Están en el limbo. Los 18 juristas no saben si van o no a ser aprobados por el Senado como magistrados del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA).
Los llamados magistrados anticorrupción, propuestos por el Ejecutivo federal desde el mes de abril del año pasado. Cada uno con la ilusión de ascender en su carrera profesional. Daban por hecho que ya tenían en la bolsa la magistratura. Habían participado en un proceso de selección. Examinados por el entonces consejero jurídico de la presidencia, Humberto Castillejos. Dispuestos a la evaluación de senadores.
Nada, cero, ni evaluación ni aprobación. El que la ley estableciera un plazo para que entraran en operación todos los componentes del sistema anticorrupción, no importó. Los días y semanas transcurrieron sin aterrizar la propuesta del Ejecutivo. Falta el consenso legislativo. Por lo visto, no hay prisa para nombrar a los magistrados. Ningún apuro ni acuerdo con el propósito de hacerlo en el actual periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión. Y menos cuando los partidos están ocupados en la batalla electoral.
A nadie le interesa lo que piensan y digan los aspirantes a magistrados. Ninguno de ellos se ha quejado públicamente. Si hay cierta incomodidad y molestia, están guardadas, en reserva. Su entusiasmo debe de estar por lo suelos. Creyeron que era inminente su ascenso. No lo ha sido. Como va el proceso, de no sacarlo en las próximas semanas de la actual legislatura, la decisión se dejará a la nueva composición del Senado, que dependerá de lo que suceda en las elecciones del 1 de julio.
Y si la decisión se deja para la siguiente legislatura, es muy probable que surja una nueva propuesta. Cambio de baraja. Nuevos nombres. Quizás rescaten algunos de los propuestos en abril. Aquellos que tengan impecable perfil y no hayan sido acusados de supuestas ligas partidistas.
¿Se vale darle ese trato a los 18 juristas? ¿Es respetuoso? ¿Justo? ¿Ético? ¿Legítimo?
Hay quienes todavía conservan la esperanza de ser nombrados y ocupan parte de su tiempo en revisar y estudiar las tareas que tendrían asignadas. Tienen la esperanza de que los tiempos electorales no sea el pretexto para desecharlos. La realidad es que existe el riesgo de que manden al archivo o al bote de basura los 18 nombres. Dañaría la imagen del Senado, otra mancha más, pero parece que tiene sin cuidado a los integrantes de esta cámara.
Por lo pronto, les recuerdo que los aspirantes a magistrados son Álvaro Castro Estrada, Jesús Rojas Ibáñez, María Zaragoza Sigler, Javier Armando Abreu Cruz, Verónica Aguilera Orta, Ana Yadira Alarcón Márquez, David Alejandro Alpide Tovar, Carlos Antonio Alpízar Salazar, Miguel Guillermo Aragón Lagunas, Gerardo Alfonso Chávez Chaparro, Alejandro Víctor Jesús Díaz de León Carrasco, Hortensia García Salgado, Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez, Luis Eduardo Iturriaga Velasco, Claudia Rosana Morales Lara, Marco Antonio Palacios Ornelas, Víctor Mariel Soulé y José Luis Stein Velasco.
¿Se quedarán vestidos y alborotados?
¿18 juristas vestidos y alborotados?
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