Cobro de Cuentas

Sociedad
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Hasta antes de que México viviera la alternancia en la presidencia de la República, era una práctica que un personaje del gobierno saliente tuviera que pagar los abusos en el manejo de recursos públicos. Vicente Fox quien llegó en el 2000 ofreció atrapar a los tiburones, pero al final ni charales. Su relevó Felipe Calderón tampoco se caracterizó por atrapar a peces gordos.

En el 2012 volvió el PRI a los Pinos. Por un momento se pensó que vendría el cobro de cuentas y que todo aquel panista que se hubiera enriquecido indebidamente, enfrentaría la justicia. No ocurrió. O a lo mejor no hubo corrupción en los gobiernos azules. ¿Será?

Sin embargo, los que regresaron al poder, no han tenido que esperar a terminar su administración para ser descubiertos y perseguidos. Parece que hay una lupa o lente con gran aumento que observa todos y cada uno de sus actos. Los funcionarios de hoy está ocupados en defenderse. Ya ni tiempo les da de mirar atrás y averiguar lo que ocurrió en sexenios recientes.

¿A poco nada más hay malos servidores en la vigente administración? Si todos de 2000 a 2012 hubieran sido pulcros y cumplidos, la situación económica de México sería distinta. Habría educación de primera. El número de pobres en vez de aumentar, se hubiera reducido. La gente estaría contenta, con salarios remunerativos y calidad de vida envidiable ante el mundo.

No se defiende a unos ni a otros, pero como que el piso no está parejo ni se mide con el mismo rasero. Es curioso que los críticos solo estén concentrados en la actual administración. Está bien que lo hagan, para denunciar con oportunidad a quien se salga del marco legal. Lo que llama la atención es que no miren hacia atrás. ¿A qué se deberá?

Seguro que los actuales servidores están aprendiendo, como se aprendía en las antiguas escuelas y hogares, a golpes. Y sobre la marcha tendrán que corregir si de verdad quieren recomponer su imagen y recobrar en parte o en mucho la credibilidad y confianza perdidas.

¿Qué hacer?

Es un hecho que el equipo se ha desgastado. Cuando un automóvil empieza a dar problemas mecánicos, todo le suena, se descompone con frecuencia, el motor tira aceite, hay que darle mantenimiento integral o comprar otro. ¿En qué momento? Antes de que el auto te deje tirado en la carretera o se incendie por el deterioro eléctrico de la unidad.

Por muy complejo que sea el problema, puede ser resuelto. Hay que conseguirse un buen mecánico, un buen electricista y un buen hojalatero para darle mantenimiento al auto, si es que se opta por esa opción. Lo ideal es un auto nuevo, revisar el mercado, seleccionar el modelo más rendidor y con la garantía de llegar al 2018 en excelente estado. Auto del año en la analogía que hago significa contratar nuevo personal, altamente calificado, eficiente y a prueba ácidos.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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