El personal de salud de nuestro país, que ha luchado contra la pandemia, tiene más que ganada la medalla “Belisario Domínguez”, que otorga el Senado a “quienes se han distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente como servidores de nuestra patria o de la humanidad”.
Por unanimidad los senadores de los distintos grupos parlamentarios aprobaron el reconocimiento 2020, pero hasta la fecha no se ha entregado la presea, porque no hubo consenso sobre quién directamente tendría que recibirla de manos del presidente de la República.
La oposición no aceptó que fuera entregada a Jorge Alcocer Varela, secretario de Salud, ni tampoco al subsecretario Hugo López Gatell. No son vistos como representativos del personal de salud, por las inconsistencias en la estrategia oficial contra el virus.
Según la senadora chiapaneca Sasil de León Villard, presidenta de la Comisión Medalla Belisario Domínguez, la entrega no se ha realizado porque la pandemia persiste. En su opinión, hay que esperar a que deje de ser un peligro para nuestra sociedad.
Lo cierto es que el Senado ya entregó las medallas que corresponden a este año (2021), a la maestra Ifigenia Martínez y post mortem al doctor Manuel Velasco Suárez.
El personal de salud tendrá que aguardar más tiempo, a que los senadores se pongan de acuerdo.
Si el punto que los atora es saber a quién se la deben dar, en representación del gremio médico, la respuesta la tienen en el muro de honor del Senado, donde están los nombres de todos los que la han ganado; ahí ya está la leyenda en letras doradas, al lado del año 2020: “LAS PERSONAS INTEGRANTES DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD”.
“Las personas integrantes” son todas, las que han participado en la lucha contra la pandemia, en hospitales públicos y privados, que seguramente han salvado cientos o miles de vidas.
Podría ser opción identificar el hospital que más atenciones ha proporcionado y dentro de ese hospital ubicar a la persona más representativa y que él o ella, acuda a recibir la medalla, acompañada de un grupo de cinco, diez o doce integrantes del sistema nacional de salud.
Lo fundamental es que cada médico, médica, enfermero, enfermera y todos los que trabajan en los espacios destinados a la atención de pacientes enfermos de Covid, sepan que la medalla ya les fue entrega y no que sigue guardada en el cajón de la presidencia de la mesa directiva, por diferencia de criterios entre los senadores.
No es justo que “las personas integrantes del sistema nacional de salud”, que merecen el reconocimiento del Senado, lo reciban mucho después. Si bien es muy probable que la medalla no cambie ni mejore la vida de cada uno, sería un aliciente recibir la distinción, la palmada en la vida que nunca sobra, en momentos de crisis y sacrificios.
La medalla, como sería de todos los integrantes del sistema nacional de salud, podría ser depositada en un sencillo monumento en el Centro Médico o en un lugar mucho más público a la vista de la población en general, para redondear el homenaje al personal médico, para que las actuales y nuevas generaciones recuerden y tengan de ejemplo el esfuerzo colectivo contra el Covid.
Personal de salud sin medalla
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