El Benemérito de las Américas, presidente de México, autor de la frase “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, no hizo testamento.
Se despreocupó de hacerlo, nunca lo tuvo en sus planes. Por fortuna, sus hijos no se pelearon por los bienes de su padre. Se pusieron de acuerdo y se repartieron amistosamente el patrimonio.
Casas, muebles y acciones de Benito Juárez se dividieron en partes iguales, como consta en el testimonio de la Notaría 725, fechado el 19 de mayo de 1873.
Dicho testimonio forma parte del Acervo Histórico del Archivo General de Notarías del Distrito Federal.
Es un tesoro documental que ahora está guardado en el ex templo de Corpus Christi, ubicado frente a la Alameda Central.
Ahí podemos acudir para conocer una de las colecciones documentales de mayor relevancia en nuestro país.
Enterarnos, por ejemplo, que Sor Juana Inés de la Cruz dejó a su familia una casa valuada en tres mil pesos.
Otra escritura elaborada el 23 de octubre de 1797 revela que Miguel Hidalgo y Costilla era socio de una mina en Guanajuato.
Y un dato contrario a la imagen que tenemos del cura de Dolores, muestra que en su juventud, el 11 de enero de 1790, firmó un protocolo sobre la compra de un esclavo.
La verdad, hay muchas perlas en ese acervo y es otra forma de conocer la historia mexicana. Vale la pena ir al ex templo de Corpus Christi.
Benito Juárez no hizo testamento
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