¿Narro, candidato independiente?

Educación
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El capital político y académico que ha acumulado el doctor José Narro al frente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alcanza y sobra para una nueva inversión en beneficio del país.

Llega al final de su ciclo como rector con una universidad en paz, estable, dedicada al estudio y con recobrado prestigio nacional e internacional. Sin embargo, ha admitido que todavía hay pendientes, porque la tarea en la institución es inacabable, siempre habrá nuevos y permanentes retos. Ampliar la matrícula, mejorar la calidad educativa, reforzar la investigación, darle al mundo nuevos Premios Nobel y servidores públicos con irreprochable ética.

Dentro y fuera de la universidad ha ganado reconocimiento a su trabajo. En noviembre de  2011 se aprobó su reelección para un segundo y último periodo, porque la normatividad interna no permite más, en la rectoría. En total ocho años que no han estado exentos de dificultades, ninguna del tamaño para arruinar su desempeño. Las cifras le favorecen, en su periodo se titularon 154 mil estudiantes, se graduaron 32 mil especialistas, 22 mil maestros y 5 mil 700 doctores.

El próximo 5 de diciembre cumplirá 67 años y llega a esta edad con un vigor que hace inimaginable pensar en su retiro, que se vaya ir a su casa a descansar, a encerrarse en un cubículo a escribir sus memorias, ocupar su  tiempo en la investigación o dar clases en la Facultad de Medicina.

Al final la decisión es suya y puede hacer cualquiera de esas actividades, está en todo su derecho. Para el país significaría perder la oportunidad de ubicarlo en una posición mucho más rentable, sobre todo cuando es evidente que hacen falta cuadros con experiencia, capacidad y prestigio.

¿Qué hacer con el rector?

En semanas recientes su nombre fue mencionado en diversos medios como prospecto para incorporarse al gabinete. Se habló de la Secretaría de Educación Púbica y también de la Secretaría de Salud. No ocurrió nada. La decisión presidencial fue en otro sentido,  Aurelio Nuño se hizo cargo de la SEP y en Salud se mantuvo a Mercedes Juan López.

Narro, tiene larga carrera en el servicio público. Fue subsecretario de Población y Servicios Migratorios en la Secretaría de Gobernación  y Subsecretario de Salud, además de asesor de la Organización Mundial de Salud. En la misma universidad nacional ha ocupado diferentes posiciones. Fue director de la Facultad de Medicina y secretario general de la UNAM.

Su capital político acumulado, sobre todo por los ocho años en la máxima casa de estudios, le da hasta para ser tomado en cuenta como aspirante independiente para el proceso electoral de 2018.

Intelectuales, empresarios y organizaciones de la sociedad civil están en busca de una opción distinta a la de los partidos que sufren un desgaste y pérdida de credibilidad sin precedentes. Todos. Lo peor para ellos es que no se ve que hagan algo para remediar su descrédito. Todavía tienen tiempo para reposicionarse y mejorar su imagen.

Como no hay garantía de ese repunte partidista, por eso se valora la alternativa de los independientes.

Narro tiene los méritos para ser incluido en esa lista, aunque claro, depende en primer lugar de que quiera. Y si quiere,  de ninguna manera significa que vaya con pase automático a la silla presidencial, porque tendría que cumplir con los requisitos de la ley electoral para ser candidato y luego ganarse el voto electoral. Nada sencillo pero tampoco imposible.

Lo que es un hecho es que se trata de un personaje que puede ser considerado para alcanzar ese nivel.

Por si algún logro universitario le faltara, el equipo de futbol Pumas va de líder en el torneo mexicano.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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