Es un misterio, un secreto el comportamiento que tendrá la sociedad, los ciudadanos, en las elecciones del próximo junio en México. Hay un segmento mayoritario que puede dar sorpresas en los resultados. Es obvio que hay una molestia social y nadie puede decir con certeza cómo se va a traducir ese enojo a la hora de ir a votar. El triunfo no está asegurado para nadie.
La disputa por los votos no tiene límite, en los doce estados donde habrá elección de gobernador, el juego sucio es lo de hoy, la exhibición de trayectorias, falsas o ciertas, el objetivo es desacreditar al adversario. La gente ya se hartó, no hay señales de cambio. Todo es más de lo mismo. Para donde quiera que se mire es igual, la descomposición.
Te digo que vienen sorpresas, porque esa población inconforme procurará no darle su voto a los de siempre.
Sin embargo, no va a ser sencillo tomar la decisión, porque para ser franco, a la vista no existe una opción limpia o descontaminada. En ninguno de los estados donde hay competencia existen personajes registrados en el proceso electoral que marquen una clara diferencia con los demás.
En la mayoría de los casos habría que votar a favor del menos malo y en contra del que tiene el historial más corrupto. Por algo no hay prisa en el poder legislativo por aprobar el sistema anticorrupción.
Panorama enmarañado para el votante porque no se ven las alternativas confiables y que garanticen un gobierno distinto
El votante quiere darle una lección a los políticos, castigarlos con la derrota. El problema es que no sabe a quién darle el triunfo.
No es nueva la compra de votos y la condena contra esta práctica, pero es un hecho que persiste en la oscuridad, en la crisis, en la falta de empleo. No faltara el partido o candidato que haga su mayor inversión económica para tratar de amarrar un resultado favorable.
Lo que te argumento es lo que menos le importa a competidores, la finalidad por años ha sido ir por el botín, no por garantizar calidad de vida a la sociedad. La historia se ha repetido un y otra vez. No hay indicios o elementos para ser optimista y suponer que la situación va a cambiar
En la desgracia democrática palpable, lo más grave es que la delincuencia está al acecho, en espera de colarse a posiciones de gobierno.
¿Qué le queda por hacer al votante?
Otra vez por el menos malo y a seguir en lo mismo, los mismos arriba, los mismos en la clase media y los mismos abajo.
Los independientes, apenas se conocen y todavía son escasos.
¿Resignación, impotencia o esperanza?
Lo que te he contado es la realidad y no es exclusiva de México.
Votante confundido en el 2016
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