Olegario Vázquez Raña y su hijo Olegario Vázquez Aldir, así como Anuar Maccise Dib y sus hijos Luis y Anuar Maccise Uribe se encaminan a convertirse en los dueños de las dos nuevas cadenas de televisión digital abierta. Próximos competidores de Televisa y TV Azteca.

Apostadores por las nuevas cadenas hay más y se van a inscribir en el proceso de licitación, pero son estas dos familias de empresarios las que tienen el perfil, estructura, dinero y relaciones políticas para dar el salto a las grandes ligas de la televisión comercial.

Hay que ver la trayectoria de cada una. Los Vázquez empezaron con la venta de muebles. Ahora están en los hospitales, tienen el banco Multiva, adquirieron el diario Excélsior. En la televisión se ejercitan con dos canales.

Cadenatres se ha posicionado aunque no con el rating deseado. Su figura en la conducción de noticias es Francisco Zea. También sobresalen los programas de espectáculos de Gustavo Adolfo Infante y Martha Figueroa.

Excélsior TV todavía no logra ser competencia de Foro TV ni de Milenio TV. Cuenta  con el periodista Pascal Beltrán del Río para su noticiario principal. Además es director editorial del periódico del mismo nombre. En sus estaciones de radio destaca la voz de Martín Espinosa, quien también hace carrera en la pantalla de Cadenatres.

Otro de los negocios de los Vázquez son los hoteles Camino Real.

Sin duda, emprendedores probados.

Los Maccise crecieron como empresarios desde el estado de México. Tienen periódicos en Toluca, Puebla, Hidalgo, Querétaro, Morelos, Veracruz, Distrito Federal y Oaxaca. La revista Cambio. En televisión, señal restringida, presumen un canal ecológico. También difunden por Radio Capital y su voz de noticias es Vladimir Galeana. Los medios electrónicos no son su fuerte. Sin embargo, su grupo multimedia “MAC” firmó el año pasado alianza con el Grupo Prisa, líderes en radio, televisión e impresos en España.

Esa alianza MAC-Prisa no fue casual. Sorprendió a más de uno y empezaron a criticarla porque no entendían que convinieran intercambio de contenidos en sus medios. ¿Textos de escritores prestigiados del diario español El País por información cotidiana y enfoque nacional? Ese no era el punto. Lo que estaba y está en el fondo era y es el tema de la televisión. Grupo Prisa no solo es muy respetado por la calidad de su periódico sino también por lo que hace en la televisión satelital. Son expertos. Ahí la razón de que Juan Luis Cibrián, presidente del grupo español, se sentara a firmar el convenio con Luis y Anuar Maccise.

Además, para reforzar lo que hoy le contamos, no olvide que Carlos Slim tiene una “pequeña” (3.2 %) participación accionaria en el grupo español y Ernesto Zedillo es uno de los consejeros.

Para entrarle al negocio de las nuevas cadenas de televisión se requiere mucho dinero. Los Olegario y los Maccise lo tienen. Capacidad técnica, jurídica, administrativa y financiera. Sus relaciones con el poder están calificadas con una palomita.

Claro que no van a desplazar a Televisa y TV Azteca de la televisión abierta. Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas se han prevenido para la competencia y para mantener su hegemonía. Con el sistema digitalizado, sus actuales canales se multiplicarían. Televisa por lo menos tendría 25 más y 15 TV Azteca. Seguirían dominando dicho mercado. Falta que los legisladores definan la ley de telecomunicaciones.

¿Entonces qué ganarían los Olegario y los Maccise?

Poder fáctico y un mordisco al pastel comercial.

Salvo Carlos Slim, por su emporio, ningún otro de los interesados tendría posibilidades reales de lograr la concesión. Nada más que Slim está acostumbrado a ganar y no se metería a un negocio donde estaría en desventaja. Poder, ya lo tiene. También ha demostrado que no necesita de la televisión abierta para que sean vistos los juegos de sus equipos de futbol.

De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones cada nueva cadena de televisión tiene un valor mínimo de 830 millones de pesos. Para entrarle al proceso de licitación hay que hacer un depósito, fianza, de 415 millones de pesos, cantidad que el postor puede perder si decidiera retirarse una vez inscrito.

En septiembre próximo se conocerá quienes le entran al proceso y a más tardar en marzo del 2015 el Instituto dará los nombres de los ganadores. Por lo pronto, por lo expuesto, los Olegario y los Maccise van a la punta y con el reto de ofrecer contenidos de calidad para ganar auditorio. Complicado el rating con tanto canal digital.

Su varita mágica ha perdido poder. Ya no tiene el mismo efecto como cuando la utilizaba desde la residencia oficial de los Pinos para atender necesidades sociales o impulsar campañas. Todo mundo la miraba encantadora, sencilla, discreta, amigable, inteligente. Con cualidades hasta para colocarla en la antesala de una candidatura presidencial. Halagada y admirada por los grupos de poder, el político, económico y social.

La historia de Margarita Zavala, la esposa de Felipe Calderón, la que ocupó cargos directivos en su partido y fue legisladora, antes de convertirse en la primera dama de México.

Recuerdo cuando llegó a la asamblea legislativa del Distrito Federal. Pasó desapercibida casi para todos. Felipe todavía no era declarado presidente electo por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Si llevaba seguridad o escolta, era muy discreta.

Al recinto de Donceles entró sola, como cualquier otro visitante. Seria, con zapato bajo y ropa holgada. Esbozó una sonrisa al saludar a este periodista. Le hice ver que quizás era la última vez que caminaba sin cerco de seguridad y con franco acceso para platicar.

-Una vez que vivas en Los Pinos, todo va a ser diferente, no volveremos a conversar como en esta ocasión –comenté.

Ella descartó ese escenario. Nos despedimos y siguió su camino dentro del recinto legislativo. Iba al encuentro de compañeras de su partido. Avanzó como llegó, sin que nadie la identificara.

Después, durante su estancia en la residencia presidencial, dos o tres veces la volví a saludar, con la fugacidad que obliga el protocolo y la agenda de una primera dama. Era ya parte del escenario previsto, el de la varita mágica, el del poder y la política, el de tomar decisiones propias de la pareja del mandatario y participar en reuniones de los círculos de influencia.

Con esa aire e impulso que da el actuar como primera dama, cuando sobran los amigos y amigas ocasionales, los aplaudidores, que a veces se llega a creer que se conservan al dejar Los Pinos, Margarita se atrevió a grabar un video y difundirlo por YouTube, en apoyo de Ernesto Cordero.

Sin embargo, su varita mágica no surtió efecto, comprobó que ha perdido la fuerza que da el ejercicio del poder.

Margarita ahora es únicamente la esposa de un ex presidente. Ya no es la misma que encontré en el recinto de Donceles pero tampoco la primera dama que vivió seis años en Los Pinos.

Si el proceso electoral interno del Partido Acción Nacional se decidiera por el resultado de las encuestas, el ganador indiscutible sería el senador con licencia Ernesto Cordero.

El detalle es que las encuestas generalmente se hacen al gusto y para satisfacer al cliente pero no garantizan el triunfo.

Sus resultados terminan por distanciarse de las cifras reales, de los números que arrojan las boletas emitidas en urnas.

El episodio Madero-Cordero no sería la excepción.

Una vez que se conozca el resultado del 18 de mayo, las empresas “especializadas” levantarán su tienda, se marcharán en silencio y con los bolsillos abultados o asomando los billetes.

Argumentarán, como de costumbre, para justificarse, que su estudio solo fue una fotografía del momento, lo que hubiera sucedido de realizarse la elección en ese día o en esas semanas que se contestaron cuestionarios.

Cómoda y pragmática excusa.

El precio de cada una de las encuestas va de los 200 mil a 600 mil pesos, dependiendo del método, cobertura, domiciliaria o por teléfono, número de encuestados, una ciudad, regional o nacional. Según lo que esté dispuesto a pagar el candidato o su equipo de campaña.

Si Ernesto Cordero se la quiere creer, de que va adelante por amplio margen, puede dormir tranquilo, pregonar en sus reuniones que es la historia de una victoria anunciada. Las cuentas alegres de las encuestas le dan una ventaja de diez y hasta 20 puntos.

Curioso, la empresa Parametría fue Cordero con el 67 % por 33 % del otro.

 la transmisiridad tiene la metodologotas le dan una amplia ventaja. Diez y hast  trabajó para los dos bandos, primero con Cordero quien obtuvo una opinión positiva del 88 % de los encuestados por 55 % de su adversario. Después el cliente fue Madero y ganó Madero, aunque apenas por tres puntos. Repunte aparatoso y complejo de explicar por el corto tiempo en que fue alcanzado.

La magia de las encuestas.

MAS Consulting Group evaluó el debate entre los candidatos, a pesar de que hubo deficiencias en la transmisión. Lo hizo a petición de Cordero. El “ganador” fue el senador con el 67 % por 33 % del otro.

En Aguascalientes la empresa Varela y asociados hizo su encuesta con el mismo patrocinio. Resultó Ernesto con el 62 % de las preferencias y el contrario apenas 38 %.

Las encuestadoras  Arcop, Giménez y Covarrubias y asociados también le dieron la ventaja a Cordero. La primera 56% por 44 %. La  segunda 56 % por 44 %. Y la tercera  53 % por 40 %.

En ese contexto, Madero está noqueado, porque nada más en tres encuestas ha salido con ventaja. La que ya mencionamos con reducido margen de tres puntos,  una realizada en la ciudad de México que lo ubicó en primer lugar con 61 % por 39 %  y la del grupo Reforma (periódico) 48 % por 37 %.

Sin embargo, la última palabra de esta competencia no está dicha, falta el voto de los militantes. Por primera vez, a diferencia de anteriores procesos internos en que decidían alrededor de 360 delegados, ahora el veredicto corresponde a más de 217 mil panistas.

Quienes ya ganaron son las empresas encuestadoras. Si el precio más bajo de una encuesta es de 200 mil pesos, el total de cinco sería un millón de pesos, aunque en este caso, por tratarse de un estudio sobre la disputa por la presidencia nacional del PAN, todo indica que la tarifa fue mayor.

Ya veremos el tamaño del error o acierto de las encuestadoras mexicanas. Ojalá que Cordero haya pedido garantía, para que le devuelvan parte de lo pagado si el resultado le es adverso.

El tiempo para implementar el nuevo Sistema de Justicia Penal vence en dos años, en junio de 2016, tal como lo dispuso el constituyente, el poder legislativo. Así está en el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación con fecha 18 de junio de 2008. Se dio un plazo de ocho años para contar con un sistema acusatorio y oral, dejar atrás el inquisitorial. Una iniciativa que nació con el objetivo de vencer prácticas de corrupción e inequidad.

Hasta ahora, de acuerdo con información oficial, sólo tres de las 32 entidades están operando al 100 % el nuevo sistema. Han cumplido estado de México, Chihuahua y Morelos.

La situación preocupa y explica el salto en el presupuesto, de 2013 a 2014 se duplicó el subsidio destinado a las entidades para ese propósito. El presupuesto pasó, en números redondos, de 458 millones de pesos a 917 millones, bolsa para distribuir entre los estados y el Distrito Federal.

Además el Congreso de la Unión dispuso para este año un gasto de 5 mil millones de pesos, para infraestructura.

Es una responsabilidad de los tres órdenes de gobierno. Sus representantes participan en lo que se denomina Consejo de Coordinación para la Implementación  del Sistema de Justicia Penal. Lo preside Miguel Ángel Osorio Chong, como secretario de Gobernación.

Sin embargo, para operar y ejecutar los acuerdos y determinaciones de ese consejo se creó una Secretaría Técnica, con el nivel de subsecretaría, a cargo, desde que empezó la actual administración, de María de los Ángeles Fromow Rangel.

La SETEC, así se le conoce y de esa manera se puede localizar su portal en Internet, es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, con autonomía administrativa, que también tiene la misión de “coadyuvar y brindar apoyo” a las autoridades locales y federales, cuando se lo requieran, en la implementación del nuevo sistema.

El proceso va con retraso. El libro blanco de la SETEC, que da cuenta de lo que se hizo de 2009 a 2012, la segunda mitad del gobierno calderonista, ya informaba de que eran Chihuahua y Estado de México las entidades cumplidoras, el 100 % de la meta fijada.

A dos años de concluir el plazo, sólo una entidad más se ha agregado, en un tema que para el actual gobierno tiene la mayor importancia, por lo que implica para la procuración e impartición de justicia.

No es casual que haya sido el mexiquense y presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, en su etapa como diputado, impulsor de la trascendente iniciativa. Tampoco es casual que el estado de México haya sido una de las primeras entidades en implementar los juicios orales.

En diciembre pasado, en reunión de Consejo (http://www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2013/impreso/ordena-sg-acelerar-el-nuevo-sistema-penal-211508.html) la instrucción fue acelerar el proceso, la capacitación de jueces, magistrados, agentes del ministerio público, defensores, mediadores, conciliadores, policías, peritos y personal penitenciario. Quizás por eso el anuncio el rojo en el portal http://www.setec.gob.mx para encontrar capacitadores. La convocatoria para aspirar a docente certificado. La abrieron el pasado 15 de abril y vence el próximo15 de mayo. Hay urgencia de maestros para impartir cursos de capacitación.

El mandato del constituyente es obligatorio, por lo que no se entiende que la titular de la SETEC, en la entrevista (Foro Jurídico, 17 de abril de 2013)) que aparece en el portal de la secretaría técnica declare que “confía en que la voluntad política y los esfuerzos de las autoridades estatales permitirán cumplir” con lo dispuesto por el legislativo.

Las acciones contra la injusticia no se deben dejar a la confianza cuando la demanda de la sociedad es que se lleven a cabo y es el mandato constitucional.

El Kramer vs. Kramer mexicano, una analogía del libro del estadounidense Avery Corman. No es exactamente una pareja de casados que se divorcian y luego se disputan la potestad del hijo. En nuestro caso se trata de Javier Corral Jurado y Javier Lozano Alarcón que militan en el mismo partido y los dos aseguran servir y proteger a la sociedad.

Tienen el mismo nombre de pila, abogados, senadores, articulistas de El Universal, expertos en telecomunicaciones y fundadores de organismos especializados en este tema; ambos acusados de servir a intereses de personajes preponderantes de la comunicación, ellos lo niegan.

Se supone que por traer la camiseta azul, ser del mismo equipo, tendrían que ir de la mano, sobre todo si su objetivo es darle la mejor atención a los gobernados, que serían como sus hijos, haciendo referencia a la historia del escritor norteamericano, que se hizo película.

Por supuesto, como en la novela, el hijo (la sociedad) no sabe exactamente porque se pelean sus “padres”. Y los dos Javier juran que luchan por darle una mejor vida a su dependiente político, por democratizar la función de los medios y garantizar la libertad de expresión.

La manzana de la discordia es la reforma secundaria en telecomunicaciones.

Cada uno, a su manera, echa mano de sus recursos y estrategia para sacar adelante su posición. Tienen un pasado que ha dejado huella, en diferentes tonos y profundidades.

Lozano empezó a crecer bajo la sombra de la administración priísta, en los gobiernos de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo. Con el segundo se convirtió en presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones. Después se cambió de camiseta y Felipe Calderón lo hizo secretario del Trabajo, en donde exhibió aspereza para las relaciones y rudeza  en sus expresiones. Nunca lo admitió pero todavía existe un chino llamado Zhenli Ye Gon quien se quejó de que el político poblano lo presionó con un “copelas o cuello”.

También dejó la marca al participar en los casos de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y Mexicana de Aviación. Las dos empresas ya no existen. Los electricistas que siguieron al dirigente sindical Martín Esparza lograron una tajada del erario, pensión mensual de alrededor de 30 mil pesos para cada uno. Los trabajadores de Mexicana, con menor suerte, engrosaron las filas del desempleo.

Con ese mismo estilo impositivo, en su calidad de presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado, sin cuidar las formas con su propia bancada y partido, pretendió sacar el dictamen de la reforma de telecomunicaciones en el periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión. Se pospuso el debate para un extraordinario.

Javier Corral, con origen panista en su militancia de partido, carrera legislativa, también ha sido diputado, conoce de medios desde la infancia. Ejerció el periodismo y llegó a ser subdirector de un diario de su estado natal Chihuahua. Como legislador no hay iniciativa suya para mejorar la situación laboral de periodistas, en ingresos y prestaciones.

Ha sabido acercarse y aliarse con perredistas. Compitió sin éxito con las siglas del PAN, PRD y Convergencia por la gubernatura. Desde entonces, por la contratación de publicidad para su campaña, de la que todavía le reclaman el pago, trae diferencias con la empresa Televisa.

En su nueva batalla, formó un frente con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, Javier Sicilia, Daniel Giménez Cacho, Alfredo Figueroa y Francisco Hernández Juárez. Corral presumió la participación “espontánea” de la sociedad en la cadena humana que se hizo el domingo 26 de abril de Los Pinos a Televisa. Lo que no dijo es que en esa cadena la mayoría de las manos fueron de trabajadores del sindicato de telefonistas y de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), comandados por el veterano líder Hernández Juárez.

Por si algo faltara a esta disputa, Javier Lozano quiere a Ernesto Cordero en la presidencia del PAN y Javier Corral la reelección de Gustavo Madero. Se define el 18 de mayo. Otro elemento más que contará a la hora de que el panismo fije su posición final.

A la vista el pleito es por las leyes secundarias. Las reglas con que funcionarán las actuales y nuevas empresas de la televisión. Ya se hizo el anuncio de que nacerán dos cadenas más de televisión. Como expertos, Lozano y Corral saben lo que esto significa.

En el Kramer contra Kramer mexicano, en los dimes y diretes, por ahora Corral ha demostrado más labia y operación política. El pleito no ha terminado. Lozano rechaza que su proyecto de dictamen pretenda limitar la libertad de expresión. El otro opina lo contrario.

Alguno de los dos ganará y le dirá a la sociedad que también ha ganado, que la libertad de expresión quedó a salvo.

La sociedad, como el hijo en la novela de Corman, con el tiempo se adaptará a las condiciones del vencedor.

Contrario a lo que se ha venido diciendo, la economía informal sí está controlada y paga su cuota. Es obvio que no lo hace a la Secretaría de Hacienda pero también es un hecho que alguien le cobra por derecho de piso.

Resulta fácil acusar a los informales de que no cumplen con las obligaciones fiscales y cargarles parte de la culpa de que la autoridad hacendaria exija más a los causantes cautivos y deje en paz a quienes nunca se han preocupado por inscribirse en el registro impositivo.

De acuerdo con un estudio de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (ver: http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2012_184.html) en el 2012 había 28 millones de personas en la informalidad. El número sigue creciendo por los que se quedan sin empleo o salen de las escuelas y no logran ocuparse de inmediato.

Pareciera que es muy sencillo incorporarse a la economía informal. Decidirlo hoy y mañana mismo instalarse en un mercado de los llamados “sobre-ruedas” o en cualquier sitio de la vía pública. Se abastece uno de naranjas, manzanas, protectores de teléfonos celulares, ropa u otro producto y a vender al menudeo. También se puede sacar una mesa e instalarse en la puerta de la casa o edificio. Otra opción es escoger una calle, comprarse una franela o utilizar cualquier trapo, afinar la garganta y entonar el “viene..viene” para reservarle lugar al automovilista que busca estacionamiento y ofrecerle hasta servicio de lavado.

Intente hacer esto por su cuenta y pronto va a descubrir que los espacios ya tienen dueño, que se alquilan, se paga una cuota o el llamado derecho de piso. Nada es gratis.

Todos los que están y no están en la informalidad, lo saben. Hay que pagar una tarifa por laborar en la calle. Lo mismo sucede en la ciudad de México que en cualquier estado de la República. El monto depende del lugar y el tamaño del sitio que se quiera utilizar.

Por eso la afirmación inicial de que la informalidad sí paga por trabajar en la vía pública. La informalidad está controlada. En el supuesto de que todos pagaran al mes un peso por derecho de piso, la colecta total sería de 28 millones de pesos. Por supuesto que en la realidad la cantidad es muy superior porque ni por vender chicles se paga un peso.

¿Dónde o quién se queda con el dinero?

Los que se enriquecen no son los que trabajan en la informalidad sino quienes la controlan. Y no únicamente se les cobra una cantidad en efectivo, también se les manipula como cuota partidista. Es una práctica de partidos políticos. Cuando llega la temporada de elecciones, dependiendo del color de la camiseta de la autoridad, los ”convencen” de votar por una organización determinada.

Por lo tanto, ser informal tiene un precio y hay que pagarlo.

Quienes tendrían que rendirle cuentas al fisco son los controladores o líderes de la informalidad.

Hasta ahora y desde hace muchos años no se ha encontrado la forma de hacer que ese sector de la población pague impuestos. Las autoridades deberían enfocar la mirada hacia otro punto, donde están los que tienen el control, en una primera instancia. Después elevar la mira, porque seguro que los controladores son apenas un eslabón de la cadena.

Ahí puede estar la solución para regular la informalidad, si es que de verdad se quiere regularla.

La culpa de que los informales no paguen impuestos, no es toda de ellos. Además, están en la informalidad porque el Estado no les ha dejado otra opción.

Reynaldo Castro Melgarejo es uno de los 158 candidatos a comisionado del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos (IFAI). Originario del municipio de Papantla, Veracruz, en donde fue tesorero.

Lo único que lo respalda es su trayectoria y vocación por la transparencia, pero no tiene atrás padrino, organización de la sociedad civil ni partido político; tampoco el gobernador de su estado sabe de su existencia.

Recursos para promover sus aspiraciones, menos. El día que lo invitaron a Londres para participar en la reunión anual Open Goverment Partnership, sufrió para asegurar su viaje. Tuvo que pedir prestado a los amigos y familia.

Esa reunión fue en octubre-noviembre del 2013 y contó con la asistencia del primer ministro David Cameron.

Por México acudieron Gerardo Laveaga, del IFAI, Julián Olivas, de la Secretaría de la Función Pública, así como representantes de organizaciones de la sociedad civil (OSC).

Reynaldo no desaprovechó su viaje ni la presencia de Cameron. Ante el primer ministro británico solicitó la palabra y se la concedieron. Al anfitrión le gustó la expresión “transparencia, vacuna contra la corrupción” que prometió utilizarla en discursos sobre el tema.

Sin embargo, lo de Reynaldo no es únicamente esa expresión. Tiene una propuesta para llevar la transparencia a los municipios, para garantizar la participación de la sociedad en la vigilancia de uso de recursos y su aplicación en la obra pública. Independientemente de su aspiración, valdría que los legisladores la conocieran y valoraran.

Las posibilidades de que se convierta en comisionado del IFAI son remotas, porque ya lo dijimos, no tiene padrino ni partido que lo apoye. En esas condiciones sólo un milagro haría que se colara al instituto.

-¿Aquí donde dice profesión qué pongo?- preguntó Marie Jo a Octavio Paz.

El premio Nobel de Literatura no pudo haber tenido mejor e inmediata respuesta para su esposa que no encontraba qué poner en ese renglón de la forma migratoria, en uno de sus viajes:

-Musa.

Marie Jo se conmovió con el halago, reconocida como inspiración de una pródiga vida literaria, poética.

La confidencia de ese pasaje amoroso la había hecho la senadora Blanca Alcalá Ruiz, presidenta de la Comisión de Cultura. El secreto se lo reveló la misma Marie y la legisladora lo hizo público para cerrar la presentación del libro Octavio Paz, itinerario crítico, antología de textos políticos. La expresión del escritor fue ovacionada por quienes llenaron el auditorio Octavio Paz del Senado.

Marie esbozaría una sonrisa, conforme con el descubrimiento de este episodio de su vida.

Un homenaje más con motivo del centenario del natalicio de Paz que se cumple el 31 de marzo.

Ocasión especial, con presentadores que relataban las lecciones que dejó al mundo el poeta y ensayista. Descripciones a la medida en voz de Jorge Javier Romero y Jesús Silva-Herzog Márquez. También el compilador de los textos políticos, Armando González Torres, había preparado su escrito para la ocasión con puntuales remembranzas.

Cada palabra en su lugar, con su peso exacto en un escenario que resultó insuficiente para homenajear a Paz.

Había tanta gente adentro como afuera. Se instaló una pantalla en la explanada para quienes ya no lograron entrar, todo en orden, nada de tumultos.

Evento de gala literaria, sin retórica hueca. El presidente de la mesa directiva del Senado, el priísta Raúl Cervantes, ofreció una discreta disculpa cuando sintió que corría el riesgo del discurso gastado. Se comprometió a pulirse con un mensaje para la memoria que haga del acto su compañera senadora.

Paz en su paso por el Senado para recordar el centenario de su natalicio, en el auditorio que lleva su nombre, para exaltar su trayectoria y su obra.

El rompimiento con su “prosovietismo”, la renuncia como embajador de México en la India por los acontecimientos de 1968, la crítica al golpe militar en Chile, el papel del PRI en nuestro Estado, su empeño en limpiar el lenguaje, la batalla contra la demagogia, el valor de la crítica frente a lo político y la  defensa de la democracia.

Un legado admirado y vigente, un baño de inteligencia.

Según los presentadores del libro, poeta y ensayista que no perdonó errores de ninguna corriente política.

Un mayor desgaste del PAN está previsto debido a la batalla por la presidencia partidista. Ya hemos visto de lo que son capaces para ganar o mantener el control de la organización azul. No hay medida para lanzar acusaciones y enlodar a sus propios compañeros, sobre todo de quienes están desesperados y creen que puede resurgir el calderonismo. La contraparte no se ha quedado atrás y no vaciló en desplazar de la coordinación de los panistas en el Senado al mismo Ernesto Cordero, quien todavía no supera su enojo.

Aquellos tiempos de Acción Nacional en que sus directivos procuraban que los problemas internos no se volvieran externos, quedaron en el pasado. Todavía hay en sus filas figuras que aplicaban ese criterio. Ahí está Gonzalo Altamirano Dimas en el equipo de Gustavo Madero. Luis H. Alvarez en el bando de Cordero. La misma Cecilia Romero, actual dirigente. Los tres como otros, prácticamente se “cosían” los labios para no denigrarse.

Incluso en la escisión que protagonizaron Bernardo Bátiz, Jesús González Schmal, Pablo Emilio Madero y José González Torres en 1992, no se llegaron  a extremos como los de ahora, con acusaciones directas de corrupción, sin exhibir pruebas ni acudir ante las instancias que corresponden para presentar las denuncias. Salpicadero de lodo entre los propios panistas.

Sin límite alguno; el fuego amigo o la guerra sucia, lo que haya a la mano para darle al adversario.

Hay tal encono que es real el riesgo de hacer pedacitos al PAN y condenarlo a la derrota en las elecciones del 2015 ; los dos competidores van con todo para tratar de sumar el mayor número de votos el próximo 18 de mayo.

El ex presidente Felipe Calderón todavía trae muchas espinas clavadas y vuelve a intentar reponerse con su candidato Ernesto Cordero, sin embargo, el historial de ambos no da para marcar como favorito al senador con licencia.

En las elecciones del 2006 Calderón conquistó la presidencia de la República por un reducido margen y en esa diferencia a su favor contó el apoyo de la profesora Elba Esther Gordillo,  quien fuera dirigente del magisterio nacional. La maestra ya no está disponible.

Siendo titular del poder Ejecutivo federal no logró hacer que su hermana Luisa María Calderón “Cocoa” se convirtiera en gobernadora de Michoacán. Tampoco, como jefe de las fuerzas armadas del país, consiguió pacificar y ordenar su estado natal.

En el 2010 pretendió sin éxito que Roberto Gil llegará al liderazgo de su partido y en febrero del 2012 Ernesto Cordero perdió ante Josefina Vázquez Mota la candidatura presidencial.

Su actuación como gobernante también contribuyó a que el PAN devolviera la presidencia de la República al PRI.

Rosario de fracasos que han confirmado su falta de habilidad política para hacer ganar a los suyos.

Perdió el control del PAN viviendo en la residencia oficial de Los Pinos y ahora lo quiere recuperar desde fuera a través de Cordero y con Max Cortazar coordinando la campaña.

En contraste Gustavo Madero ha conseguido que su grupo sea preponderante dentro de la organización azul.

Cuando se pretendió desplazarlo de la dirección panista por la derrota de Josefina en el 2012, se afianzó con el triunfo de Acción Nacional con Francisco Kiko Vega en el gobierno de Baja California en el 2013.

Baja California fue la primera gubernatura que ganó el PAN en 1989 y desde este año la ha mantenido; por eso la importancia de que Madero la haya conservado y vencido a Fernando Castro Trenti, quien compitió con el respaldo de su jefe político,  ahora diputado Manlio Fabio Beltrones. A Castro se le consoló con la embajada de México en Argentina.

En medio de protestas e inconformidad que no han terminado, Madero logró relevar a Cordero de la coordinación de los panistas en el Senado. En su lugar nombró a Jorge Luis Preciado.

Además, Madero ha sabido posicionarse como negociador y distinguido mediáticamente por su participación en el Pacto por México.

También suma a su favor tener de compañero de fórmula al diputado con licencia Ricardo Anaya, quien tiene una alta aceptación dentro y fuera del partido, después de su actuación como presidente de la Cámara.

Con todo este contexto, a diferencia de anteriores procesos que eran resueltos por una cúpula, por los integrantes del Consejo Nacional, esta vez decidirán los militantes con su voto.

Hay quien ha pagado encuestas y festina de antemano que las preferencias están de su lado. No puede ser de otra manera cuando la empresa que las hace busca halagar al cliente con los resultados. En el proceso del 2012 las encuestadoras hicieron el ridículo con sus cifras.

No son confiables, por lo menos las que tienen que ver con la competencia política.

Lo que cuenta es el voto de los militantes. Hay 218 mil afiliados en el padrón azul.

En su mayoría gente de nivel medio y con una escolaridad que descartaría la compra de votos; conocen a sus candidatos; saben de sus dichos y hechos; de su pasado y presente.

Por eso, que nadie se queje después que le robaron la elección; habrá voto razonado ante personajes como Madero y Cordero que son libro abierto.

Había ganado el premio nacional denominado Transparencia e Integridad en México y lo primero que me preguntó mi amigo Germán fue: ¿Cuánto te dieron, de cuánto fue el premio?

Le mostré el diploma y una flor que todavía no identificó por su verdadero nombre pero decidí llamarla “Transparencia”.

Estaba feliz de ese reconocimiento, su valor no tiene precio. Otorgado en el 2005 por cinco instituciones: Secretaría de la Función Pública, el Consejo Ciudadano por la Transparencia, el Consejo de la Comunicación, el Instituto Federal Electoral y el Instituto Mexicano de la Radio.

Sólo una vez se entregó ese reconocimiento y es que las cinco instituciones no lograron volverse a poner de acuerdo para organizarlo. Les faltó la armonía que le sobra a mi flor.

Incluso, esa única vez, hubo diferencias para resolver quien era el ganador. Sin duda, pesó más el criterio de que la decisión tenía que ser transparente, sin favoritismo.

Germán bromeó: levantó las manos e hizo con sus dedos un recuadro, simulando un cheque: “así es de transparente tu cheque”.

Lo importante era el reconocimiento, resultado de una investigación periodística para obtener información sobre el sueldo de los dirigentes nacionales de los partidos; historia que retomó la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Desde ese 2005, cada año, en la primavera florece la planta.

Era una flor por año, este 2014 me ha regalado cinco botones.

Todas las mañanas lo primero que hago es observarla, admirarla, ver como se va desarrollando. Su tallo es delgado y en ocasiones vencido por el peso de la misma flor; un improvisado soporte ha impedido su quiebre. La flor vale todos los cuidados. Es alegría y luz, esplendor.

Su rallado naranja combinado con blanco le dan una distinción especial a sus pétalos;  las frágiles anteras se asoman como cabecitas discretas de los filamentos. Total transparencia, se muestra tal como es, en todos sus detalles, belleza perfecta de la naturaleza.

Ojalá algún día así se muestre el servicio público, en total transparencia.

 ¿Quién o quiénes eran los grandes amigos de Luis Donaldo Colosio? ¿Con quién o quiénes se olvidaba del rigor de las formas? ¿Con quién o quienes se divertía? ¿Con quién o quiénes compartía estrategias?

Desde su muerte en 1994 surgió un grupo que se identificó como los colosistas o quienes se supone actuaron como amigos del entonces candidato del PRI a la presidencia de la República.

Sin embargo, muchos de los que se dicen amigos del sonorense y que supieron capitalizar esa real o supuesta cercanía, saben que Luis Donaldo, por su carácter, los mantenía a distancia en la amistad y sólo cercanos en el trabajo. Temían cometer un error y que los dejara fuera del equipo.

Se cuidaban de no hacerlo enojar y sufrían para encontrarlo con el mejor ánimo y plantearle una situación complicada o un nuevo programa. Era temperamental pero precavido de no exhibirse ante gente extraña.

El general Domiro García, responsable de la seguridad del candidato, sufrió los desaires y desplantes de su jefe. No lo incluyeron para la preparación del arranque de la campaña en Huejutla, Hidalgo.

Los colaboradores se reunían con el candidato en una casa de la calle Aniceto Ortega en la colonia del Valle. El general tuvo que conformarse con instalar una pequeña oficina en la nevería de la esquina.

Domiro nunca encontró el modo de ganarse la simpatía de Luis Donaldo y se quejaba del trato que le daban con todo y su jerarquía de general.

Por el nombre de la calle donde se reunían, se identificaba a los asistentes como el “Grupo Aniceto”, más que colosista.

Ernesto Zedillo tampoco era bien visto, a pesar de ser el coordinador de la campaña. Lo toleraban porque había sido designación de Carlos Salinas, entonces presidente de la República.  Curioso o extraño: después de que terminó su sexenio, ningún general aceptó hacerse cargo de la seguridad de Zedillo como ex presidente. Tuvieron que asignar a un mando de menor grado.

Liébano Saénz, aun cuando era el secretario de información y propaganda en la etapa de campaña, en una reunión con empresarios de la radio en Sinaloa, Colosio lo mandó a sacar, lo que no pasó desapercibido para los asistentes.

¿Quiénes era los verdaderos amigos de Colosio?

Uno de ellos se llama Rafael Reséndiz Contreras, quien fuera secretario de información y propaganda en el PRI, cuando Luis Donaldo encabezó la dirigencia del partido.

“Rafa” le decía Colosio.

Y con Reséndiz el malogrado candidato conoció el mundo. Con él hizo viajes de descanso fuera del país. En la sede del tricolor bajaba de su oficina del tercer piso al sótano, al área de comunicación, para platicar con su amigo. Reséndiz es un personaje educado, que distingue lo fino de lo corriente, la ropa y zapatos de marca, los buenos vinos y los buenos lugares. Amante de Nueva York, su ciudad favorita. Una estrella para las relaciones públicas, carismático. Como vicepresidente de Televisa, fue el enlace de Colosio con Emilio Azcárraga, “El Tigre”. Actuaron y se dejaron ver como dos grandes amigos. Todavía lo acompañó a la Secretaría de Desarrollo Social pero ya no a la campaña presidencial.

Con Guillermo Hopkins, su paisano, se iba a comer tacos y juntos acudían a eventos sociales. Lo hizo responsable de logística en la campaña. Con él se divertía y le toleraba descuidos, que nunca tuvieron consecuencias. Era quien le llamaba por teléfono para ponerse de acuerdo sobre los esparcimientos. Los cuates sonorenses. Colosio no invitaba a nadie más a sus actividades particulares o privadas, nadie de los que presumen su colosismo.

Federico Arreola, periodista, quien dirigió el diario Milenio y luego se convirtió en coordinador de la campaña de Andrés Manuel López Obrador, actuó como el confidente favorito en la campaña.

Sí con alguien comía con frecuencia era con Federico. Se disponían dos lugares para la hora de la comida y el periodista sabía que tenía que estar cerca para cuando le avisaran de que acompañara al candidato.

Colosio acabó con la costumbre de los candidatos presidenciales de comer con los invitados especiales a las giras. Luis Donaldo prefería comer en privado con Arreola, para comentar ambos el desarrollo de la campaña y los temas nacionales del día.

Hopkins, Reséndiz y Arreola fueron los tres grandes amigos, los demás, estuvieron cerca únicamente como parte del equipo de trabajo, hasta que el 23 de marzo de 1994 Mario Aburto le quitó la vida.

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

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