Más de mil 200 millones de pesos a la basura, en el desperdicio. Eso fue lo que gastó el Estado para la conservación de las boletas electorales del 2006.
Después de múltiples reclamos e impugnaciones judiciales, en instancias nacionales e internacionales, finalmente se desechó la petición de tener acceso a dichas boletas, que muchas de ellas, por el deterioro del paso del tiempo, ya no fueron útiles ni para el reciclaje.
Casi siete años almacenadas, esperando la resolución de las autoridades, hasta agotar el último tribunal. Ninguna autoridad consideró que era válida o aceptable la solicitud de tener acceso a las boletas.
Independientemente de que fue una decisión apegada al marco jurídico, sirva esta experiencia para futuros casos, para que no se repita la historia cuando las mismas leyes mexicanas marcan el camino de lo que corresponde hacer si hay dudas sobre el resultado del proceso.
En el 2006 el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación hizo un recuento parcial de votos en el marco de la ley. No encontró nada que revirtiera la tendencia que favoreció al candidato del Partido Acción Nacional, hablando estrictamente de las boletas.
Los mil 200 millones de pesos, en este momento, serían de gran ayuda para los damnificados por inundaciones.
Boletas del IFE recicladas
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