Beisbol y elección presidencial

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Digan lo que digan las encuestas, la elección presidencial de julio no está resuelta. Hay quienes ya han repartido el pastel. Las posiciones de gabinete. El puntero parece inalcanzable. Sin embargo, como aficionado al beisbol, sabe muy bien que no se puede ni debe cantar victoria en tanto no caiga el último “out” del juego.

Todavía, como dicen en el argot beisbolero, ni siquiera es juego legal de cuatro entradas y media. No ha caído ni la primera entrada, porque oficialmente las campañas no han empezado. Falta terminar la etapa de precampañas. Así que, en este momento, no hay nada para nadie. Recuerden que la séptima entrada es la llamada fatídica, cuando despierta la batería de alguno de los equipos o da señales de cansancio el brazo del lanzador que tiene ventaja en la pizarra. Más vale que el público no se salga del parque o estadio, porque el juego no ha empezado. Hay afinación de estrategias, cambios de bando, envío de señales equivocadas, recriminaciones, refuerzos inesperados y reafirmación de lealtades.

Una vez que concluya la precampaña, estarán definidas las posiciones para el arranque de la campaña. Todo indica que el actual puntero, se mantendrá en el mismo sitio. Lo que faltaría por definir, sería el segundo lugar, con la misión de darle alcance al primero y vencerlo. No es tarea sencilla ni fácil, pero hay que observar lo siguiente, la coincidencia que existe entre las dos coaliciones que quieren recuperar terreno en la competencia.

Ambas rechazan al que ya fue vencido en dos ocasiones, en el 2006 y en el 2012. En el 2006 por una mínima diferencia  (.56 %) con Felipe Calderón. En el 2012, por un margen mayor (6.5 %) con Enrique Peña Nieto. Ninguno de los dos bloques y todos los intereses que representan, políticos, sociales y económicos, desean ver sentado en la silla presidencial a Andrés Manuel López Obrador. El principal temor es cobro de cuentas, la revancha.

Para ellos la prioridad es que no llegue el tabasqueño. Estarían dispuestos a sumar fuerzas para impedirlo. ¿Cómo? El que termine en segundo lugar en la precampaña, contaría con el apoyo de la otra coalición. Lo que se conoce como el voto útil. Si sumas el porcentaje de preferencias de los partidos que integran las dos coaliciones, sería suficiente para conseguir el objetivo.

Lo que te digo no es que en automático todos los militantes y simpatizantes de seis partidos vayan a votar por un mismo candidato. No. Tampoco sería una acción obvia y burda. Respondería a una estrategia debidamente estudiada y calculada, en la que no tienen cabida ni dudas ni errores, porque el más mínimo error, abriría las puertas al escenario que no desean.

El juego de beisbol es de nueve entradas, aquí no habría entradas extras o “extrainings”, porque en México no existe segunda vuelta electoral. Por eso está en marcha la estrategia contra el puntero.

Arturo Zárate Vite

 

 

Maestro en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Titulado con mención honorífica.

Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal.

Más de cuatro décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político.

Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio.

Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.