El próximo 16 de junio la maestra y senadora Ifigenia Martínez cumplirá 93 años de edad, la más longeva de todas las legisladoras del país, poseedora de lucidez admirable e inteligencia ampliamente reconocida.
Nadie como ella, la primera mujer mexicana estudiante en la Universidad de Harvard, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), economista de profesión. Ha sido diputada y funcionaria de gobierno, maestra universitaria, diplomática, fundadora de la Corriente Democrática al lado del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.
Disciplinada, izquierdista, exigente, cuidadosa, indiscutible autoridad moral, hermosa por dentro y por fuera, respetada por propios y extraños. Jamás, nadie se ha atrevido a insultarla u ofenderla.
Perseverante, energética, vigorosa. Ni el tiempo la ha podido vencer, la edad no ha sido impedimento para asistir al parlamento y cumplir su misión legislativa. Los años tampoco evitarían su presencia en la reunión anual de la Hermandad Universitaria Puma, que esta vez Alejandro González Dávila organizó en el patio principal del Palacio de Minería.
La maestra Ifigenia Martínez impecable, con ánimo para sentarse en el presídium y esperar paciente su turno para recibir la elegante chamarra puma que distingue a egresados de la máxima casa de estudios que tienen y han tenido una trayectoria relevante.
Ifigenia, como una reina universitaria, la única que tuvo silla para sentarse a la hora de tomarse la foto del recuerdo, acompañada y flanqueada por universitarios de distintas profesiones, deportistas, periodistas y oficiales de la Secretaría de Marina y Defensa Nacional que, junto con ella, una y otra vez, gritaron el clásico “¡Goya, Goya!”.
Y por si algo faltara, la maestra se dio tiempo para escuchar el mariachi que cerró la reunión de la hermandad puma.
Ifigenia y la hermandad universitaria
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