Cuando estudiaba en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García veía ocasionalmente su convoy circular por las calles de la colonia San Rafael en dirección a su oficina, sede de la Organización Editorial Mexicana (OEM). Sabía de su influencia en el deporte y en el política, empresario exitoso. Hábil para las relaciones públicas, le gustaba hacer amigos, sobre todo si estaban en la administración pública. La verdad, por muchos años, solo lo vi en declaraciones en televisión, en fotos y en sus entrevistas que publicaba en sus diarios. Ya no cuajó su aspiración de tener una cadena televisiva. El helicóptero y el avión privado se convirtieron en sus medios de transporte en su mejor etapa económica.
Le voy a contar un episodio del que fui testigo, pero que por años mantuve en reserva porque ese fue el acuerdo, de lo visto y escuchado no trascendería nada, mientras él viviera. Un pasaje que lo pinta como un hombre del medio periodístico con poder. Se los platico hoy para que se vea el peso de su palabra en la política nacional.
Esa vez Don Mario Vázquez Raña (QEPD) estaba de buen humor, cordial, afable, abría su refrigerador y sacaba una botella de tequila. Su comentario fue que era la novedad, tequila helado. El mismo, sonriente, sirvió las copas.
Paquita, su esposa, se asomó para saludar y despedirse de Don Mario. Ella se iba a comer con sus amigas.
Jimena Saldaña (hija de Jorge Saldaña, QEPD), su leal asistente, le avisó que ya estaba su llamada telefónica. Tomó el aparato inalámbrico y habló como si estuviera solo o acompañado de gente de su total confianza.
Captamos nada más lo que él decía.
-Senador, ¿cómo estás?
-Ya está todo listo, nos vamos en el helicóptero.
-Te llamo para comentarte el caso de Marisela Morales.
-Ella es una gran amiga.
-Quiero que la apoyes, que sea ratificada por el Senado.
-Ella tiene toda mi confianza.
-Yo la avalo, yo respondo por ella, no te preocupes, cuenta con que tendrá una conducta institucional.
-Dalo por hecho, necesito que la apoyes, es una gran amiga.
-Vamos a reunirnos con Marisela.
-Estamos de acuerdo.
-Te mando un abrazo.
Don Mario colgó el teléfono.
Marisela Morales había sido propuesta por el presidente Felipe Calderón para ocupar el cargo de procuradora general de la República. No tenía las simpatías de todos los priístas.
Por ley, requería la ratificación del Senado. Don Mario hizo el cabildeo para ayudarle a limpiar el camino.
A la siguiente semana Marisela fue ratificada, sin sobresalto alguno.
El poder de Vázquez Raña
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