La poderosa María Félix

Internacional
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El poder de María Félix era real, el diputado Jorge Moreno Collado se asustó; el periódico El Universal lo pensó dos veces antes de publicar que la famosa actriz había violado la Constitución y el jurista Ignacio Burgoa Orihuela (QEPD) salió en los medios a defenderla.

Al final, la diva ofreció una disculpa, admitió que había incumplido con el artículo 37 de la Constitución porque primero recibió la condecoración de un país extranjero y después solicitó permiso al poder legislativo.

Entonces, en 1996, el no pedir permiso al Congreso o a su Comisión Permanente se sancionaba con la pérdida de la ciudadanía. El citado articulo se modificó en 2013, el castigo sigue siendo el mismo pero ahora el trámite o la autorización se hace ante el Ejecutivo, la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Por supuesto que María no perdió la ciudadanía ni aplicó con ella el criterio de que el desconocimiento de una ley no tiene disculpa cuando se incumple.

La historia la conozco de primera mano. Se las voy a contar, aprovechando la Semana Santa, que para muchos es vacacional. Para que sepan el origen de esa información.

Era reportero de El Universal con la responsabilidad de darle cobertura a las actividades de la Cámara de Diputados.

Una de mis fuentes de información en el recinto legislativo de San Lázaro me sugirió revisar el caso de María Félix, la condecoración que había recibido del gobierno francés y el contenido del artículo 37 de la Constitución. “Parece que no solicitó permiso al legislativo”.

Lo hice de inmediato, la información era muy interesante y desde el primer momento empecé a saborearla.

Verifiqué la fecha en que María fue condecorada por Francia con la Orden Nacional de Artes y Letras en grado de Comendador. Seguí con la lectura de la Constitución, el repaso a mis archivos y la Gaceta Parlamentaria. ¡Confirmado! María no había solicitado permiso.

Con esos elementos fui a buscar al diputado priísta Jorge Moreno Collado, integrante de la comisión a la que correspondía dictaminar dicho asunto. Estaba sorprendido con la historia. Admitía que era cierta y precisa. Lo noté inquieto pero convencido ante las pruebas.

Se me hacía agua la boca, llegué emocionado a la redacción de El Universal. Pasé mi adelanto de lo que traía al jefe de información y a escribir la exclusiva. Daba por hecho que tenía ganada la primera plana.

Alrededor de las 20:00 horas fue a mi lugar el respetado, profesional y querido Oscar Hinojosa, ya fallecido, subdirector del diario. En sus manos una copia de lo que había escrito. Empezamos a platicar del tema. Me preguntó varias veces sí tenía todos los datos confirmados. Todo verificado, le aseguré.

La nota estaba propuesta para ser la principal, al día siguiente apareció en primera plana pero en la parte inferior.

De cualquier manera armó ruido. Siempre he dicho que en El Universal, aunque la información aparezca en la página 80, se lee, por el prestigio del diario, que sigue intacto.

Por la noche, en el canal de las estrellas, apareció Ignacio Burgoa Orihuela. El jurista de más peso político, constitucionalista altamente respetable. Con la espada desenvainada, fiel mosquetero de la Doña, a defenderla aunque haya sido culpable. Arremetió contra el diputado Jorge Moreno Collado. Hasta lo llamó ignorante.

Al día siguiente, en la cámara, a la distancia observé al diputado, estaba asustado. No era para menos. María había dado una demostración de fuerza al recurrir al maestro Burgoa.

Rehuyó al reportero. No lo platiqué con él, pero muy probablemente me hacía responsable del aprieto en que se encontraba, a pesar de saber que María había omitido la Constitución.

Al tercer día todos se convencieron de que se tenía que cumplir con el trámite, a toro pasado. La misma actriz lo aceptó e hizo llegar, no pública, una disculpa por el error cometido.

Se repuso el procedimiento.

Cambió el semblante de Moreno Collado, estaba feliz, se sentía autor y protagonista de este episodio.

Le volvió la sonrisa y el ánimo para saludar y platicar con el reportero.

Disfruté la nota pero también constaté el poder o el miedo que le tenían a la ilustre sonorense.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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