Es cierto que China es una potencia y seguramente tiene la capacidad para vencer el temible coronavirus; encontrar la vacuna contra la neumonía viral y devolverle la tranquilidad al mundo.
Sin embargo, la solidaridad nunca sobra, aunque sea uno de los países más poderosos del mundo; es bienvenida, en particular cuando se enfrenta ese mal que ha dejado ya centenares de muertos.
México está más cerca de los Estados Unidos y por lo mismo su relación es mucho mayor en todos los sentidos. Acaban de firmar un acuerdo comercial en el que participa Canadá.
Lo que sucede o molesta a los vecinos del norte, repercute de inmediato del lado mexicano; no por nada se ha organizado una valla humana de la Guardia Nacional para evitar el paso de migrantes en la frontera Sur, ante la advertencia del presidente Donald Trump de que podrían aplicarse nuevos aranceles en el comercio.
Como decía el doctor Agustín Carstens, cuando era responsable de la hacienda nacional y después gobernador del Banco de México, cualquier estornudo de los Estados Unidos, a México le da neumonía.
No es para menos, Estados Unidos es otro de los grandes del mundo y lo tenemos a un lado.
Así que no son de extrañarse las consideraciones que se toman las autoridades mexicanas para cuidar la relación. Es lo más conveniente, para todos. Entendible y aceptable, siempre y cuando no se pierda ni la dignidad ni la razón. Hay que procurar lo justo.
Esa cercanía con los Estados Unidos de ninguna manera debe servir de pretexto para desentenderse de la relación con otra potencias.
Por eso, muy bien el trato y el lugar que le dio Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, al canciller ruso Serguéi Lavrov, en su reciente visita a nuestro país.
Lo que llama la atención es que dicho nivel de trato no se haya manifestado para que México subrayara su solidaridad con China, en momentos complicados que vive la nación asiática.
Hasta los más grandes agradecen la palmada diplomática en momentos críticos. Es lo que ha faltado del cuidadoso Ebrard, quien ha sabido tocar las puertas indicadas para el traslado a México de los connacionales que se encontraban en China.
El Club Primera Plana, que es la organización de periodistas más antigua de México y que tiene firmado un acuerdo de cooperación con periodistas chinos desde hace 40 años, a través de su presidente José Luis Uribe expresó solidaridad y ofreció el apoyo informativo de socios comunicadores.
Javier Tejado, abogado de Televisa, en su artículo para El Universal, sugirió algo rápido y sencillo, comprar productos chinos.
Oficialmente, desde el gobierno, desde la cancillería, nunca será tarde, hacer sentir la solidaridad que caracteriza al pueblo mexicano cuando alguien sufre una desgracia.
Solidaridad de México con China
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