes de la sala superior para declarar la validez de la elección presidencial de 2024 y la declaración de presidente electo a quien haya obtenido más votos.
La sala superior está integrada por siete magistrados y magistradas; en octubre concluyen su periodo Indalfer Infante y José Luis Vargas, por lo que se quedaría con cinco.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio a conocer el acuerdo para seleccionar dos ternas, una de mujeres y otra de varones, que en su oportunidad entregará al Senado, para que elija una magistrada y un magistrado para la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Por ley corresponde a la Corte hacer las propuestas. Con ese propósito ha elaborado el acuerdo respectivo, los requisitos que deberán cumplir interesadas e interesados en participar en el proceso de selección.
El acuerdo atiende el criterio constitucional de paridad de género, por lo que una terna solo estará compuesta por mujeres y la otra por hombres.
Una vez que tenga las ternas listas, las hará llegar al Senado para que este órgano legislativo, con el voto de las dos terceras partes de los asistentes a su sesión plenaria, elija a quienes sustituirán a los magistrados José Luis Vargas Valdez e Indalfer Infante Gonzáles, quienes el próximo mes de octubre concluyen su periodo en la Sala Superior del Tribunal Electoral.
La Sala Superior del TEPJF está integrada actualmente por cinco magistrados y dos magistradas.
Con la elección que hará el Senado habría una mujer más, para quedar la sala con tres magistradas y cuatros magistrados.
De acuerdo con la Constitución y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, corresponde a dicha Sala Superior del tribunal electoral hacer la declaración de validez de la elección presidencial del próximo año y la declaración de presidente electo en favor de quien resulte ganador.
Para poder hacerlo, como lo establece la ley, la Sala Superior del tribunal deberá sesionar con al menos seis de sus siete integrantes, de ahí la relevancia de lo que hará el Senado en su periodo ordinario de sesiones que arranca el próximo septiembre.
Los senadores de todos los grupos parlamentarios deberán alcanzar el consenso necesario para que vote lo que se llama la mayoría calificada, el voto de las dos terceras partes de los asistentes a la sesión en favor tanto del magistrado como de la magistrada.