Luis Donaldo y la seguridad

Poder legislativo
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Para quienes colaboraron muy cerca de Luis Donaldo Colosio Murrieta en 1994, saben que el candidato priísta a la presidencia de la República aborrecía la seguridad. No iba con sus fines de mantener contacto estrecho con militantes y simpatizantes. Creía que la presencia de la escolta alejaba a la gente. Y así se lo hacía saber a quien era responsable de cuidarlo.
Incluso, dejó correr la versión, en su primer círculo, que no era necesario contar con el Estado Mayor Presidencial. Pensaba hacerlo a un lado una vez que ganara la elección y después de tomar posesión como jefe de la nación.
Quería dar imagen diferente, mucho más accesible. Por lo tanto, esta idea cacareada ahora, nace años atrás. Con Colosio. Uno de los integrantes del próximo gabinete, trabajó con el sonorense. Lo hizo muy cerca. Alfonso Durazo, quien va a desempeñarse como Secretario de Seguridad Pública.
En México y en el mundo, lo registra la historia, cuando alguien está dispuesto a dar su vida a cambio de quitársela a otro, es muy complicado evitar que cumpla su objetivo. Por fortuna, cada vez hay personal más calificado y mejor tecnología para impedir sucesos fatales.
He visto en la calle personajes que no son de la política, sino del poder económico, que cargan con una media docena o más de guardaespaldas, aunque no me dan la impresión de que sean altamente eficaces.
Otros que conozco, también de la iniciativa privada, solo usan una persona. Se nota que tienen una preparación de primera. En ningún momento pierden de vista a su protegido. He preguntado sobre su capacitación y la respuesta ha sido que estudiaron fuera de México. Mencionan Israel. Fama de excelencia en materia de protección.
Es decir, para estos personajes del poder económico, la garantía de su seguridad y preservación de vida está más en relación con la calidad de la escolta que con la cantidad.
Hay consenso y consciencia de que los jefes de Estado y de gobierno la requieren,  porque no están exentos de que en el camino se les cruce un desequilibrado.
No son ciudadanos comunes, fueron elegidos para representar a un país, representan a una nación.
Por eso, por su investidura, la seguridad es obligada.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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