A Lorenzo Córdova, en su calidad de presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), le tocará dar a conocer al ganador de la elección presidencial el próximo año. Y a Janine Madeline Otálora Malassis, presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), calificar la elección y declarar presidente electo al triunfador.
Ni uno de los dos la tiene fácil. El INE con la responsabilidad de organizar la elección y contar los votos, asegurarse de que nada ni nadie altere o descarrile el proceso. El tribunal, revisar todas las impugnaciones que lleguen a su sala superior, desahogarlas y determinar si hubo o no irregularidades como para invalidar la contienda.
Por lo competida de la batalla política, donde las cifras pueden cerrarse como sucedió en la elección del 2006 e incluso a una menor diferencia entre el primero y segundo lugar, el panorama para Janine tiene nubarrones. Habría presiones lógicas derivadas por una competencia de ese tipo, sobre todo cuando el derrotado se resiste a reconocer al resultado.
Ya sucedió en el 2006, momentos tensos vivió el tribunal, estuvo muy cerca de anular la elección. En ese entonces el presidente de la sala superior era el magistrado Leonel Castillo González. Hubo dos proyectos, uno que avalaba el proceso y otro que lo descalificaba. Entre los hechos graves estuvo la intromisión de Vicente Fox en el proceso y así está consignado en el expediente.
A pesar de las manifestaciones, protestas, cabildeos de uno y otro lado, los magistrados lograron sacar adelante la resolución, que por supuesto nunca convenció al perdedor.
Janine y sus compañeros integrantes de la sala superior, ya tuvieron sus primeras pruebas, las elecciones del estado de México y Coahuila. Sin embargo, ninguna de ellas se puede comparar con lo que representa la elección presidencial, está en juego el país.
La magistrada Janine Madeline Otálora Malassis es una mujer altamente preparada y con experiencia, por eso llegó con el voto de los distintos partidos a ser integrante de la sala superior por nueve años. Por lo mismo, sus compañeros la eligieron su presidenta.
Es abogada egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuenta con doctorado en Ciencia Políticas por la Universidad de la Sorbone, titulada con mención honorífica. En lo laboral, sobresale su desempeño como coordinadora de asesores legislativos del Senado Francés. Tiene la experiencia, antes de llegar a la sala superior, de haber presidido la sala regional del tribunal federal electoral en la Ciudad de México.
Sus cualidades están a la vista, con un perfil como para estar a la altura del proceso y aguantar las presiones del 2018. Solo tiene que asegurarse de una cosa: cumplir y hacer cumplir la ley.
El reto de la magistrada Janine
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