Al ver el cuadro e inmediatamente el título, lo primero que vino a mi mente fue la fuga de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”. La más reciente, la del Altiplano en el estado de México. Aunque también me pregunté: ¿Y qué tiene que ver una pistola? Nada con la famosa fuga, porque no utilizó esa arma para escaparse. Sin embargo, las armas de fuego tienen liga con quienes llevan una vida que se aparta de la ley. Además, la pistola de la que te hablo, apunta hacia lo que se puede ver como un camino, un túnel, que en su entrada tiene luz y luego se oscurece.
Es el cuadro de la pintora Lorena Camarena Osorno, que tituló “Fuga”, parte de la exposición montada en la Fundación Sebastián, en la Ciudad de México. Deja en claro que esta “fuga” nada tiene que ver con “El Chapo”. Admite que para ella no es fácil titular su obra y tampoco sabe con certeza lo que hará cuando toma los pinceles y empieza a pintar.
Se deja llevar por la memoria histórica, por ese pasado que se va perdiendo con el transcurrir del tiempo y que quiere petrificar. Por eso el nombre de su exposición es “Luz Fósil”. Deja huella, te ilumina y hace reflexionar, imaginar, sin importar si lo que imaginas coincide o no con la intención de la artista. La obra provoca y hace construir historias, te impacta.
En la “fuga” también se dibuja una báscula y es lo que en la ficción puede servir para calcular lo que pesa la tierra que se sacará del túnel. Es una historia inventada por el observador y que se construye a partir de los trazos de Lorena Camarena Osorno en el lienzo.
Para Lorena, lo que hay en su cuadro “es la fuga del momento, la presencia humana que se escapa con el paso del tiempo, que solo es posible fosilizar, petrificar, en la pintura”.
-Y de México que quisieras petrificar?
-La frescura de la vida, nuestros valores, para darnos cuenta que el país sigue a pesar de actos espantosos.
Está consciente de la situación en México pero para Lorena lo que al final debe prevalecer es lo positivo.
Otro de sus cuadros es “la mujer árbol”, la identificación con la ecología. Quizás suene raro que insista en que sus primeros pincelazos sobre la tela los da sin saber lo que hará, pero así es. O sea, cuando empezó, no tenía la idea de una mujer y mucho menos bautizarla como “mujer árbol”. Reconoce que esta pintura tiene influencia romana.
Es lo que su inspiración transmite a través de sus manos, da luz y petrifica los momentos que se escapan.
Tiene una fluidez artística que contrasta con su timidez oral, porque reconoce que lo suyo no es hablar en público y prefiere que sea la poetisa María Rivera quien haga la presentación de la exposición y hable de su obra, resalte que en los residuos de la historia está lo verdadero, la belleza inesperada, su universo personal, hechos que sucedieron en otro tiempo pero que permanecen.
La obra de Lorena estimula la imaginación.
Fuga del Chapo en Arte
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