En países democráticos, las mayorías son las que mandan, las que deciden lo que debe hacerse, las que deben valorar lo que más conviene, actuar con apego a la razón y a la ley.
Las minorías tienen que entender que ya no cuentan con los votos para imponer criterios y mucho menos pueden esperar que sus argumentos sean retomados al pie de la letra por la mayoría.
Acabo de ver dos actitudes en la Cámara de Diputados que exhiben tanto a la minoría como a la mayoría, a la hora de presentar el dictamen de la Comisión de Educación sobre las leyes secundarias.
La lectura la hizo la presidenta de la comisión Adela Piña Bernal. Hubo voces opositoras que se atrevieron a decir que el documento no representaba la voluntad de la comisión.
El dictamen, por supuesto que era la voluntad de la comisión, porque el voto de la mayoría en la comisión, así lo había decidido. El voto de la minoría no puede alcanzar esa representación, es imposible. Quizás la actitud, al menos de las diputadas que interrumpieron desde sus lugares la lectura del dictamen, se debía a que estaban acostumbradas a los tiempos en los que sus partidos eran gobierno y mayoría legislativa, ya no lo son. Querían que su palabra fuera atendida como cuando tenían el poder.
Debe ser difícil para quienes ostentaban el poder, ahora tener que aguantar, porque no les gusta, que una nueva mayoría determine e imponga su voluntad. Es regla en la democracia, la mayoría manda.
Sin embargo, el simple hecho de ser mayoría no concede el derecho de ignorar protocolos y normas, como se hacía en tiempos pasados. No era lo políticamente correcto y fue uno de los desaseos de los gobernantes que terminó por hartar al pueblo y llevarlo a la alternancia que hoy hay en México. La imposición no es bien vista por el pueblo.
Por eso, si quienes ahora tienen la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado, repiten vicios que se pensaba serían superados con la nueva realidad política, van a ir deteriorando su imagen, cavando su tumba, como ocurrió con sus antecesores.
Avasallar, pisotear protocolos y reglas, desdora la democracia. No le ayuda a la nueva mayoría en la Cámara de Diputado pasar por alto el reglamento legislativo, desconocer tiempos y aprobar sus proyectos Lo hicieron con las leyes secundarias educativas y eso deja huella.
Las minorías no deben perder de vista que son minorías. Y la nueva mayoría, actuar como nueva mayoría, no como lo hacían anteriores mayorías.
La nueva mayoría legislativa
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