Hay quienes han anticipado su interés por competir como candidato independiente en el 2018, pero hasta ahora ninguno tiene o cuenta con la simpatía de la sociedad. Han sido voces en el desierto.
Los nombres están en los medios de comunicación y nadie de ellos pinta en las encuestas, entendible, porque no las pagan, no son clientes de las desatinadas consultas electorales.
Sin embargo, es lógico suponer que los grupos de poder, económicos, políticos y sociales, aparentemente ajenos a los partidos, revisan perfiles de quiénes pueden competir por la presidencia.
El independiente es una gran opción para el 2018 ante el desgate, ganado a pulso, de los partidos políticos. La gente ya no quiere votar por los partidos, ya se hartó de todos, sin excepción.
¿Cuándo debe salir el independiente a dar la cara? ¿Ya es ahora? ¿Los que ya lo hicieron, acertaron?
Los acelerados pronto se han dado cuenta que no son los indicados, no tienen carisma ni suman voluntades, solo buscan notoriedad personal y quizás algunos despertar o provocar a las organizaciones apartidistas o ciudadanas para preparar la estrategia del 2018.
No atraen gente ni cuentan con recursos para pagar concentraciones masivas y populares. Sería un desperdicio de dinero en este momento, todavía no es tema del pueblo.
Salvo el voto duro que cada partido pueda tener, es un hecho que los demás ciudadanos, la mayoría, esperan un opción diferente, una imagen limpia, una cara nueva en la competencia, con propuesta, preparado, ya no los perfiles vaquero, tozudo o rostro bonito. Se requiere alguien Inteligente, capaz de recomponer lo que para muchos ya no tiene remedio.
Por supuesto que ese personaje no es sencillo encontrarlo. Tampoco es imposible, seguro que existe. México tiene figuras con trayectoria ejemplar, mentes brillantes y sensibles. Ojalá que más de uno esté dispuesto a participar y poner sus capacidades al servicio del país.
¿Ya es tiempo de que dé la cara?
No, porque si lo hace, no llega al 2018, los mismos partidos se encargarían de sembrarle trampas y desgastarlo, exhibir y magnificar sus posibles debilidades, incluso, inventarle defectos y desaciertos.
Vale más que se reserve, si es el adecuado. La gente lo va a reconocer cuando aparezca.
Sin duda, el independiente es una opción, aunque no quiere decir que sea la única. También alguno de los partidos puede dar la sorpresa y nominar a un personaje que no sea más de lo mismo o se crea el salvador de nuestro país.
Para el 2018 la gente quiere baraja nueva o cartas con la experiencia y madurez, inteligencia y compromiso social, para darle mejor vida a los mexicanos.
Tiempos del independiente
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