Sergio es un nevero con más de 20 años de antigüedad. No tiene un negocio establecido pero durante todo ese tiempo las autoridades delegacionales le han permitido trabajar en el mercadillo que se instala cada domingo en la @lanapoles de la @delegaciónBJ en la ciudad de México.
Por supuesto que ha tenido que pagar su cuota, variable, dependiendo del humor de los supervisores, para vender su producto en la esquina de Filadelfia y Nueva York. Sin recibo de por medio, para que no quede huella.
Ha sido su lugar de toda la vida, vende nieves y helados de 50 sabores, para todos los gustos. Su permanencia es una prueba de que la clientela está satisfecha con lo que hace.
Sin embargo, por quejas de vecinos que han visto afectado el acceso al estacionamiento de su domicilio, se han reubicado las garrafas y cilindros de Sergio, para que nadie se moleste.
El asunto es que esa reubicación ya tiene precio, 15 mil pesos le solicitan quienes dicen representar a la delegación Benito Juárez. Un “arreglo” verbal, sin papel que lo formalice.
“¿Y de dónde saco 15 mil pesos?”, se pregunta Sergio.
Además, en el momento en que haya cambio de autoridades, otra vez a negociar con los que llegan.
La verdad, el equipo del delegado Jorge Romero Herrera tiene la solución en sus manos, para evitar poner en riesgo el sustento de la familia del nevero. Basta con regularizarlo, darle un espacio para que pueda trabajar y asegurarse de que no obstruya la circulación vehicular.
Quitarle las barricas y cilindros para presionarlo a que pague 15 mil pesos, no es la solución, es corrupción.
El delegado tiene la palabra.
Nieves de la Nápoles
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