Me tocó primera fila, supuse que perdería perspectiva de la pantalla, pero no, porque el celuloide estaba al fondo del escenario. No tuve que cansar el cuello como ocurre en las salas cinematográficas cuando por razones de cupo es inevitable sentarse en las butacas que van al frente y mirar todo el tiempo hacia arriba.
La Dalia Negra es una combinación de cine y teatro. La verdad no recuerdo haber visto un espectáculo con esas características en México. Me llamó la atención cuando empecé a leer sobre la obra, sobre todo por los recursos técnicos, porque la historia, caso de la vida real, ya la conocía.
¿Cine y teatro? ¿Cómo será eso con un suceso espeluznante?, ¿Se pueden mezclar? ¿Pierde el teatro? ¿Pierde el cine? ¿Pierde la obra?, las preguntas que me hacía.
Decidí que era conveniente verla, una novedosa oferta de los hermanos Jorge y Pedro Ortiz de Pinedo, con las actuaciones protagónicas de Fernando Luján y Ariadne Díaz. Fernando, artista consagrado, actor desde la infancia y en la actualidad con 77 años de vida. Adiadne, 29 años, con escuela de Televisa y experiencia de telenovela, sobre todo; bella y orgullosa de su embarazo. Por evidentes y justificadas razones, solo estará en la obra lo que resta del año.
El cóctel teatro-cine, funciona, te deja buen sabor, lo disfrutas.
Antes, te debo decir que el recibimiento en el Foro Cultural Chapultepec de la avenida Mariano Escobedo en la ciudad de México, es musical, animado y estético. Tres mujeres que cantan melodías de los cuarentas, para ambientarte con la época, prepararte para lo que sigue, justo a unos metros de la puerta principal del teatro. Muy bien. Rostros encantadores, figuras vigorosas y emotivas que parecen sacadas del túnel del tiempo, cuando a la belleza no se le exigía delgadez o flacura.
La Dalia Negra es un episodio policiaco, la muerte de una joven actriz de Hollywood, que en su tiempo fue escándalo mayúsculo. Descuartizaron su cuerpo. Nunca se supo con certeza quien o quienes la mataron. Te quedas sin habla con el final de la obra porque deja la rotunda impresión de haber descubierto al presunto asesino, de acuerdo con la investigación histórica de John Richman.
En la vida real, nunca se castigó a nadie por ese homicidio.
Fernando Luján hace el papel del detective Harry Murphy, con su clásico sombrero y la infaltable gabardina.; su voz sonora y grave, aguardentosa en término coloquial, impone en el escenario. Ariadne se viste de Elizabeth Short, la mujer víctima de su devaneo amoroso; es dulce, sensible y delicada.
Sus actuaciones dan vida a los personajes y se complementan con la participación de cada uno de sus compañeros. Todos esmerados. Por momentos no sabes si estás en el teatro o en cine, Los actores y actrices se acoplan a las dos expresiones del arte.
Eficaz la amalgama, un espectáculo cautivador.
Dalia, cine y teatro
Typography
- Font Size
- Default
- Reading Mode