En la lucha por el relevo en la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero se perfila para seguir en la presidencia.
Tiene más puntos a su favor que cualquiera de los otros contendientes, resultado de su gestión al frente del panismo.
Ha sabido recuperarse del tropiezo de 2012 y cargarle la derrota a Felipe Calderón, quien no pudo imponer a Ernesto Cordero en la candidatura de su partido ni lograr el triunfo de su hermana Luis María Calderón en Michoacán.
Ya sin la sombra calderonista, Madero consiguió que el PAN conservara la gubernatura de Baja California.
Además, a pesar de la inconformidad de Cordero, lo hizo a un lado de la coordinación de los senadores panistas y colocó a Jorge Luis Preciado. En la Cámara de Diputados tiene a Luis Alberto Villarreal coordinando la bancada azul.
Su periodo de tres años venció el 4 de diciembre pasado, pero debido al proceso de modificación estatutaria y la nueva forma para elegir al presidente del partido, se ha mantenido a la cabeza.
Esto le ha permitido seguirse promocionando desde la presidencia. Es el protagonista en los spots de Acción Nacional en televisión y radio. Es el que más se ve de los panistas.
También hay que añadirle su participación en el Pacto por México, estuvo en la mesa de negociaciones y acuerdos.
En cambio sus principales contendientes, Ernesto Cordero y Josefina Vázquez Mota, se han rezagado. Al primero, por su novatez como político, no se le hizo ser candidato presidencial y cuando creyó que ya lo sabía todo, perdió la coordinación en el Senado de la República. Josefina, después de su fracaso en la competencia del 2012, prefirió irse de vacaciones y ahora supone que su solo nombre basta para que la sigan los militantes.
De acuerdo con las nuevas reglas, ya no será un consejo de 360 sabios el que elija al dirigente sino más de 400 mil militantes activos, que por supuesto, tienen más en la mente y en su corazón a Gustavo que a Ernesto y Josefina.
El atractivo económico de esta competencia es que el presidente del PAN tiene un ingreso mensual superior a los 190 mil pesos y el financiamiento público para su partido en el 2014 ronda los 900 millones de pesos.
Madero perfilado para tres años más
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