A propósito del mes de la amistad y el amor hay que recordar que las afinidades entre el PRI y el PAN no son ninguna novedad, aunque a veces parezca sorprender a militantes de reciente ingreso y se les haga fácil reprobar a su dirigencia por esa cercanía.
Los senadores Javier Lozano (panista desde 2007) y Ernesto Cordero (panista desde 2010) deberían revisar la historia de su partido y comprobar la relación que ha mantenido con el tricolor, en diferentes episodios y magnitudes.
Cuando el PRI más necesitó del PAN, cuando se puso en duda el triunfo presidencial de Carlos Salinas, cuando la calificación de la elección presidencial se hizo entre jaloneos y empujones en la Cámara de Diputados entonces erigida en Colegio Electoral, prevaleció su alianza por encima de la inconformidad virulenta de la izquierda.
En este tiempo los paquetes electorales se depositaron en el estacionamiento del recinto de San Lázaro, bajo la custodia de elementos del Ejército. En más de una ocasión los opositores pretendieron que se abrieran y ahí estuvieron priístas y panistas para impedirlo.
No deben olvidar Cordero y Lozano que Manuel J. Clouthier, Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Ibarra acudieron en 1988 a la Secretaría de Gobernación para cuestionar el resultado del proceso.
El sistema se cayó y calló esa vez y muchas voces repitieron que la mayoría de los votos fueron para el ingeniero Cárdenas.
La dirigencia panista encabezada por Don Luis Héctor Álvarez analizó la situación, valoró los escenarios posibles y optó por aceptar un documento que abría la puerta a lo que se llamó legitimación en el ejercicio del poder.
Don Luis y sus compañeros se convencieron de que entre Cárdenas y Salinas, lo menos malo para el país era el segundo.
Y así lo hicieron.
También el PRI ha sabido corresponder en momentos críticos; en el proceso electoral del 2006 se complicó el ingresó de Felipe Calderón al recinto legislativo de San Lázaro para que rindiera protesta como presidente de México. Entró por la puerta de atrás con la ayuda de los priìstas coordinados por Manlio Fabio Beltrones y, la ceremonia, entre empujones, duró lo suficiente para cumplir con el protocolo y la Constitución.
Pero no son únicos episodios, los consensos se han alcanzado sobre todo en la actividad legislativa; hay que dar por hecho que ocurrirá lo mismo en la aprobación de las leyes secundarias que le darán forma a las reformas constitucionales en telecomunicaciones, energía, justicia y política en el actual periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión.
Por eso Cordero y Lozano no se deben de sorprender que PRI y el PAN caminen de la mano y menos en el mes del amor y la amistad.
La amistad PRI-PAN
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