Saúl Juan Martínez Ramírez tiene más de 30 años de limpiar zapatos en la Cámara de Diputados.
Su cajón que él llama “portafolio” lo ha acompañado siempre y para estrenarlo lo barnizó de color caoba, pero desde que en 1994 asesinaron al entonces candidato presidencial priísta, en su homenaje y por respeto, lo pintó de negro.
El próximo marzo se cumplirán dos décadas del magnicidio del sonorense Luis Donaldo Colosio.
Le lustraba regularmente sus zapatos.
Platicaban mientras lo hacía, aunque nunca temas políticos, sino de las aficiones deportivas del legislador.
Cuando llegaba de mal humor, se quitaba el calzado para que el bolero hiciera su trabajo fuera de oficina.
“Todos tenemos nuestro carácter”, comenta Saúl para justificar a uno de sus clientes preferidos; le pagaba lo justo; el plus era la conversación amigable con quien sería presidente del PRI, titular de la Secretaría de Desarrollo Social y candidato a la presidencia de la República.
Se enteró del crimen a través de la televisión; desde ese fatídico año decidió que el color de su “portafolio” sería negro y el luto de su herramienta de trabajo se ha mantenido hasta la fecha.
“Aquí subía su pie” –recuerda señalando la parte superior de su cajón.
A Saúl también le ha tocado limpiar los zapatos de Fernando Ortiz Arana, Humberto Lugo Gil, Mariano Piña Olaya y Sócrates Rizzo, entre otros.
Tiene muy presente el nombre de Piña Olaya, quien fuera gobernador de Puebla, porque como legislador le daba por boleada 15 pesos cuando la tarifa era apenas de 80 centavos.
Actualmente Saúl combina su trabajo de bolero con el de empleado de la misma cámara.
Hace 26 años empezó en el área de intendencia y ahora apoya tareas de logística.
Pintó su cajón de negro por Colosio
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