La ardilla en la colonia Nápoles

Ciudad de México
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Regresaba a casa después de acudir al mercadillo dominical de la calle Filadelfia en la colonia Nápoles de la ciudad de México. A unos pasos de la puerta un castañeo combinado con un trinar me hicieron  llevar la mirada hacia arriba. Me quedé anonado, encantado. ¿Y esta recepción celestial? Bienvenida de lujo, regalo de la naturaleza, una estampa zoológica inimaginable, posaban sobre el alero de la entrada peatonal  una ardilla flanqueada por un sexteto de pajarillos.

Sus ojos diminutos clavados en mi humanidad, apenas hice un movimiento la ardilla corrió a esconderse y con ellas las aves, se internaron en el garaje, eso creí. Una vez que saqué la llave y abrí la puerta, no estaban ahí. Lamenté llegar cargado con las bolsas de frutas, porque en esas condiciones se descartó la posibilidad de usar el celular para fotografiar la escena.

Dejé las bolsas en el piso y sin hacer ruido esperé varios minutos, con la cámara lista. Volvieron del árbol del vecino. Se pasearon enfrente, los pájaros volando de un lado a otro, la ardilla dio el brinco a uno de los cables (hay tantos que ya no se sabe si son de teléfono, televisión o electricidad). Por poco pierde el equilibrio, escogió el más grueso y avanzó.

Maravilloso momento, en un sitio inesperado, en una colonia, como en muchas otras de la delegación Benito Juárez, en donde se han talado árboles para cederle espacio a inmobiliarias, a nuevos edificios que se han levantando sin considerar el impacto urbano, que han violado el uso de suelo y que han encontrado la forma de convencer a las autoridades para construir sin orden y en perjuicio de la calidad de vida de los vecinos, en detrimento de la naturaleza.

La contaminación ambiental, el exceso de automóviles, la reducción del abasto del agua, la eliminación de áreas verdes, el crecimiento poblacional, la insuficiencia de los servicios públicos, pero sobre todo la irrefrenable construcción de edificios, seguro que harán imposible volver a mirar esa estampa.

Está probado que para las autoridades delegacionales lo que menos importa es la calidad de vida vecinal y el respeto a la naturaleza.

La ardilla siguió su travesía por el cable, los pajarillos parecían brincar y cuidar al mamífero de color café oscuro de que no se fuera a caer. Los vi marcharse por el arbolado de cemento.

Momento mágico fulminado por lianas de plástico y concreto desordenado de nuevas construcciones; así hasta que se acabe con lo verde y los pequeños animales sobrevivientes de la colonia Nápoles.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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