Es el tren de la vida y la muerte, la máquina de la esperanza para quienes deciden ir sobre su lomo con destino a la frontera norte, a los Estados Unidos. Le llaman “La Bestia”. Muchos se han quedado en el camino o han perdido alguna de sus extremidades al caer sobre la vías y quedar indefensos ante el imponente ferrocarril.
Historia negra de la humanidad plasmada en una maqueta por el escultor y pintor Gabriel Macotela. Modelo a escala de ciudad ennegrecida por la contaminación, oscura, apenas iluminada por tres o cuatro faroles. Lúgubres edificios. La ciudad rodeada por la vía. El tren eléctrico hace su recorrido, pasa por dos túneles. Solo le falta sonar su silbato. Para un niño sería extraordinario contar con ese escenario y el trenecito. Para un adulto, aficionado a los trenes, sería un lujo tenerlo de esa manera en la sala de juegos de la casa.
Para Don Gabriel, resultó divertido construir la maqueta, pero al final hay una expresión de pesar y dolor, porque el mensaje del artista refleja el sufrimiento de los indocumentados. Es su manera de contribuir a que el problema encuentre salida, hacer conciencia de la gravedad.
Frente amplia por el paso del tiempo, bigote y barbas encanecidos, lentes que no ocultan su mirada. Camina de un lado a otro en la Galería Hispánica Contemporánea de la colonia Condesa en la Ciudad de México. Se pasea entre sus pinturas, dibujos y esculturas. La cereza del pastel es la maqueta y es la que atrae más miradas de interesados en su arte. Se queda corta su oratoria, la emoción atora sus palabras de agradecimiento.
Deja que el poeta Mardonio Carballo hable de la maqueta como sabe hacerlo, con poesía, dedicada al amigo que admira:
“En esta ciudad de hollín nada es lo que parece.
Las almas de los muertos se oxidan y se alojan en las calles.
Grafitis sin autor.
Sombras –solo sombras- cruzan los rieles, los durmientes.
Por aquí.
Por allá.
Nadie va a ningún lado.
Nadie va a ningún sitio.
Anhelos que se frustran al encontrarse con la luz.
En esta ciudad pasa un tren que no va a ninguna parte.
Loop. Metáfora. Destino.
Loop. Metáfora. Destino.
Loop. Metáfora. Destino”.
Hay lleno en la galería, al menos en los dos niveles que ocupan la obra de Gabriel Macotela. El maestro no termina de saludar. Presume la música grabada de Vicente Rojo Cama. El equipo de sonido es diseño suyo, con bulbos a la vista, del tamaño que usaban los antiguos aparatos eléctricos. La música suena tétrica, parece por momentos mezcla de fierros que chocan. Ambienta la ciudad a escala reducida por el arte de Don Gabriel.
En las paredes sus pinturas, pedestales que cargan esculturas, dibujos que descansan sobre una mesa. Trazos que dan nombre a su exposición “Personajes sin rostro y paisajes de ellos”.
Gabriel Macotela, artista jalisciense, con cuatro décadas dedicadas al arte. Efusividad discreta, medida; rodeado de su obra y amigos, mientras “La Bestia” no deja de darle vueltas a la fantasmal ciudad, sin destino alguno como diría el poeta Mardonio Carballo.
"La Bestia" en el Arte de Gabriel Macotela
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