Era de terror, ahora es humorismo. Lo que hace más de 20 años espantaba a la gente, hoy la hace reír.

Y funciona, satisface la obra, las actuaciones son espléndidas, de Rafael Perrín y Ricardo Morell, protagonistas de La Dama de Negro, que ya cumplió dos décadas en la cartelera mexicana.

Sin embargo, la oscuridad, los sonidos que recorren el techo del teatro Julio Prieto de la ciudad de México, las apariciones repentinas de la mujer que camina y corre entre las butacas, más que dar miedo, divierten.

Explicable porque en nuestra realidad lo que da miedo es la delincuencia, la violencia, el asalto, el crimen organizado. Desde hace varios años es lo que tiene atemorizada a la población.

¿Se acuerdan de 1994 cuando surgieron el EZLN y el subcomandante Marcos? El año en el que también mataron a Luis Donaldo Colosio. La sociedad se asustó y en las elecciones de entonces acudió a votar por la paz. Ernesto Zedillo ganó por amplio margen, no porque fuera un buen candidato, sino debido al clima de incertidumbre que prevalecía. Se le llamó el voto del miedo.

Con el correr de los años, la delincuencia creció y las estrategias de seguridad dejaron de funcionar como esperaba la autoridad. Además, los actos delictivos, según cifras oficiales, en su mayoría quedan impunes. Ese es el terror de los tiempos modernos, la inseguridad.

En el cine, con los adelantos de la tecnología, de la computación, también se logra sembrar miedo a los espectadores y hasta terror cuando se combinan sucesos de la vida real con efectos especiales.

La leyenda de La Dama de Negro como obra de terror, ya pasó sus mejores tiempos. Todavía cuando la protagonizaba Germán Robles, quien nada más de verlo nos hacía recordar sus papeles de vampiro o chupasangre, con su cara y su voz, provocaba angustia a los asistentes al teatro.

En la actualidad la obra está bien hecha para la risa. El día que la vimos con las actuaciones de Perrín y Morell, en las primeras filas había una docena de jovencitas que gritaban cuando en el lugar reinaba la oscuridad o veían a la famosa dama pasearse como un “fantasma” . No era un grito de miedo sino de diversión, aunque parecían contratadas para dar la impresión de lo primero.

Sin duda, la obra producida por Antonio Calvo y Carlos Bracho es un éxito, pero no para sembrar el terror.

Los trípticos o invitaciones, al hacer una síntesis de la historia, dicen que consigue que “cada persona se paralice de miedo en su butaca”. No se paraliza, se retuerce de risa.

Mi esposa desistió de acudir al teatro por miedo al supuesto terror de La Dama de Negro. En su lugar fue mi hijo. Salió muy contento y listo para la cena.

En el juego de las casualidades y el destino, después de ver la obra AMORatados, me topé con su escritor Víctor Salinas.

Una amiga en común nos puso en contacto, con el propósito de participar en un proyecto común, un blog (sitio web). Contra lo acostumbrado, no me ocupé de indagar el perfil del interlocutor, confiado en la recomendación de la convocante. Con ese apellido únicamente supuse que podría tener nexo familiar con el dueño de la televisora del Ajusco o con el ex presidente de México. Ni con uno ni otro el parentesco.

La plática en el Starbucks, sin necesidad de consumir alguna de las bebidas de ese lugar. Directo al tema, los planes para moustique.com.mx

En eso estábamos cuando, como lo haría la letrada del canal de las estrellas, Doña Lucha, que suelto  mis comentarios de la obra de teatro AMORatados, para darle amenidad al momento.

Divertida, con una introducción musical que se ve en pantalla plana. El ritmo contagioso. Luego la escenificación de historias o situaciones cotidianas. El verse uno mismo en el espejo. El público se ríe de lo que ha vivido o ha visto y que ahora tenía enfrente, protagonizado por actores y actrices que hacen equipo, todos metidos en su papel.

Claudia Lizaldi, Alejandra Toussaint, Franc Meric, Miguel Conde  y Jesús Moré, los protagonistas de la función presenciada (alternan con otros artistas), ni uno más que otro, cada uno cumple con lo asignado. Fragmentos eslabonados por los sentimientos de pareja, las estrategias para atrapar el amor del prójimo, con intereses distintos. Una mamá empeñada en quitarle los novios a la hija, otra obsesionada con tener un hijo.

La que termina por quitarse la peluca para confesar que prefiere asumir el rol de hombre, deja sin habla a los espectadores. En toda la obra creyeron que lo suyo era lo femenino.

Tampoco falta el personaje dominador, el conquistador, el moderno Mauricio Garcés que supone que con que lo vean y escuchen es suficiente para “traerlas muertas”.

Hay instantes interactivos que seleccionan a una persona del público y la convidan de la obra.

La producción general de Olivia Ortiz de Pinedo. La dirección y adaptación de César Ortiz de Pinedo. Ambos tienen motivos para estar satisfechos con los resultados. La fórmula logra su objetivo. Por eso ya tiene más de seis meses en cartelera y con teatro lleno. Los artistas se ganan el aplauso por igual. Éxito de equipo, lo que se requiere cuando se emprende una misión que exige que cada quien haga lo que le corresponde.

Disfrutable el espectáculo.

-Yo soy el escritor –precisó Víctor Salinas.

Enmudecí unos segundos.

Víctor celebraba mis apreciaciones.

-El siguiente paso es hacerla película- anunciaba.

Para mi fortuna, lo señalo en son de broma, no hice ningún comentario negativo de la obra que se presenta en el Virginia Fábregas de la ciudad de México, porque de haberlo hecho, seguro que se cae como de rayo el proyecto conjunto.

La verdad, como la popular Doña Lucha, solo dije lo que pienso.

En “Aeroplanos” hay momentos en que el diálogo entre Ignacio López Tarso (Paco) y Manuel “El Loco” Valdés (Cristo) resulta insulso. Sin sabor ni emoción. La obra se va cayendo y termina por estrellarse.

No es culpa de López Tarso ni de “El Loco”. El primero como actor y el segundo en su calidad de comediante son demasiado artistas para esa obra del argentino Carlos Gorostiza.

Este “aeroplano”, como otros en la vida real, se pierde en el camino, no llega a su destino. Quizás, por eso, al final, el público lo que aplaude es la trayectoria de los dos protagonistas, no el resultado de la obra. La ovación sonora y larga en el teatro Libanés pero sin que nadie se levante de su asiento.

López Tarso, con sus 89 años de edad, demuestra en el escenario que todavía tiene un vigor para mucho mejores historias. Canta y baila. El paso del tiempo no le ha hecho ninguna mella a su dicción. Cuida su desplazamiento y es pulcro en cada uno de sus gestos. Su lenguaje corporal derrocha talento.

Manuel “El Loco” Valdés porta una gracia natural, ocurrente y divertido, como siempre. Sus 83 años de edad no lo han agotado ni desgastado para actuar y hacer reír. Su ánimo intacto.

Los dos son maestros, cada uno en lo suyo. La gente los quiere. Todavía tienen energía para dar. Entonces que no se les desperdicie con historias a las que les falta riqueza en sus diálogos y eficacia al llevarlas a escena.

El tema de Gorostiza es acertado. El recuento de la vida de dos señores de la tercera edad. Sus recuerdos, triunfos, afectos y defectos. En el desarrollo es donde se pierde la obra. La dirección de Salvador Garcini desaprovecha a las dos figuras.

En vez de hacer un aterrizaje perfecto, el “aeroplano” se estrella.

El asunto no es menor,  en el Polyforum Siqueiros se encuentra una de las obras emblemáticas del maestro que le da nombre a este foro, su mural, el más grande del mundo,  titulado La marcha de la humanidad.

Todavía no había terminado el desayuno cuando casi me atraganto con el pan,  al leer la colaboración de Jacobo Zabludovsky en El Universal http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/03/105836.php

advirtiendo que corre peligro el Polyforum.

Se quieren deshacer de la obra o por lo menos quitarla de ese lugar, porque les estorba para construir un rascacielos.

El mural no es sólo la obra cumbre de David Alfaro Siqueiros, sino parte sustancial de la historia e identificación cultural de la ciudad de México.

A los dueños de ese complejo donde también están el edificio del World Trade Center (WTC) , antes Hotel de México, un centro de exposiciones, otro de espectáculos llamado Pepsicenter y un teatro, hay que mandarlos a ver la película “Operación Monumento” de George Clooney, para que tomen nota de qué es lo que le da identidad a una sociedad.

Apenas corrió la versión periodística y el personal administrativo de ese complejo cerró la ventanilla de información.

Yo no se nada - dijo Rubí Flores, del área administrativa del WTC.

Los responsables del Polyforum ni su nombre se atrevieron a dar.

Déjeme consultar para ver si se le puede dar información –comentó uno de ellos.

A los pocos minutos su negativa fue rotunda: “¡nada!”

Tampoco se pudo obtener información en la Delegación Benito Juárez, ni en la oficina del delegado ni en el área de comunicación social.

Sabemos de lo publicado pero yo no puedo hacer comentarios, sólo mi director y ya no regresa a la oficina- señaló Alejandro Hernández, jefe de información.

Su compañera Mirna Pineda de plano admitió que “la delegación no está enterada de esa construcción, nadie nos ha notificado”.

El complejo inmobiliario, sobre todo el Polyforum, es también un atractivo turístico, de la ciudad de México y de la colonia Nápoles. Uno de los recorridos del Turibus incluye esta zona.

¿Lo sustituirán por un rascacielos?

Al parecer, lo que importa es hacer más y mucho dinero; a veces hay hombres de empresa que no aprecian el arte pero siempre existe la esperanza de que las autoridades procuren la preservación de la cultura, por mandato de quienes los llevaron al poder.

Para evitar seguirse extinguiendo, la mejor opción que tiene el Partido de la Revolución Democrática para la dirigencia es el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Marcelo Ebrard ya perdió la oportunidad, la dejó escapar en el proceso electoral del 2012 cuando prefirió que fuera Andrés Manuel López Obrador quien competiera de nuevo por la presidencia de la República.

Esa era la de Ebrard, con la inercia de haber sido jefe de gobierno en el Distrito Federal y saldo favorable en imagen.

Se prestó al juego de las encuestas con resultados parciales y nada confiables, como hemos visto. Resultó que tenía más aceptación el tabasqueño y se la creyó. Seguro que nunca imaginó que López Obrador, después de su fracaso en las pasadas elecciones, abandonaría el barco amarillo.

Lo utilizaron y tarde se dio cuenta, ahora supone que puede lograr la presidencia de su partido. Aspiración sin soporte porque no tiene arraigo ni identificación con la militancia.

Obrador resultó mucho más listo que Ebrard, exprimió al PRD y una vez que se dio cuenta que ya no le servía, lo desechó para formar su propia organización y empezar a construir su candidatura presidencial para el 2018.

Ebrard ya ni siquiera puede voltear al PRI, al que originalmente perteneció, y tampoco puede mirar hacia el PAN. En ninguna de estas dos fuerzas tendría cabida para posiciones importantes. En Morena, haría otra vez el papel de segundo, después de AMLO. Quizás pudiera pensar en el Frente Humanista o Encuentro Social, que buscan su registro como partido. También le quedan Movimiento Ciudadano y el PT, pero tendría que invertir recursos de su bolsa para promover cualquier campaña en estas fuerzas.

Carlos Navarrete tiene trayectoria como perredista, es conocido y respetado; nada más que sin el imán ni arrastre que requiere el PRD para unificar a las corrientes o tribus. Cuenta con el apoyo de los Chuchos, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, quienes internamente lo pueden llevar a la dirigencia, el problema es que hacia fuera el reto sería mayor para recuperar terreno y en desventaja para competir con el liderazgo de López Obrador.

El ex legislador Carlos Sotelo tampoco es el personaje que está esperando el perredismo. Es un político con más desarrollo local que nacional. Ha cumplido en las tareas asignadas.

La figura que tiene el perfil unificador es Cárdenas, con imagen interna y externa para reposicionar a su partido. Incontables son quienes desde hace muchos años han  deseado y le han dicho al ingeniero que vuelva a tomar las riendas de la organización perredista.

Gente que se ha ido con Morena o AMLO considerarían muy seriamente regresar al PRD si Cuauhtémoc llega a la dirigencia. Ese es el peso del michoacano y es la opción que puede rescatar al perredismo.

Lo que le critican al ingeniero es su edad, porque ya está por cumplir los 80 años y que carecería de la fuerza física para recorrer el país. En la campaña como candidato a la presidencia de la República en 1988 lo recorrió en autobús; en el 2014, el servicio aéreo va a todas partes y la comunicación por redes es inmediata.

Por eso, la disyuntiva del PRD es seleccionar al que más le conviene al partido para crecer hacia fuera o al que más se acomoda a sus intereses internos sin importar costos en próximas elecciones.

 

Aunque suene extraño, porque Japón es vanguardia en tecnología y ellos tienen raíces japonesas, el señor y la señora Takashi (nombre ficticio) decidieron cerrar su negocio.

Los rebasó la tecnología, no modernizaron su equipo de fotografía y su estudio ha dejado de ser rentable.

Más de 30 años dedicados a la fotografía, a retratar niños, jóvenes y adultos, en blanco y negro y a color; diversos tamaños, infantil, para pasaporte, de óvalo, para la escuela o trámite administrativo.

Ya no más la petición amable de “levante la cara”, “no cierre los ojos”, “sonría”. Se acabó.

“La digitalización nos rebasó”, admite el fotógrafo.

“Ya estamos grandes, necesitamos descansar”, dice ella.

Además, admite la señora, el tema de las facturas electrónicas los asustó y les significaba gasto extra, el pago de un contador.

Su anuncio en la parte exterior del inmueble ya fue quitado.

El señor Takashi, cordial y reverencial, como siempre, mira con nostalgia su antigua cámara Kodak.

“Ahora todo es digitalizado”, comenta.

Se le recuerda que su país Japón es de los más avanzados en tecnología.

“Tenemos raíces japonesas pero nosotros nacimos aquí”, precisa.

“Nunca hemos ido a Japón”, añade.

-¿Y la familia?

-Tenemos familia pero se perdió la comunicación.

Ella no se rinde ante la arrolladora modernidad y con entusiasmo anuncia que estudiara computación, en la Universidad de la Tercera Edad. Sabe que hay una la ciudad de México.

Su esposo, conservador, ha decidido dedicarse a la jardinería doméstica.

Entre los dos, sin apuro, empacan el equipo fotográfico y los accesorios, las luces, las lámparas, la secadora, la cortadora, el papel.

El avance de la tecnología los jubiló de la fotografía.

“¿Juan Gabriel o Justin Bieber?”, es lo que se preguntaron tres jovencitos, una mujer y dos varones, entre los 13 y 15 años de edad,  al revisar la pizarra o cartelera antes de comprar los boletos.

Estaban en una de las salas de Cinemex, indecisos. El resto de las películas, según su comentario, ya las habían visto días atrás.

Se miraron uno a otro con una sonrisa impregnada de ironía, al tiempo que ella repetía el nombre del cantautor mexicano.

Quien era testigo de esa escena daba por hecho que elegirían el filme del canadiense, por el arrastre que ha demostrado entre los muy jóvenes.

Para los que saben de cine, ninguna de las dos películas tiene las características o calidad para suponer que competirá por un premio.

Ambas en la categoría de “churros”, mero entretenimiento, con el atractivo o “gancho” de dos figuras del mundo artístico.

¡Sorpresa!

Los jovencitos, por unanimidad, optaron por ¿Qué le dijiste a Dios?, en la que participan Mar Contreras, Mark Tacher, Víctor García, Amorita Rasgado y el mismo Juan Gabriel.

Sentados en sus respectivas butacas numeradas se rieron por momentos con las peripecias de la historia sobre dos trabajadoras domésticas y escucharon sin perder detalle 14 canciones del autor de “pero que necesidad”.

Rostros complacidos.

Terminada la cinta asomó su hilaridad cuando una señora de la tercera edad expresaba su beneplácito. Decía que tenía muy buenas puntadas la película y de paso su revelación de que en la vida real ella encontró a su trabajadora doméstica en el jacuzzi, con el novio.

¿Por qué los tres jovencitos excluyeron “Believe” del  controvertido canadiense?

Quizás porque no se trata de un actor y lo suyo no es hacer películas o quizás porque de esa manera lo castigaron después de su más reciente escándalo relacionado con alcohol, drogas y auto veloz.

Lo que es un hecho es que esta vez prefirieron la de Juan Gabriel.

 

Esta vez el protagonista de las Historias de Reportero fue el propio Carlos Loret de Mota, conductor del noticiario de la mañana en Televisa y por la tarde en Radio Fórmula.

Inauguró lo que el periódico El Universal ha denominado “El Universal Live”. Ofreció la conferencia “2014: el año de todo o nada”.

Su exposición fue breve. Ocupó más el tiempo en contestar preguntas.

En ese contexto del “todo o nada”, hubo hasta quien le pidió asumiera el papel de asesor de presidente y dijera qué hacer para resolver los problemas del país. Por supuesto que Loret admitió que no lo sabe.

Sus frases:

-“Cuando ingrese a Televisa la primer presión de una autoridad fue la de Andrés Manuel López Obrador, entonces jefe de gobierno del Distrito Federal”.

-“Para los periodistas hay presiones pero todas resistibles, hay que aguantar vara”.

-“No se si es culpable o inocente Florence Cassez y no culpo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación de su liberación porque la Corte actuó como autoridad de primer mundo”.

-“Manlio Fabio Beltrones buscará ser candidato del PRI en el 2018”.

-“López Obrador volverá a ser candidato en el 2018”.

-“ Ya perdimos Tamaulipas”.

-“Por las elecciones del 2015 y para tratar de ganar votos, PAN y PRD arreciarán críticas al gobierno”.

-“La CNTE resultó peor que la maestra”.

-“En Davos, Suiza, Peña Nieto acapara la atención por las reformas legislativas recién aprobadas”.

-“Veo que la estrategia para resolver la inseguridad en Michoacán es la misma de sexenio anteriores”.

-“A la larga las autodefensas son un riesgo”.

 

 

 

 

 

 

 

Sus padres lo bautizaron con el nombre de “Clark Kent” por la admiración que tenían al hombre de acero, sin imaginar que con el correr del tiempo su retoño optaría por estudiar y ejercer el periodismo.

Vive en la ciudad de México y trabaja en uno de los diarios de la zona metropolitana, en su sección de espectáculos. Tiene tres hijos, la tercia ya con credencial de elector, por arriba de los 20 años.

Clark, para evitar comparaciones y comentarios hilarantes de amigos, integrantes del gremio o incluso de lectores, utiliza un seudónimo para firmar sus escritos cotidianos sobre el mundo artístico.

Para ir al día sobre lo que hace la competencia, está suscrito a los que considera los tres principales medios impresos y cada mañana se ocupa de revisar la información general, no solo la que tiene que ver con actores, actrices, cantantes y demás estrellas.

Desea y sueña con que sus vástagos destinen tiempo a la lectura de los impresos; trata de motivarlos recomendándoles diversas notas que estima son de interés para cualquier edad.

Sin éxito, sus hijos ni por error toman los diarios.

-¿Ya sabes que Alfonso Cuarón está nominado para el Óscar?, pregunta al mayor de ellos.

-Sí ya se –contesta con enfado.

Y para que no haya duda de que está al minuto actualizado, comenta que la película del mexicano está nominada para 10 premios.

-¿Ya viste el historial fotográfico de José Sulaimán quien se murió ayer? -pregunta a otro de sus hijos, intenta despertarle la curiosidad y le añade que hay una foto de cuando el directivo del boxeo internacional era niño, con la esperanza se que se anime a tomar el diario.

-Desde ayer vi las fotos.

Clark hace un intento más, ahora con el tercero de sus herederos.

-¿Te enteraste de que la Corte autorizó al rastreo de teléfonos celulares?

-Acabo de leerlo, ¿crees que no se?

Y efectivamente, los tres están informados, pero no por la lectura de los periódicos, sino a través de Internet.

El teléfono celular sólo lo sueltan cuando tienen que bañarse o están frente a la computadora. Duermen con el Internet, con los portales, con los mensajes cortos, Facebook  y tweets.

Son sus medios preferidos.

Clark está a punto de darse por rendido, porque ningún argumento le ha funcionado para conseguir que sus hijos tomen los periódicos.

Vivimos el tiempo de la computación e Internet.

De acuerdo con encuesta 2013 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México  49.4 millones usan computadora y según cifras del Consejo Nacional de Población de ese año ya somos 116 millones de habitantes.

Es decir un poco menos de la mitad tiene ese acceso; lo ideal sería que la mayoría o casi todos. Sin embargo, la cifra es relevante porque además de mantener una tendencia creciente, representa muchos más usuarios que los aficionados a los medios impresos juntos en nuestro país.

De ese total que utiliza computadora, 46 millones están conectados a Internet y el 62.6 de ellos tiene entre 12 y 34 años de edad.

Por comodidad, porque es una herramienta con la que caminan y duermen y los mantiene informados al instante, los jóvenes tienen predilección por enterarse de esa manera.

Eso explica lo que pasa con los hijos de Clark.

Por ello, para ponerse al día y aceptar la nueva realidad, está planeando contratarse con un portal de Internet.

Con su gorro característico se acercó a la mesa de quienes saboreaban sus platillos.

Había salido de la cocina para agradecer la felicitación que unos minutos antes le había llevado uno de los meseros.

Se repitió el elogio para  su Gamberetto   -filete de camarón en salsa de cilantro y conchigliones rellenos de queso de cabra y jitomate- y su Rosmarinoquaglia  -codornices horneadas al romero, rellenas de cordero sobre pastel de vegetales y reducción de su jugo.

Excelencia, presentación, decoración, sabor y calidad en los alimentos.

Gerardo Jiménez Paz mantuvo su rostro serio, pero relajado, sereno. Se concretó a solicitar una foto con los comensales.

En ese momento, sólo se dio tiempo para responder una pregunta, pues la cocina lo estaba esperando.

-¿Dónde estudiaste?

De inmediato, sin titubear, ni ruborizarse y mucho menos avergonzarse, sino con un tono de orgullo, respondió:

-Empecé de lavaplatos.

Agradeció y se retiró.

Su trabajo de lavaplatos fue en la cadena Toks.

Estudió algunos cursos de cocina y repostería, pero no hizo carrera. Se formó en la práctica, viendo y aprendiendo, en los diferentes lugares en los que ha laborado.

Su primer maestro fue el chef Mario Rodríguez, especialista en comida internacional, sobre todo española.

Después la chef Alicia Zárate (hasta donde se, ningún lazo familiar con quien escribe). En Televisa Chapultepec. El platillo que más le pedían era el “Huachinango Mediterráneo”.

El contacto con la cocina lo tuvo desde niño en su casa. Ahí hacía la tarea, vigilado por sus padres, que buena parte de su tiempo utilizaban ese espacio porque entonces ambos estaban dedicados a la venta de comida.

Gerardo tiene apenas 28 años de edad y aspira a ser dueño de su propio restaurante.

Por ahora es el chef de La Strega, donde la especialidad es la gastronomía italiana.

Para la cena de Navidad sólo había una barra de pan blanco y jamón, pero esa noche se daría el gran banquete, porque le pudo poner más de dos rebanadas al emparedado.

Estaba acostumbrado a comer una rebanada y muy delgada, casi transparente; la situación económica de la familia no daba para más; el alimento tenía que administrarse, racionarse. Era imposible tomarle sabor al jamón, por la escasa porción se perdía en el pan.

Lo único que esa noche había en su casa para comer.

Es la historia de Ramón, cuando apenas tenía 9 años de edad. Huérfano de madre, esperaba con ansiedad  a su padre.

Aguardaba junto con sus dos hermanos menores, Luis de seis y Pedro de cinco. Los tres solos, en su modesta casa de madera con una habitación, en las orillas del pueblo.

A Ramón se le hacía agua la boca de imaginar el momento de entrarle al jamón; su padre había comprado un extra, por la fecha. pero no lo tocaría hasta que él llegara.

Pasaban las horas y nada.

Veía a sus hermanos casi vencidos por el sueño.

Decidió que era hora de cenar, empezó a preparar los emparedados, con doble ración de jamón, aunque sin mostaza ni mayonesa, tampoco tomate, cebolla o chile jalapeño. Para beber, refresco de naranja.

Ramón no disfrutó el jamón como se lo había imaginado, debido al desamparo paternal.

El sueño terminó por apoderarse de los tres.

Al día siguiente lo vieron como siempre, apurado para irse a trabajar, a cumplir su tarea de vigilante en una bodega.

Nadie le hizo preguntas y mucho menos reclamos, para no correr el riesgo de ser castigado. Se concretaron a jugar con los obsequios que les dejó Santa Claus.

Hoy, 30 años después, ninguno de los tres recuerda que pasó esa noche con su padre.

Lo que no se les olvida es la cena navideña de pan blanco con jamón.

 

 

Arturo Zárate Vite

 

 

Es licenciado en periodismo, egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con mención honorífica. Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal. Más de dos décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político. Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio. Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.

 ine  scjn  cndh  inai