La puerta natural para el diálogo con grupos políticos no puede ser otra que la Secretaría de Gobernación.
Así ha sido por muchos años, aunque no siempre con los resultados que esperan quienes acuden a esa ventanilla.
Por ley corresponde a dicha secretaría la política interior, alentar la comunicación y promover la convivencia armónica en la sociedad.
Eso lo tiene claro su titular Rosa Icela Rodríguez.
Recién asumido su cargo, entrevistada en el estacionamiento de la Cámara de Diputados, interrogada sobre actos de violencia en el país y la estrategia para hacerle frente, aclaró de inmediato que esa tarea ya estaba en manos de Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
Desde el primero de octubre lo suyo es la política interior y el jueves pasado, precisamente el día en que millones de mexicanos celebran la aparición de la virgen María en el cerro del Tepeyac, dio un paso significativo al reunirse con los coordinadores parlamentarios en el Senado e integrantes de la Comisión de Gobernación.
Cierto que esta vez el motivo fue intercambiar información ante la próxima toma de posesión del nuevo presidente de los Estados Unidos Donald Trump, los anuncios que ha hecho y emprenderá desde el primer día de su gobierno respecto a la relación con México.
No pinta nada optimista el escenario en materia de migración, comercio y combate al narcotráfico. El vecino tiene la intención de tomar medidas de manera unilateral y sin previa negociación y acuerdo. Al menos es lo que parece por el ímpetu que trae desde que arrolló en las elecciones de su país.
A México no le queda otra que prepararse para lo peor e insistir en el diálogo bilateral y respetuoso.
Por eso fue un acierto que Rosa Icela haya aceptado la invitación para participar en reunión de trabajo con la Comisión de Gobernación del Senado, para intercambiar impresiones.
Ya sabemos que la oposición está ansiosa de diálogo y sus nuevos dirigentes lo han subrayado.
Solicitaron platicar con la presidenta Claudia Sheinbaum. La mandataria hizo lo correcto al mandarlos a la ventanilla correspondiente.
Más de uno podría decir que la oposición está obligada a formar un frente común ante lo que se avecina en la relación México-Estados Unidos. Enhorabuena que se reconozca que la unidad es indispensable cuando son amenazados los intereses de la nación.
La reunión entre los senadores de los distintos partidos y Rosa Icela dejó satisfechas a todas las partes.
Hubo respeto, entendimiento, comprensión y el compromiso de avanzar por ese camino.
Sin duda, excelente señal, paso inicial que deberá de ser seguido por muchos otros para ponerse de acuerdo en las distintas materias, metas o problemas que tiene México.
Rosa Icela convenció a sus interlocutores sin aspavientos ni arrogancias, con la sencillez y el lenguaje directo que le caracterizan.
Un gesto de ese estilo de la secretaria lo relató Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado, cuando estuvo dispuesta a que los senadores salieran de la reunión para que fueran a votar al salón plenario, porque ya eran convocados por el sonido que se escucha en todo el inmueble legislativo con ese propósito.
“Aquí los espero”, les dijo la secretaria.
Noroña se encargó de llevar a la sesión el voto de sus compañeros, para que no tuvieran que dejar sola a la invitada.
La puerta al diálogo está abierta.
La Puerta del Diálogo
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