En río revuelto también hay pescadores que ganan, no todos regresan a casa con las manos vacías.
La pandemia ha fulminado a empresas medianas y pequeñas, sobre todo. No hay quien aguante medio año o más sin recibir ingresos. Incluso, algunas se anticiparon y desde el primer momento, cuando se desató el virus, resolvieron cerrar puertas, como si hubieran imaginado lo que se avecinaba.
Muchas trataron de resistir, con la esperanza de que se ahuyentara el virus o se encontrara el remedio para aniquilarlo. No ocurrió ninguna de las dos cosas. La consecuencia fue la inevitable quiebra.
También hay quienes han encontrado la forma de sobrevivir, darle un giro a su servicio, llevar el producto a domicilio, con menores ingresos o clientes, aunque sin dejar de percibir al menos lo del día.
Algunas han visto multiplicadas sus ganancias. Por ejemplo, las cadenas de farmacias. Está a la vista de todos, incremento de compradores de medicamentos. Lo ideal sería al revés, con menos enfermos, más gente sana. Por desgracia, encerrados, sin actividad normal, mayor riesgo de perder salud. Hospitales privados y laboratorios, en particular los segundos, han incrementado su número de usuarios y pacientes.
Las empresas de mensajería o paquetería, también se han visto favorecidas, más compras en línea o por Internet. Igual los servicios de Zoom o Meet para videoconferencias. El valor de la empresa Zoom ya supera los 120 mil millones de dólares. Amazon ha aumentado su número de empleados, ya anda por arriba del millón. Seguro que Netflix tiene muchos más suscriptores, por sus películas.
En materia de comunicación, sufren medios impresos, con reducida publicidad oficial y comercial. Por eso ahora le apuestan a vender espacios o reportajes especiales a través de la página digital. Ojalá funcione. Lo peor es más despidos, cierres parciales o totales. Hasta ahora, todos se mantienen. La televisión empieza a recobrar anuncios y hay canales que han regresado a la normalidad comercial, previa a la pandemia.
Plazas comerciales, cines, restaurantes, centros recreativos, gimnasios, con actividad limitada. Su recuperación económica va para largo. Mercados sobre ruedas con mucho menos ventas y clientes.
Lo de hoy es el trabajo en casa. Es una medida obligada que ha favorecido economía de empresas, al gastar menos luz, agua y otros servicios, necesarios para el funcionamiento de oficinas.
En las escuelas también hay ahorros. Lo malo es que no hay certeza de que la enseñanza en línea haya igualado y mucho menos superado a la presencial. En ese sentido el daño sería mucho mayor.
Los laboratorios que producen o producirán vacunas contra el virus, están ante el negocio de su vida.
El mayor tesoro, lo que no tiene precio, es la salud y es lo primero que deben cuidar sociedades. La afectación a la salud puede ser mortal. La economía, en cualquier caso, puede recuperarse o rescatarse.
Empresas de éxito en la Pandemia
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