Estaba al final del callejón del “Diamante”. Pendiente medianamente inclinada. Había que caminar lento para no tropezar con otros peatones ni con los improvisados puestos de cada uno de los lados, expendios de artesanías, aretes, pulseras, vestidos, juguetes de madera y toda clase de adornos. En el Centro Histórico de Xalapa, la capital que por lo menos en el estado jarocho todos escriben con “X” pero también se vale con  “J”.

Recorrido de por lo menos 500 metros para llegar a la punta, que no era precisamente de una piedra preciosa, sino un descanso, un pasillo angosto que desembocaba en una calle. Se percibía aire aromático. El atrayente olor venía del esquinado estanquillo “Aroma Vainilla”.

Pequeño negocio con anaqueles que exhibían botellas estilizadas y en la entrada, encapsulada en acrílico réplica de la pirámide del Tajín, hecha con las tiras delgadas de la vainilla, con sus 365 nichos. Precio: 40 mil pesos. Cantidad que ese día, tampoco en los anteriores, traía en la bolsa. Era suficiente con admirarla y olerla. Trabajo de artista para maravillar al mundo.

Cuando escuché su nombre, de inmediato lo relacioné con el famoso comediante, Sergio Corona. Es homónimo. Su segundo apellido es Aparicio. Ninguno lazo familiar. Coincidencia, nada más. Pronto supe por su voz que era autor de figuras en vainilla que han ganado premios.

Tiene en proyecto hacer la réplica de la torre Eiffel. Para llevarlo a cabo hace falta dinero y el gobierno estatal no ha dicho esta boca es mía, aunque pensándolo bien, quizás un filántropo francés pudiera estar interesado o el mismo ministerio de cultura de Francia, a propósito de que se trata de su obra emblemática y es un país amante de los aromas exquisitos.

La vainilla es un planta milenaria, que nació en la región del Totonacapan. Famosa en el universo. Se utiliza para darle sabor y olor a los alimentos, a los pasteles, a los helados, a las bebidas. Conocida y apreciada por nuestros indígenas desde años antes de que llegaran los conquistadores. Bebida de dioses nativos que no tardaron en descubrir Hernán Cortés y su compañía.

Inspiradora de leyendas, historias que hablan del sacrificio de una princesa totonaca enamorada. Una dice que ella se transformó en la planta frágil y aromática. La otra asegura que en la tierra en donde se derramó su sangre brotó esta maravilla de la naturaleza.

Por ser de origen nacional, México dominó por muchos años el mercado de la vainilla, hasta que otros países encontraron la forma de cultivarla. Se desatendió la producción y el mercado. Las autoridades no se preocuparon, nada raro, por hacerle frente a la competencia.

Ahora se cuenta con artistas como Sergio Corona Aparicio. Joven creativo y emprendedor, animoso, de familia vainillera, con una habilidad especial para hacer figuras con esta planta. Ojalá las autoridades no abandonen ni dejen caer el desarrollo artístico de la vainilla.

El poder de María Félix era real, el diputado Jorge Moreno Collado se asustó; el periódico El Universal lo pensó dos veces antes de publicar que la famosa actriz había violado la Constitución y el jurista Ignacio Burgoa Orihuela (QEPD) salió en los medios a defenderla.

Al final, la diva ofreció una disculpa, admitió que había incumplido con el artículo 37 de la Constitución porque primero recibió la condecoración de un país extranjero y después solicitó permiso al poder legislativo.

Entonces, en 1996, el no pedir permiso al Congreso o a su Comisión Permanente se sancionaba con la pérdida de la ciudadanía. El citado articulo se modificó en 2013, el castigo sigue siendo el mismo pero ahora el trámite o la autorización se hace ante el Ejecutivo, la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Por supuesto que María no perdió la ciudadanía ni aplicó con ella el criterio de que el desconocimiento de una ley no tiene disculpa cuando se incumple.

La historia la conozco de primera mano. Se las voy a contar, aprovechando la Semana Santa, que para muchos es vacacional. Para que sepan el origen de esa información.

Era reportero de El Universal con la responsabilidad de darle cobertura a las actividades de la Cámara de Diputados.

Una de mis fuentes de información en el recinto legislativo de San Lázaro me sugirió revisar el caso de María Félix, la condecoración que había recibido del gobierno francés y el contenido del artículo 37 de la Constitución. “Parece que no solicitó permiso al legislativo”.

Lo hice de inmediato, la información era muy interesante y desde el primer momento empecé a saborearla.

Verifiqué la fecha en que María fue condecorada por Francia con la Orden Nacional de Artes y Letras en grado de Comendador. Seguí con la lectura de la Constitución, el repaso a mis archivos y la Gaceta Parlamentaria. ¡Confirmado! María no había solicitado permiso.

Con esos elementos fui a buscar al diputado priísta Jorge Moreno Collado, integrante de la comisión a la que correspondía dictaminar dicho asunto. Estaba sorprendido con la historia. Admitía que era cierta y precisa. Lo noté inquieto pero convencido ante las pruebas.

Se me hacía agua la boca, llegué emocionado a la redacción de El Universal. Pasé mi adelanto de lo que traía al jefe de información y a escribir la exclusiva. Daba por hecho que tenía ganada la primera plana.

Alrededor de las 20:00 horas fue a mi lugar el respetado, profesional y querido Oscar Hinojosa, ya fallecido, subdirector del diario. En sus manos una copia de lo que había escrito. Empezamos a platicar del tema. Me preguntó varias veces sí tenía todos los datos confirmados. Todo verificado, le aseguré.

La nota estaba propuesta para ser la principal, al día siguiente apareció en primera plana pero en la parte inferior.

De cualquier manera armó ruido. Siempre he dicho que en El Universal, aunque la información aparezca en la página 80, se lee, por el prestigio del diario, que sigue intacto.

Por la noche, en el canal de las estrellas, apareció Ignacio Burgoa Orihuela. El jurista de más peso político, constitucionalista altamente respetable. Con la espada desenvainada, fiel mosquetero de la Doña, a defenderla aunque haya sido culpable. Arremetió contra el diputado Jorge Moreno Collado. Hasta lo llamó ignorante.

Al día siguiente, en la cámara, a la distancia observé al diputado, estaba asustado. No era para menos. María había dado una demostración de fuerza al recurrir al maestro Burgoa.

Rehuyó al reportero. No lo platiqué con él, pero muy probablemente me hacía responsable del aprieto en que se encontraba, a pesar de saber que María había omitido la Constitución.

Al tercer día todos se convencieron de que se tenía que cumplir con el trámite, a toro pasado. La misma actriz lo aceptó e hizo llegar, no pública, una disculpa por el error cometido.

Se repuso el procedimiento.

Cambió el semblante de Moreno Collado, estaba feliz, se sentía autor y protagonista de este episodio.

Le volvió la sonrisa y el ánimo para saludar y platicar con el reportero.

Disfruté la nota pero también constaté el poder o el miedo que le tenían a la ilustre sonorense.

Por años he escuchado y leído que el “Pentapichichi” es un mamón, soberbio, arrogante, creído y prepotente. Hoy descubrí que por encima de todo eso está su calidad humana, su inteligencia.

Siempre supuse que esa percepción no correspondía a la realidad, que era producto de la envidia, del celo e idiosincrasia mexicana que le resulta difícil tolerar el triunfo de otro. Confirmé mis sospechas.

Además, Hugo Sánchez reacciona atinado ante el calificativo reiterado de mamón. Le encuentra el lado amable y democrático. Colectiviza el adjetivo. Le asiste la razón cuando dice que todos tenemos un grado de mamón. Hay que aceptar esa verdad. Claro, unos más, otros menos, pero nadie se salva.

Cuando le platiqué a mi esposa sobre lo que hizo con su primer sueldo de futbolista, no me dejó  terminar y recordó que seguro hizo lo mismo que ella. El cien por ciento para la mamá.

No soy un experto en el futbol ni aficionado de hueso colorado, pero disfruto a los que juegan bien y me caen mucho mejor cuando entienden que el deporte no está reñido ni con la cultura ni la educación.

Hugo Sánchez tiene educación y cultura.

Tiene conceptos de vida que vale la pena reflexionar. Por ejemplo, decir que la riqueza y el poder tienen que diluirse, llegar a más gente y no sólo a unos cuantos y a los mismos.

Otro, colocar en primer lugar a la persona y después a la institución. Lo común, lo repiten políticos, la institución, o sea, lo material, el programa, lo frío, está antes y por encima del individuo.

Hay que ver primero a la persona porque la persona es efectivamente la institución. La institución no es el edificio ni las siglas de un organismo gubernamental o autónomo. Lo humano va por delante. Es lo que piensa Hugo.

Esta vez fui testigo de la plática de Hugo con aficionados al futbol, que por supuesto saben mucho más del balompié que quien esto escribe. Nombres de equipos, fechas, campeonatos mundiales, futbol europeo, Real Madrid,  Atlético Español, futbol mexicano, la selección, Miguel Herrera, directivos, Vela, el América, el Celaya, los Pumas. Enciclopedias deportivas.

Coincido en que Hugo es el jugador que más renombre le ha dado al futbol de nuestro país.

Lo vi con los pies en la tierra, humano. Privilegia la cordialidad, la amistad, la armonía, la felicidad.

Tiene ganado un lugar en la historia deportiva internacional, es un ejemplo a seguir, como deportista y como persona.

 

En el tiempo que dura una boleada, diez personas, en su mayoría jóvenes, no mayores de 30 años, seis mujeres y cuatro varones, llegaron con el bolero para comprar su cigarro.

Directo hacia el costado de la silla, en donde estaban colocadas media docena de cajetillas, abiertas.

A cuatro pesos cada uno en la avenida Insurgentes de la ciudad de México.

De reojo, mientras me enteraba de las noticias del diario Metro, que el lustrador de zapatos te ofrece como lectura gratuita, vi llegar, uno tras otro a los compradores de cigarro.

Cada uno seleccionaba su cigarro preferido, pagaba, tomaba el encendedor que estaba a un lado de las cajetillas y con su estilo personal lo prendía. Algunos se agachaban para protegerlo del viento, otros le hacían casita con sus manos. Aspiraban, soltaban la primera bocanada y se marchaban.

Ninguno se veía angustiado ni sufrido de saber que fumaría un producto que según los expertos provoca cáncer. Un artículo que por peligroso para la salud se prohibió anunciarlo en los medios de comunicación.

Los impuestos que se le aplican son elevados.

Incluso las cajetillas traen leyendas, figuras y fotografías que advierten de los riesgos del tabaco.

A los que observé, era evidente que lo disfrutaban, había satisfacción en el rostro, relajación. Parecía que les era tan placentero y delicioso como puede ser el mejor postre de la ciudad capital.

Eso que repiten las autoridades de salud de que es una amenaza para la vida, los tiene sin cuidado.

Hice cuentas con el bolero.

Una boleada, 20 pesos; y por 10 cigarros en ese lapso, 40 pesos.

-Ganas más con la venta de cigarros –le dije.

-¡No! Si fuera así me dedicaría únicamente a vender cigarros, saco más con las boleadas –contestó de inmediato.

Perdí la concentración con la lectura por el desfile de fumadores. No era para menos, saber todo lo que hacen las autoridades para desalentar el consumo del cigarro y lo que vi en el tiempo que duró la boleada fue la confirmación de que esto sigue siendo negocio para las tabacaleras.

Valor invertido, se supone que este segmento de la sociedad debe dejar de fumar al saber el daño que provoca, pero hace lo contrario.

¿Hará falta multiplicar las campañas de salud, incrementarle más los impuestos o de plano darse por vencido por que se trata de una adicción preponderante?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo mata casi seis millones de personas al año y de ese total 600 mil son no fumadores que mueren por respirar humo ajeno.

México cuenta con 17 millones de fumadores y se estima que por enfermedades relacionadas con el tabaquismo mueren 44 mil al año.

El próximo 31 de mayo se conmemora el Día Mundial Sin Tabaco.

Más vale que la sociedad esté alerta porque ya van tres ocasiones que se intenta cambiar el uso del suelo donde se encuentra enclavado el Polyforum Cultural Siqueiros.

Los dueños del espacio, que hasta ahora no han dado la cara, han hecho el trámite correspondiente en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del Distrito Federal. Por fortuna la solicitud fue rechazada en los tres casos.

Sin embargo, a pesar de que existe un decreto que lo protege como monumento artístico y propiedad de la nación, la tentación del dinero puede hacer cambiar el sentido de los vientos oficiales.

Según los dueños, tienen problemas económicos para el mantenimiento de la obra del maestro Siqueiros.

Esperemos que hagan el fideicomiso que están planeando y no vayan a dejar a su suerte el Polyforum.

Las autoridades culturales de nuestro país han salido en defensa de la magna obra del maestro David Alfaro Siqueiros.

El Instituto Nacional de Bellas Artes descarta que esté en peligro o vaya a desaparecer.

Ha garantizado su permanencia y salvaguarda.

Lo único que falta es que también se garantice su restauración y mantenimiento.

En vez de planear deshacerse de la obra de David Alfaro Siqueiros, lo que requiere es restauración.

Un peritaje ocular del maestro muralista Ariosto Otero lo llevó a la conclusión de que están descuidadas las placas que le dan forma y belleza al Polyforum que se encuentra en la colonia Nápoles de la ciudad de México.

Hay puntos en los que se han empezado a despegar; si llegan a desprenderse, se destruirán.

El paso del tiempo y los sismos no perdonan, han desgastado y removido la obra del maestro Siqueiros.

Para el maestro Ariosto Otero “la restauración y el cuidado debió hacerse desde hace muchos años”.

“Toda obra de arte, sin importar el material de que está hecha, debe ser observada y cuidada para evitar daños, ya sea por la acción humana, del ambiente o movimientos telúricos”, dice.

Lamenta que en vez de preocuparse por su restauración, se esté planeando quitarla de ese lugar.

Por ello se pronuncia por su rescate y reitera su rechazo a cualquier proyecto que pretenda trasladarla a otro sitio.

Otero tiene más de tres décadas dedicadas al muralismo y es uno de los herederos de la escuela de Siqueiros.

Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de la Universidad de Madrid y en la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sus murales, con los que busca la reivindicación social, están tanto en México como en diversos países América Latina.

En la ciudad de México se pueden admirar en la instalaciones de la Secretaría de Gobernación en la calle de Bucareli, en el mercado de San Ángel y en las estaciones del metro Revolución y La Raza.

Con su historial y calidad artística defiende la obra de Siqueiros.

Está convencido de que quitar el Polyforum para construir en su lugar un rascacielos significaría una pérdida para el arte universal y una pérdida para la identidad de nuestro país.

 “Aunque tenga dueño, la obra de David Alfaro Siqueiros es patrimonio de la nación y como tal debe protegerse”, sostiene.

La historia de Oceanografía, empresa que presta servicios a Petróleos Mexicanos (Pemex), se ha caracterizado por los silencios del poder y su bonanza en gobiernos panistas.

Supo hacer frente al oleaje de investigaciones y las instancias oficiales no pasaron de advertir que se contaba con elementos para presumir que había incurrido en diversas irregularidades.

Hasta ahí. Ya nadie más hizo ruido, salvo los trabajos periodísticos de Ana Lilia Pérez quien indagó la versión del presunto tráfico de influencias de los hijos de Marta Sahagún.

Silencios del poder azul para taponear una fuga de corrupción y que ahora parece salpicar a mucha gente, justo cuando está pendiente legislar leyes secundarias en materia energética.

Por salud política, primero van a limpiar ese caño antes de que llegue el momento de ponerse a trabajar sobre el tema en las cámaras de diputados y senadores; aunque el episodio puede servir de ejemplo de que la lucha contra la corrupción va en serio, donde se encuentre.

Desde 2005 se le empezó a investigar y para ello se creó una comisión especial en la Cámara de Diputados.

El resultado fue que “sí existen elementos valorados objetivamente en su dimensión jurídica que pudieran ser constitutivos de diversas faltas administrativas y probables delitos que no pueden quedar exentos de ser sujetos de la aplicación de la ley en caso de que tal apreciación se confirme por los órganos jurisdiccionales competentes”.

A  pesar de lo observado, el caso se desinfló mediáticamente, nadie se esmeró en que se llegara al fondo de Oceanografía; prevalecieron silencios de opositores y por supuesto de gobiernistas.

Después, en 2006, Amado Yáñez, propietario de dicha empresa contratista, adquirió 40 relojes de 40  mil dólares cada uno, para obsequiar a servidores públicos (ver nota diario Reforma 5 de marzo de 2014).

En octubre de 2007 hubo un “accidente” en la Sonda de Campeche en el que  se vio involucrada Oceanografía, la misma que ahora supura corrupción por todos lados.

Una embarcación de dicha empresa se hundió con 176 personas a bordo, 168 de ellos trabajadores que eran trasladados a plataformas petroleras. El problema empezó con un incendio.

Las balsas “salvavidas” no funcionaron; gracias a que varias naves acudieron en auxilio, se rescató a la mayoría; murió uno.

Como siempre las autoridades ofrecieron investigar a fondo para deslindar responsabilidades.

Trascendió que presuntamente los hijos de Marta Sahagún estaban relacionados con dicha empresa.

Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien era senador en 2007, planteó la necesidad de investigar la “calidad” o defectos de las balsas salvavidas, como se publicó el viernes 26 de octubre de ese año en El Universal:

www.eluniversal.com.mx/nacion/155365.html

Vicente Fox, tal como lo hace ahora que el escándalo crece, salió a declarar que los hermanos Bribiesca, hijos de Marta, eran ajenos a la empresa contratista.

Oceanografía está enredada en un problema mayor y por lo que se observa, esta vez hay una investigación y pruebas que la exhiben con ilícitos diversos.

Suma la acusación por lavado de dinero y fraude a Citigroup (Banamex) por 585 millones de dólares.

También tiene en contra las falsas declaraciones al Instituto Mexicano del Seguro Social sobre lo que pagaba a sus trabajadores y el retraso en las cuotas que corresponden al Infonavit.

La lista de irregularidades crece.

Se acabó la suerte de Amado Yáñez y los silencios del poder que le acompañaron para agigantar su patrimonio, dejaron de gobernar en el 2012.

Hay una ley para proteger a los periodistas.

Un mecanismo de protección para prevenir y actuar en casos de riesgo.

Fideicomiso para financiar las acciones que los protejan.

Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión.

Comisión Especial del Senado para dar Seguimiento a las Agresiones.

Y a pesar de estos instrumentos para su defensa, se siguen matando periodistas.

Crímenes que se quedan sin castigo.

Hasta ahora ninguno ha quedado plenamente esclarecido, por lo menos de los 88 que han sido asesinados del 2000 a la fecha.

Además, antes de ese año, no hay una estadística oficial de quienes han perdido la vida en el ejercicio del periodismo.

Prevalece la impunidad.

En la clasificación mundial de la libertad de prensa que hace la organización Reporteros Sin Fronteras,  México ocupa el lugar 152 de 180 países evaluados.

El salario mínimo profesional de los periodistas en nuestro país es de 201.58 pesos. Poco más de los seis mil pesos al mes que según Ernesto Cordero, cuando era secretario de Hacienda en el gobierno de Felipe Calderón, “suficiente” para tener un crédito de vivienda, comprar un coche y enviar a los hijos a escuelas privadas.

La seguridad social tampoco está garantizada y el pago por honorarios es lo común.

Triste y trágica realidad.

Ya se ha vuelto rutinario, cada vez que matan a un periodista o atentan contra un medio, manifestaciones y reclamos de justicia de dos o tres días, máximo una semana. Los medios, en su mayoría, se van desentendiendo de estos episodios, salvo las víctimas de la agresión.

En general, las autoridades hacen lo propio, no se ve la coordinación, de la que habla la ley que protege a los periodistas, entre las entidades federativas y el gobierno federal.

Peor es el papel que hace el Estado cuando recibe solicitud de indemnización en los términos de la ley de daño patrimonial, a pesar de admitir que existe responsabilidad de la autoridad.

Se percibe una doble cara ante los periodistas, la que pregona su defensa y la que participa o tolera la violación de los derechos humanos de quienes se dedican a esta profesión.

El juego de la simulación.

Los panistas, con Calderón y Vicente Fox, no se significaron, como se suponía cuando llegaron al poder,  por respetar el trabajo de los medios y periodistas. El personaje de las botas se atrevió a recomendar que no leyeran periódicos y en otro momento salió con su “¿y yo por qué?” ante la petición de que interviniera en un episodio relacionado con un medio televisivo. En la administración calderonista se dio la embestida contra Carmen Aristegui y MVS.

Por eso el gobierno de ahora tiene la oportunidad de marcar la diferencia y es, en los términos de la ley que protege a los periodistas, la Secretaría de Gobernación sobre la que recae ese reto.

El asesinato de Gregorio Jiménez de la Cruz, reportero de Notisur y el Liberal del Sur en Veracruz, cometido el pasado 5 de febrero, no debe de reducirse a una venganza cantinera; hay que revisar sus textos y trayectoria, sobre todo por las versiones de que venía escribiendo de secuestros.

También hay que darle seguimiento a esa “estrategia” de autoridades locales de utilizar las redes sociales para tratar de desacreditar a periodistas incómodos como sucedió con Sergio Caballero de la revista Proceso, al que en Quintana Roo quisieron vincular con un narcomenudista.

Anabel Hernández, quien se supone tiene protección, no ha dejado de sufrir sustos.

La imagen de México en el ámbito internacional, por lo que se refiere a la situación de los periodistas, está lejos de ser alentadora.

Julio Manuel Loya Guzmán, corresponsal de El Universal, y Julio Vargas Hernández, director de  noticias del canal de televisión RGC, fueron agredidos y amenazados en Reynosa, Tamaulipas, por simpatizantes panistas, cuando descubrieron que eran testigos y grababan el pleito en el proceso interno de Acción Nacional para elegir su dirigencia municipal.

Sin duda, en nuestro país, la mayoría de quienes se dedican al periodismo, se juegan la vida y por unos cuantos pesos.

Sin ser expertos en ecología, ni integrantes de Green Peace ni militantes de partido verde alguno, nos consta, como habitantes de este planeta, que las estaciones del año ya no son las mismas y los fenómenos meteorológicos cada vez son más extremos.

Primavera sufre alteraciones y a veces parece verano, otoño o invierno. Lo mismo ocurre con cada estación; en serio y en broma decimos que se ha perdido esa identificación de los climas.

Hay un cambio climático que ojalá sea reversible, que con la acción coordinada de las naciones vuelva a su estado si no original, por lo menos estable, que frene el daño ocasionado por los propios “humanos”.

No es casual que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) esté convocando para una Cumbre sobre el Cambio Climático, porque el reclamo de la naturaleza sigue creciendo.

Ante el deterioro ocasionado lo que vemos es una naturaleza que empieza a cobrárselas y con sangre, porque las heladas extremas, congelamientos inusuales, calores cada vez más intensos, el incremento y fuerza de huracanes y ciclones en el mundo, inundaciones fuera de la temporada de lluvias, aire contaminado, deshielos en zonas gélidas, van sumando pérdida de vidas y daños materiales incalculables.

Por eso la urgencia de cuidar nuestros bosques, regiones árticas, las áreas verdes, lagos y ríos, mares, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, procurar la creación de empresas limpias que no atenten contra el equilibrio ecológico y reforzar una cultura de respeto al medio ambiente.

El tema puede sonar a “rollo”, a palabrería hueca, a más de los mismo, al cuento de la caperucita, pero lo cierto y los hechos son palpables, el destino ya nos dio alcance y la naturaleza está cobrando cuentas, por el comportamiento humano empeñado en destruirla.

La Cumbre de la ONU está programada para septiembre, sin embargo, las alertas de los expertos y estudiosos del cambio climático tienen años de sonar y lo saben los países.

Nadie está exento de las consecuencias, en México hemos visto lo ocurrido en Guerrero con las inundaciones y construcciones inmobiliarias en zonas de riesgo; también en Tabasco, en pleno invierno, ha sufrido inundaciones; los fríos más sentidos en los estados del norte del país e incluso en el Distrito Federal; pronto vendrán los calores, las temperaturas cada vez más altas.

Proteger la naturaleza es deber de todos, de cada uno de los habitantes del planeta; aquí, en la ciudad de México, podemos contribuir, por ejemplo, con no tirar la basura en la calle,  cuidar el agua y respetar las zonas verdes; fomentando la cultura ecológica por el bien de nuestros hijos.

Para los juegos olímpicos invernales que se realizarán en Sochi, Rusia, del 7 al 23 de febrero próximo sólo está apuntado un mexicano y no tiene ninguna posibilidad de ganar medalla.

Se trata de Hubertus Rudolph von Fürstenberg Hohenlohe-Langenburs, de 54 años de edad, clasificado para participar en la prueba de slalom.

Por supuesto que sus raíces familiares no son nopaleras sino alemanas y de alcurnia, descendiente de la familia real de Württemberg. Su papá introdujo el Volkswagen a México y su mamá de sangre azul italoalemana.

El alpinista nació en el Distrito Federal y además de esquiar, le gusta el canto y la fotografía. También le sabe a los negocios.

Ha participado en diversos juegos invernales y en todos los casos ha hecho válida la máxima consoladora de que lo importante no es ganar sino competir.

Para esta ocasión, la transmisión de los juegos olímpicos invernales de Sochi en nuestro país van por cuenta de Carlos Slim (América Móvil), quien se puso listo y le ganó los derechos a Emilio Azcárraga Jean (Televisa) y Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca).

Slim tiene los derechos para transmitir los juegos en Latinoamérica, a excepción de Brasil.

En México el segundo hombre más rico del mundo ya firmó acuerdo con canal 22 y otra treintena de medios estatales y locales.

Si Televisa y TV Azteca quieren difundir los juegos, tendrían que pagarle a Slim. Y si esta vez no se ponen de acuerdo, las dos grandes televisoras se pueden quedar sin la imagen de los juegos olímpicos de verano de 2016, porque Slim también ya tiene los derechos de transmisión en su bolsillo.

Recientemente las televisoras de Ajusco y avenida Chapultepec se quedaron sin transmitir la final del futbol de primera división, porque se les atravesó el mismo Slim con el equipo campeón León.

Sin embargo, la afición no se quejó porque hubo medios alternativos para ver el partido.

La historia se repite con los juegos de Sochi 2014.

En México es común escuchar o leer expresiones populares que tienen que ver con los chinos.

Por ejemplo:

“¡Puros cuentos chinos!” usada cuando no das crédito a lo que está diciendo una persona, por la fantasía que caracteriza a los cuentos orientales con su dragón por delante.

“¡Está en chino!” cuando un asunto es difícil de resolver, por la escritura y lengua chinos, complejos para los occidentales.

“¡No le hagas al policía chino!” por aquellos que les fascina el misterio y el enredo, aunque mi percepción es de que los policías chinos son muy listos.

“¡Tiene el cabello chino!” nada que ver con los chinos que tienen el cabello lacio. Lo de “cabello chino” tiene su origen en la lengua náhuatl, por “Tia chichina” que se traduce como algo quemado y el cabello lo “queman” para hacer los rizos; con el paso del tiempo se adoptó ese término.

La verdad, China y los chinos son mucho más que eso. Están convertidos en una potencia mundial, en la economía, en el deporte, en la literatura, en el turismo, en la ciencia, en la tecnología, en la música, en la cultura en general.

Tienen su propia democracia, que desde occidente se le crítica, pero ellos así funcionan. Para este año el crecimiento del Producto Interno Bruto rebasará el 7 por ciento.

Es cierto que tienen 200 millones de pobres, pero su población total es superior a los mil 300 millones de chinos.

Su osadía los lleva a fijarse como meta resolver el problema de esos 200 millones en dos décadas.

Acaba de reunirse la cúpula del Partido Comunista Chino y ha decidido ampliar la participación de la iniciativa privada en las empresas estatales, hasta un 10 ó 15 por ciento.

Tienen el control de su economía y de la política también, por eso es entendible la reserva de su estrategia.

Por cierto, ellos no se han quejado de que son espiados; o sea, saben guardar sus secretos y tienen el control de las nuevas herramientas de la comunicación.

Cierto, perfectos no son, ninguno país lo es; su poderío nadie lo niega y está a la vista como cuidan sus intereses. No comulgan con el Dalai Lama y en donde pueden presionan para que se le cierren puertas.

China sigue creciendo, es respetable y hasta temida en el mundo.

Definitivamente, los cuentos chinos no son cuentos.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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