La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprobó por unanimidad dos ternas, una de mujeres y otra de varones, que estarán a consideración del Senado a fin de que elija una magistrada y un magistrado para que se integren a la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a partir de noviembre próximo. En octubre concluyen su período los magistrados Indalfer Infante y José Luis Vargas, por lo que habrá dos vacantes en la sala superior del tribunal electoral. Por ley, corresponderá a dicha sala superior calificar la elección presidencial de 2024 y declarar presidente electo al que obtenga más votos. La sala superior está integrada por cinco magistrados y dos magistradas (siete en total).
Al concluir su etapa dos magistrados, se quedaría momentáneamente con cinco, y necesita sesionar con al menos seis integrantes para hacer las declaraciones de validez de la elección y de presidente electo el próximo año. De ahí la relevancia de lo que ahora le tocará hacer al Senado. Se requiere de votación calificada para que elija al magistrado y a la magistrada. Punto crítico si se recuerda que el Senado tiene pendiente el nombramiento de más de 70 servidores públicos, por falta de acuerdo o consenso entre los distintos grupos parlamentarios. La terna de mujeres está integrada por Gabriela Villafuerte Coello, Marcela Elena Fernández Domínguez y Claudia Valle Aguilasocho. Las dos primeras obtuvieron el mayor número de votos (8) de los ministros y ministras.
Gabriela es abogada egresada de la UNAM y se ha desempeñado como magistrada de sala especializada del tribunal electoral; Marcela Elena es egresada de la Escuela Libre de Derecho y también tiene experiencia como magistrada; y Claudia es maestra en derecho procesal penal, especialista en transparencia y se ha desempeñado como secretaria general de acuerdos de la sala superior del TEPJF. La terna de los varones la integran: Rubén Jesús Lara Patrón, Francisco Javier Sandoval López e Ismael Armando Maitret Hernández. Los dos primeros recibieron el mayor número de votos (8) de los ministros y ministras.
Rubén Jesús es maestro en derecho por la UNAM y tiene estudios de doctorado por la Universidad Carlos III de Madrid; Francisco Javier se ha desempeñado como magistrado de tribunal colegiado en materia civil; e Ismael Armando fue presidente de sala Regional en la Ciudad de México.
Lo que están haciendo partidos y dirigentes cuando convocan a periodistas no son conferencias de prensa sino mítines políticos. El líder, candidato o candidata, llega acompañado de su séquito y simpatizantes, que se colocan a su lado y a sus espaldas como una expresión de fortaleza, intolerante y agresiva. Están listos para abuchear y hasta reírse de preguntas que consideran incómodas, porque creen que, de esa manera, resguardan a su jefe o jefa. Una forma de amedrentar a informadores. Los periodistas con más experiencia y antigüedad, ni se inmutan ante ese tipo de manifestaciones, hacen sus preguntas sin importar que no sean del agrado del conferencista y acompañantes. Sin darse cuenta, los aduladores y aduladoras solo exhiben la debilidad de su dirigente, que no está ni preparado ni entrenado para responder toda clase de preguntas. El colmo es que llegan al extremo de seleccionar previamente a los que van a preguntar. Procuran que la mayoría represente a empresas mediáticas afines y, agregan uno o dos periodistas de medios críticos, que acallarán si consideran sus planteamientos agresivos. A ningún político o política le agradan las preguntas incómodas. Ven hasta como enemigos a periodistas que las hacen. Olvidan que responden a una línea editorial, de la empresa que les pega su salario. Muchas veces las preguntas están más que justificadas porque buscan se aclaren imputaciones e irregularidades en el servicio público o casos de corrupción. Quienes ahora aspiran a gobernar México, un estado, municipio, ser diputado o senador, en nada les beneficia tratar de ocultar debilidades con acciones que atentan contra la transparencia y el derecho a la información. Si creen que protegidos con aplaudidores y porristas va a ganar imagen o sumar votos, se equivocan. Todo lo contrario. La sociedad toma nota de los temas que eluden. Cada vez son menos los políticos y políticas que tienen la formación para llevar a cabo una verdadera conferencia de prensa, responder a todas y cada una de las preguntas que les hagan. Tampoco se trata que respondan cualquier ocurrencia, porque luego resulta, como admitió una de las candidatas que aspira a la presidencia, la riegan o pendejean, quedan peor. Si bien un político o política es imposible que domine todos los temas, el entrenamiento de medios (“media training”) le puede ser de gran ayuda para comunicarse con periodistas. Excluir a los que no le agradan al jefe o jefa, incluir en la lista para preguntar nada más a los amistosos, reducir el número de preguntas o de plano evitar la realización de conferencias de prensa, revelan el límite y la estatura de quienes aspiran a ocupar un cargo público. En cambio, aquel o aquella que responda todas las preguntas, sean cómodas o incómodas; acepte la participación de la mayoría o la totalidad de quienes quieran cuestionarlo o cuestionarla; demuestre en los hechos y dichos ser partidario de la transparencia y hago efectivo el derecho a la información de la sociedad, sin duda ganará puntos para la elección que viene. Según redes sociales e instituciones académicas, conferencia de prensa es: reunión de periodistas frente a una figura pública o figuras públicas que han convocado para hacer declaraciones, estableciendo de antemano si aceptaran o no preguntas.
Todavía se escuchan las carcajadas por los supuestos seres extraterrestres exhibidos en la Cámara de Diputados. No tiene la culpa el ufólogo Jaime Maussan, ni los que participaron en la conferencia, porque al fin y al cabo lo suyo es hablar del tema, es su negocio o a lo que se han dedicado por muchos años. Son demostraciones que en nada favorecen a la imagen de la cámara, porque el tema, si bien es interesante, no reúne los elementos para darle un tratamiento serio en el espacio legislativo mexicano. Maussan está identificado como el comunicador especialista en la materia y ya lleva más de dos décadas con lo mismo en la televisión mexicana. Nadie olvida que el primer personaje de la televisión que habló de que “un mundo nos vigila” fue Don Pedro Ferriz Santa Cruz, parodiado por los famosos humoristas Eduardo Manzano y Enrique Cuenca (“Los Polivoces”). Don Pedro, nunca exhibió una prueba sobre sus dichos, aunque no dejada de llamar la atención por la lógica de que no podemos ser los únicos seres vivientes del sistema planetario, alguien podría estarnos mirando desde otra parte. Maussan más de una vez ha visitado la sede de la Administración Nacional y Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos, mejor conocido como “La Nasa”, para verificar lo que ha encontrado en sus investigaciones o lo que algunas personas le han entregado o revelado como testimonio de la existencia o contacto con seres extraterrestres. Hay un periodista respetado, serio, que trabajó con Maussan. Durante los años que estuvo a su lado, solo en una ocasión escuchó y observó algo que no era del planeta tierra. Resulta que una persona originaria de Tepoztlán, estado de Morelos, llegó a las oficinas de Maussan para contarle de sus encuentros con seres de otro mundo. Lo platicó tan convincente que el ufólogo decidió prestarle una cámara de televisión (entonces no había videoteléfonos) para que grabara el contacto con extraterrestres. Los meses pasaron y el susodicho ni sus luces. Maussan llegó a dar por perdida la cámara, ninguna señal del morelense, llamada o aviso. El día menos pensado, reapareció con la cámara y juntos vieron lo que se había grabado. El comunicador se quedó sin habla y pronto preparó maletas para llevar el video a la NASA. Los expertos estadounidenses confirmaron que el video era auténtico, sin ningún efecto especial, así que Maussan estaba más que emocionado por el hallazgo. Perdió la sonrisa cuando el dueño del video le puso precio a la difusión. Millones de pesos que no podía pagarle. Maussan tuvo que resignarse a dejar ir lo que siempre había buscado, pruebas de existencia de vida que no fuera terrenal. El morelense devolvió la cámara y se fue con su videocinta, que logró vender a científicos japoneses. Así que las pruebas del contacto que tuvo lugar en Tepoztlán, en un pueblo mágico de México, donde se encuentra la zona arqueológica y su famoso cerro del Tepozteco, quedaron en país oriental. Nada que ver con los supuestos seres no humanos que se exhibieron en la Cámara de Diputados. La credibilidad del acto legislativo rodó por los suelos cuando pretendió utilizarse a la UNAM como institución que daba fe de que dichos seres no eran de este planeta. El Instituto de Astronomía de la universidad, a través de un comunicado, dejó en claro que “hasta la fecha no existe evidencia observacional o experimental que respalde la existencia de vida extraterrestre o de visitas de civilizaciones de otros mundos”. En otras palabras, los organizadores del evento en la Cámara de Diputados hicieron el ridículo.
Por fin y para acabar con cualquier clase de especulación Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato presidencial asesinado en 1994, se descartó para competir el próximo año. A pesar de las encuestas de medios de comunicación que lo colocaron entre los primeros lugares, sin invertir un solo centavo en su promoción, de las encuestas de su partido Movimiento Ciudadano donde aparece en primer lugar y de los deseos de su líder Dante Delgado, no quiere participar en 2024. Tienes sus razones, muy válidas, las enumeró, sin entrar en detalles de lo que ha sido la catapulta para su crecimiento político. Es innegable que obedece a que es hijo del malogrado candidato sonorense, porque su padre dejó una historia que caló hondo en el ánimo de la sociedad. Imborrable. Nadie ha olvidado ni olvidará el suceso trágico, ahí están los videos de Lomas Taurinas, los documentales, las películas, el autor material del asesinato en la cárcel, el autor intelectual inexistente, las diversas investigaciones periodísticas y judiciales, los discursos del mismo Colosio, la cultura del esfuerzo y ver un pueblo con sed de justicia, para recordarlo. Lo sucedido al padre explica la fama del hijo. La gente es sensible y solidaria en este tipo de casos, no es para menos. Cuando mataron a su padre era un niño y niño cuando su madre fue víctima de cáncer. Huérfanos él y su hermana desde la infancia. No les faltó el cariño de la familia, tampoco el financiamiento y manutención del empresario Ricardo Canavati Tafich. Una vez adulto, Colosio se ocupó en recabar información sobre su padre, sobre su madre. Averiguar quiénes fueron realmente los amigos e identificar quiénes se colgaron de la tragedia para satisfacer intereses personales. No es casual ni gratuito el rechazo al partido en el que militó su progenitor. Hasta ahora su popularidad se la debe a su padre. Es cierto que no es improvisado, tiene formación académica, ha construido su trayectoria y entorno, nada más que de no ser por su nombre y apellidos, no hubiera llegado a ser diputado local ni alcalde de Monterrey, una de las ciudades más importantes del país. Lo sabe. Lo que tiene y ha logrado no sería suficiente para aspirar a ser candidato a la presidencia de la República. Le falta experiencia y equipo humano, encontrar a quienes realmente serían útiles para emprender una misión de ese tamaño. Descubrir quienes están a su lado por vocación de servicio y no solo para tratar de enriquecerse en la política. El tiempo dirá si consigue el sueño de su padre, ser presidente de México. Por ahora, está justificado que decline competir para 2024, es muy joven y le falta experiencia administrativa. También ha dicho que no quiere ser factor que divida a la oposición. De sus justificantes, para hacerse a un lado de la competencia del próximo año, el que más peso tiene es la responsabilidad de padre, la responsabilidad con sus hijos. El convivió pocos años con sus papás. Su padre más interesado en ser candidato presidencial y su madre atrapada por el cáncer que acabó con su vida. Luis Donaldo quiere que los hijos crezcan a su lado, quiere disfrutarlos, guiarlos. Para él la familia es primero. El mejor argumento para descartarse de la sucesión presidencial.