Ha vivido varias etapas en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Ha sido tres veces diputada, actualmente senadora.
La más longeva en la historia de México, ningún otro hombre o mujer a llegado a su edad como legisladora: 90 años de edad.
Ifigenia Martínez Hernández.
Lo que voy a contar de ella, nunca antes se ha escrito en un periódico ni se ha dicho en medio electrónico. Tampoco en redes sociales.
Son lecciones de vida que la describen como mujer lúcida, inteligente y congruente.
Fue la primera mexicana con estudios de posgrado por la Universidad de Harvard. Doctora en Economía, maestra de políticos de distintos partidos.
Mujer distinguida por su belleza y sus conocimientos.
En los setentas, por su destacada trayectoria como economista, el PRI la hace diputada federal. Le asignan la presidencia de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados.
Como presidenta de dicha comisión, votó en contra de una iniciativa del entonces presidente de México, José López Portillo.
La diputada Ifigenia Martínez optó por ayudar a los jornaleros agrícolas, inconformes con la política de gobierno hacia el campo. No se alineó como lo hicieron sus demás compañeros de partido.
José López Portillo le reclamó a Muñoz Ledo, quien era dirigente del PRI, por permitir que la diputada Ifigenia Martínez votara en contra de la propuesta del presidente. Porfirio la defendió por votar en conciencia y razonadamente. Destacó sus ideales y congruencia.
Cuando termina su periodo como diputada, el presidente López Portillo intentó hacerla subsecretaria, pero en ninguna secretaría la querían. No la querían por su rigor académico, por su inteligencia y porque sabía defenderse. El mismo presidente llegó a decirle que era difícil colocarla en alguna dependencia, por ser muy exigente con su trabajo y con sus compañeros.
Por fin le encuentra lugar. López Portillo la hace embajadora adjunta de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El embajador titular era su amigo Porfirio Muñoz Ledo.
En esta etapa se fortalece la amista entre Ifigenia y Porfirio. No solo se tratan como grandes amigos, sino como hermanos.
Ifigenia Martínez Hernández fue fundadora del PRD. En su casa de Coyoacán en la Ciudad de México se reunían los perredistas.
Frente a donde se sentaba, ponía un grillo de plata. Decía que la grilla se hace de noche.
También tenía el detalle de colocar una fotografía de Benito Juárez en su sala, porque sabía de la admiración de Andrés Manuel López Obrador por el benemérito de las Américas.
La ahora senadora fue amiga del cubano Fidel Castro. En el 2004 viajó a la isla de Cuba con el encargo de entregarle un reconocimiento a Fidel. La medalla Benito Juárez. La maestra llegó a Cuba acompañada de su familia.
Después de la solemnes ceremonia, Ifigenia, sus hijos y nietos regresaron al hotel. Eran las ocho de la noche. Mandó a dormir a toda la familia. La maestra se fue a la cena con el comandante Fidel Castro y todo su gabinete. Ifigenia retornó al hotel a las tres de la mañana.
La maestra ha sido candidata a recibir la medalla Belisario Domínguez, la máxima presea que otorga el Senado.
Sin duda, Ifigenia Martínez Hernández, personaje que ha trabajado varias veces en el Palacio Legislativo de San Lázaro, es una mujer de Estado.
Ifigenia Martínez, mujer de Estado
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