Con su gorro característico se acercó a la mesa de quienes saboreaban sus platillos.
Había salido de la cocina para agradecer la felicitación que unos minutos antes le había llevado uno de los meseros.
Se repitió el elogio para su Gamberetto -filete de camarón en salsa de cilantro y conchigliones rellenos de queso de cabra y jitomate- y su Rosmarinoquaglia -codornices horneadas al romero, rellenas de cordero sobre pastel de vegetales y reducción de su jugo.
Excelencia, presentación, decoración, sabor y calidad en los alimentos.
Gerardo Jiménez Paz mantuvo su rostro serio, pero relajado, sereno. Se concretó a solicitar una foto con los comensales.
En ese momento, sólo se dio tiempo para responder una pregunta, pues la cocina lo estaba esperando.
-¿Dónde estudiaste?
De inmediato, sin titubear, ni ruborizarse y mucho menos avergonzarse, sino con un tono de orgullo, respondió:
-Empecé de lavaplatos.
Agradeció y se retiró.
Su trabajo de lavaplatos fue en la cadena Toks.
Estudió algunos cursos de cocina y repostería, pero no hizo carrera. Se formó en la práctica, viendo y aprendiendo, en los diferentes lugares en los que ha laborado.
Su primer maestro fue el chef Mario Rodríguez, especialista en comida internacional, sobre todo española.
Después la chef Alicia Zárate (hasta donde se, ningún lazo familiar con quien escribe). En Televisa Chapultepec. El platillo que más le pedían era el “Huachinango Mediterráneo”.
El contacto con la cocina lo tuvo desde niño en su casa. Ahí hacía la tarea, vigilado por sus padres, que buena parte de su tiempo utilizaban ese espacio porque entonces ambos estaban dedicados a la venta de comida.
Gerardo tiene apenas 28 años de edad y aspira a ser dueño de su propio restaurante.
Por ahora es el chef de La Strega, donde la especialidad es la gastronomía italiana.
De lavaplatos a Chef
Typography
- Font Size
- Default
- Reading Mode