El poder de los maestros

Poder legislativo
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Cerrar el palacio legislativo de San Lázaro se ha convertido en una práctica sencilla para profesores que pertenecen a la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Lo hacen a pesar de que tienen representación en el Congreso, al menos 19 diputados forman parte de esa organización y otro tanto son simpatizantes, para un total de 40, de acuerdo con cifras divulgadas por Iran Santiago Manuel, legislador y ex líder de la sección 22.
Un solo diputado bastaría para que defendiera sus puntos de vista e intereses en la tribuna de la Cámara, para que cabildeara con sus iguales y tratara de convencerlos de sus propuestas. Pero no es uno, sino 18 más que pertenecen a la coordinadora.
Entonces, ¿por qué o para qué se apoderan y cierran los accesos al recinto de San Lázaro?
¿Qué no lograrían más si sus compañeros diputados se ponen a trabajar e incluso hasta realizar una protesta al interior en caso de que no les hagan caso?
Con esa representación que tienen dentro del mismo poder legislativo, no tiene lógica que sigan los cierres. Hace suponer que existe otro motivo, el manejo político del movimiento magisterial, que tampoco debe ser gratuito, aparentemente contra el nuevo grupo en el poder, aunque en el fondo confunde, distrae y debilita a los que hoy son oposición.
Por eso la mayoría legislativa del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no se espanta ni se angustia con esas acciones, por eso la tolerancia a que se lleven a cabo.
Quizás también por eso la diputada morenista Tatiana Clouthier, cuestionó la falta de experiencia de la nueva presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Laura Rojas, quien no se vio ni serena ni firme ante el desconcierto provocado por el cierre de accesos. Era su primer sobresalto, la primera prueba. Finalmente la libró, seguro que aprendió que nada es casual y estará preparada para la siguiente.
Sin embargo, hay una parte de la población legislativa que es ignorada y que de manera recurrente sufre las consecuencias cuando los maestros o cualquier otro grupo bloquea las entradas. Son los trabajadores. Cientos de ellos tienen que aguantar no poder salir del recinto.
Me tocó ver la operación de los activistas de la CNTE en estos días septembrinos y la desesperación de trabajadores por no quedar atrapados; madres que tienen que ir por sus hijos a la escuela o a una cita médica; otros que salen a comer sus tortas o tacos, porque adentro la comida les sale más cara; muchos porque temen la prolongación del cierre, más allá del horario establecido, y visitantes que ven alterados sus planes del día.
Gente que siente vulnerada su derecho de libre tránsito, retenida de manera indebida y que a diputados parece no importarles.
Cuidan que no se toque y mucho menos reprima a manifestantes -aunque violen alguna ley- e ignoran a trabajadores atrapados.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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