Partidos, entre la espada y la pared

Poder legislativo
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La frase “prometer no empobrece, es el dar el que aniquila” seguro papalotea por la cabeza de los partidos políticos. Prácticamente todos han expresado su disposición de contribuir con la devolución de recursos públicos a la reconstrucción de México, por la daños causados por los sismos del 7 y 19 de septiembre. El quedarse sin recursos públicos sí los puede aniquilar, sus planes de campaña con miras a las elecciones presidenciales del 2018. Por lo mismo, no veo que vayan a vaciar sus arcas y acepten quedarse en ceros.

Tampoco veo viable que vayan a eliminar el financiamiento público y volver a la exclusividad del apoyo privado. Por muchos años pelearon para que no solo los particulares, simpatizantes, seguidores e interesados, influyeran de manera decisiva en el resultado de la elección. Por eso se convino, para tratar de equilibrar la competencia, en utilizar dinero del erario.

Sin embargo, por las circunstancias que vive el país, en particular los estados afectados por los temblores, los partidos se han colocado entre la espada y la pared, porque si el dar pudiera aniquilarnos, el no dar puede llevarlos al desastre electoral el siguiente año.

La frase escrita al principio, la modificaría: “prometer no empobrece, pero el no dar, aniquila”, porque la sociedad o los damnificados, van a utilizar su voto para premiar o castigar en el 2018. Hay de aquel partido que haya ofrecido dar y no haya dado nada; de una vez que de por hecho que su votación es muy probable que se desplome y hasta corra el riesgo de perder el registro.

Fallar a la promesa de ayudar, de entregar o devolver parte o todas las prerrogativas económicas, sería suicida. Imperdonable. La gente está muy sensible, no toleraría un engaño de esa naturaleza.

Lo más conveniente es devolver dinero y asegurarse de que el beneficio llegue a su destino, a los afectados, a los que se han quedado sin casa. Los partidos no se pueden ni deben echar para atrás, hay de aquel que lo haga. Pagaría las consecuencias el día de la elección.

Es un proceso que debe transparentarse, para que no haya duda de quién da y quién prefiere quedarse en las palabras. El tiempo corre en contra de los partidos, porque la reconstrucción urge y la contienda presidencial está encima, cada vez más cerca, a nueve meses.

Un tema que puede volverse determinante para el resultado que esperan los partidos. Es jugar con fuego para sus aspiraciones si solo pretenden simular. Como está el ambiente social, lo que hagan o dejen de hacer, tendrá efectos. Se han puesto entre la espada y la pared.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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