Recorte de los partidos

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Es la oportunidad para los partidos políticos, la ocasión para lavarse la cara, recuperar parte de la imagen que han perdido por su propia actuación y la de sus gobiernos. Para nadie es un secreto el descrédito que se han ganado entre la sociedad, a tal grado que cada vez que se llega a una elección federal se vuelve más complicado para los ciudadanos elegir al que le darán su voto.

Saben los mismos partidos que debido a su desempeño, hay mucha gente que ve como un derroche el uso de recursos públicos para su funcionamiento. Cierto que juegan un papel en el sistema democrático, que es lo que le ha permitido a México la alternancia y el ascenso al poder por la vía pacífica, sin embargo, han dilapidado su credibilidad.

Por ello, ante el anuncio hecho por Luis Videgaray, secretario de Hacienda, de que se recortará el gasto en 124 mil millones de pesos, el 0.7 del Producto Interno Bruto (PIB), consecuencia de la estrepitosa caída del precio del petróleo y la inestabilidad de economías en el mundo, el momento es oportuno para la reflexión de los partidos políticos.

Además, sin duda, vienen más sobresaltos por la posición que ha asumido el nuevo gobierno de Grecia. Los dueños del dinero, grandes capitales en el mundo y organismos financieros internacionales acostumbrados a imponer sus condiciones para que se sigan enriqueciendo los mismos sin importar que cada vez sea más grande la masa de pobres, se han irritado por los criterios y acciones que han tomado los griegos. Grecia no quiere que el costo de la crisis, la impuesta austeridad, aplique otra vez para los que menos tienen. La filosofía de los griegos de nuestro siglo puede darle un nuevo giro a los valores en el mundo.

También no hay que perder de vista el comportamiento de la sociedad española, que ya se hartó de partidos y gobiernos que no encuentran formas que de verdad mejoren la calidad de vida de los gobernados. Por eso el crecimiento de una nueva organización denominada Podemos, vinculada a ciudadanos ansiosos de una opción distinta.

En México la sociedad tampoco está de plácemes, hay decepción por la acentuada inequidad en el reparto de la riqueza, por la impunidad, la corrupción, inseguridad y crisis.

Y todavía hay partidos que creen o quieren creer que la gente, en tiempo de elecciones, se traga sus spots o propaganda de que el mundo feliz está cada vez más cerca.

De promesas ya se indigestó la sociedad.

Si hay recorte presupuestal, pues que también los partidos hagan su recorte. ¿En qué van a recortar su gasto? Es hora de empezar a recomponer su imagen. Sería ideal que su recorte, el dinero que decidieran no gastar fuera destinado a una obra que beneficiara de manera directa a la sociedad.

¿Qué les parece para un nuevo y moderno hospital infantil en Cuajimalpa?, por poner un ejemplo.

Para este 2015 se entregará a los 10 partidos nacionales 5 mil 355 millones de pesos por concepto de financiamiento público. ¿Por qué no le dan un pellizco a esa bolsa y le devuelven una parte, etiquetada,  a la Secretaría Hacienda, para que lleve a cabo una obra de beneficio social?

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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