El PRI y sus documentos básicos

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A estas alturas Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del Partido Revolucionario Institucional, está más curtido que cualquiera de los que ahora impugnan los documentos básicos del tricolor.
Ha exhibido en muchos episodios su capacidad de resistencia. ¿Qué no estaban a punto de hacerle juicio político y fincarle responsabilidad penal por enriquecimiento explicable o inexplicable? ¿Qué no fue el que dijo que a los periodistas hay que matarlos de hambre y más de un comunicador no se dio por enterado? ¿Y los videos y audios que reveló la gobernadora de Campeche Layda Sansores en contra del famoso "Alito"? ¿Y las notas principales que le ha dedicado el diario Reforma sobre su riqueza?
Moreno Cárdenas sigue tan campante, sin dejar de replicar o defenderse.
No solo eso, el dirigente del PRI tiene armada una estructura partidista a su imagen y semejanza.
Ahora el tema son los documentos básicos y la decisión de Moreno Cárdenas para hacer efectiva su reelección.
¿Qué no afirmaba la disidencia encabezada por ex dirigentes nacionales de dicho partido que Alito concluiría su periodo y tenía que irse antes de las elecciones del presente año?
Alejandro Moreno prolongó su mandato, se inscribió en el primer lugar de la lista de plurinominales para llegar al Senado (tampoco nadie protestó porque se diera esa posición privilegiada y se asegurara el escaño para no perder el fuero cuando deje de ser diputado) y tiene todo listo para mantenerse en la presidencia del Revolucionario Institucional.
Y si así lo quiere y le conviene, será el coordinador de la bancada de su partido en el Senado.
¿A poco creen que le va a dejar la coordinación a uno de los disidentes?
En materia de documentos básicos, la base legal para que Moreno Cárdenas se salga con la suya, quienes se han inconformado y han llevado el caso ante las autoridades electorales, pronto demostraron que no están acostumbrados a ir contra corriente. Fueron al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación cuando primero tienen que pasar por el Instituto Nacional Electoral (INE).
Están en este momento en el INE, en los alegatos de oídas, con la esperanza de que prosperen sus quejas.
¿Cuántos son los priístas que no quieren a Moreno Cádenas?
Hasta ahora solo ex dirigentes nacionales han dado la cara. Ex dirigentes que no tienen base o militancia que los siga. Dentro del partido, la corriente mayoritaria está con su líder.
Seguramente Alito se aseguró que los cambios a los documentos básicos de su partido se ajusten a las leyes electorales y, en el supuesto de que el INE le diga que tiene que hacer alguna corrección, la hará con el apoyo de los cuadros que lo admiran y veneran.
Alejandro Moreno rebasó a sus maestros, de los que aprendió a tomar decisiones y conseguir acuerdos por abajo y por arriba de la mesa. Se rodeó de cuadros jóvenes y leales, a los que tiene cautivados. Los veteranos que militan en el tricolor se conforman con el manto protector del impetuoso dirigente; saben que no les queda otra y no quieren correr ningún riesgo.
Cuenta con el apoyo de Don Augusto Gómez Villanueva (94 años), el veterano más veterano, actual diputado y con una trayectoria que confirma que en el PRI siempre ha estado con el ganador.
Por lo pronto, Alito tiene boleto para seis años de senador y su liderazgo partidista todavía no tiene fecha de caducidad.

Arturo Zárate Vite

 

 

Maestro en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Titulado con mención honorífica.

Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal.

Más de cuatro décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político.

Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio.

Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.