Tránsito cerca del colapso

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Los  automóviles casi se rosaban, estaba tan cerca el chasis que mi padre podía sacar el brazo y saludar de mano al conductor vecino, pero más que divertirle hacerlo, el tráfico lo tenía estresado, un rostro de ansiedad. Lo observaba de reojo y confirmaba su angustia.

-Mejor regrésate a casa- ordenó.

Era la avenida Revolución, en dirección hacia el sur, la intención era llevarlo a tomar un café en San Ángel. El tráfico o tránsito en hora pico y en viernes estaba insoportable. Iba feliz por la compañía, quería agradarlo y consentirlo, como tantas veces lo ha hecho él conmigo, nada más que no está acostumbrado a ese movimiento; en su pueblo en Veracruz, donde vive, las calles no llegan a ese extremo.

Salí de dicha vía y vuelta a casa. Mi padre respiró y sonrió.

En otra ocasión, el camino era la avenida Miguel Ángel de Quevedo. También viernes, hora pico y quincena, en dirección a comer con unos amigos. Me acompañaba mi esposa. La vi observar el reloj en varias ocasiones.

-¡5 metros en 30 minutos!- exclamó.

Con ganas de retornar.

-Ya falta poco –la animé.

A 2 y 10 kilómetros por hora casi todo el trayecto y peor a la altura de donde en fecha reciente inauguraron la plaza comercial Oasis. No había ningún accidente ni coche averiado, tampoco los semáforos estaban descompuestos. Por fortuna el destino no era lejos.

Una imagen más de la zona metropolitana del Valle de México, esta vez el conductor era un amigo y yo de copiloto. Mi auto en el taller, se ofreció a llevarme a casa, no tenía que desviarse, el camino era el acostumbrado para llegar a su domicilio.

Ese día hubo marcha al mediodía en Paseo de la Reforma y más tarde, antes de llegar la noche, cayó una fuerte lluvia. En la oficina y dedicados al trabajo, ni idea del tamaño de la tormenta.

Cuando salimos la luz del atardecer se había ido, era de noche, el piso todavía estaba mojado, tomamos un tramo de Reforma y pronto descubrimos que el tránsito estaba prácticamente detenido. Decidió cambiar de ruta. Por los noticieros nocturnos, cada uno en su respectivo hogar, nos enteramos de la gravedad de los encharcamientos o inundaciones en Periférico. Enhorabuena por haber tomado otra vía.

Hay quienes juzgan que el tránsito en el valle de México, en la zona metropolitana, se aproxima al colapso.

Demasiados automóviles, cada día más y las calles no han crecido. El riesgo del colapso sobre todo en las horas pico, no ya entrada la noche ni de madrugada, tampoco los domingos ni en días festivos o puentes vacacionales, mucho menos un 25 de diciembre o el 1 de enero. En la zona metropolitana circulan más de tres millones de automotores.

Según el Reporte Nacional de Movilidad Urbana 2014-2015, la velocidad promedio en horas pico es de 8 a 11 kilómetros por hora.

El 29 % de los viajes diarios son en automóvil particular;  60.6 % en transporte público concesionado (microbuses, combis, autobuses suburbanos y taxis); 8 % en sistema integrado de transporte público (metro, metrobuses, tren ligero y trolebús); 2.4 % en bicicleta y moto.

La problemática no es exclusiva de los mexicanos, en una situación que se presenta en otra grandes ciudades del mundo y en muchos casos con serias consecuencias de contaminación.

Por eso en Oslo, Noruega, se han propuesto para el 2019 una ciudad sin autos; en Hamburgo, Alemania quieren un centro sin autos para el 2034. En Madrid también toman medidas para liberar el centro. En la capital de  Francia, no por lo que les ha sucedido en estos días, sino desde semanas atrás, se ha restringido el uso del auto los domingos.

En el centro de la ciudad de México los peatones cada vez ganan más espacio, aunque no es suficiente.

Hay que decir que el conflicto vehicular en nuestro país, no es solo en el valle de México, se presenta también en Monterrey, Guadalajara, Ciudad Juárez, León y en muchos otros lugares donde las medidas preventivas se aplican a cuentagotas.

Te platico esta historia para contribuir a hacer conciencia de que el tema reclama una respuesta compartida de autoridades y ciudadanos, antes de llegar a romper el récord de contar con los estacionamientos más grandes del mundo.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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