Nuevas reglas en casa

Ciudad de México
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A más de un mes de que se decretó la emergencia sanitaria por el Coronavirus, las reglas han cambiando en casa, ahora cada quien hace su desayuno y su cena, en las comidas la responsabilidad es compartida; las compras de la despensa también se deciden en equipo.
Prevalece el diálogo, no hay quien pretenda imponer algo y mucho menos actuar como dictador o dictadora o que todo se haga como quiere uno de los integrantes de la familia.
En el hogar, prevalece el consenso, el respeto, convencimiento y entendimiento, lo que no significa ausencia de diferencias o de discusión; también hay desacuerdos y se alza la voz. No hay familias perfectas, como la sociedad tampoco es perfecta ni su gobierno.
Nada de que la voz mayoritaria la tiene el proveedor porque es el origen de los recursos o de que la casa es una zona que corresponde controlar a la madre porque ella es la que regularmente ha dispuesto lo que se hace al interior.
También hay fake news, noticias falsas dentro de casa, generadas por el seguimiento que se le da a lo que se divulga en redes sociales, sin tomar en cuenta si se trata de fuentes confiables. Versiones que llegan a crear sobresaltos o alarmas desmedidas.
“¡Se va a acabar el mundo, nos vamos a morir todos!”, expresión de doña Carmen derivada de la lectura en su Tablet. Despertó y lo primero que hizo fue revisar las “novedades”. No aguantó el llanto y con angustia en su rostro, soltó su temor ante la familia.
Pronto los comentarios tranquilizadores de quienes la habían escuchado. No se puede creer todo lo que aparece en las famosas redes sociales, salpicadas de amargura y mentiras.
Doña Carmen es la señora de la casa en una familia de cuatro personas, los padres y dos hijos, que por la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19, ajustó reglas, en la austeridad, crisis económica y medidas determinadas por la autoridad para enfrentar al virus.
Lo más valioso y apreciado por el cuarteto es que las decisiones se toman por consenso. Hay cambios de conducta espontáneos, en beneficio de la comunidad y la convivencia. Nadie se siente soberano ni tocado por la divinidad. La realidad obliga a ubicarse, no perder el piso.
Sorprende que uno de los hijos resolvió que su contribución sería hacerse cargo del área de lavado; otro asumió la responsabilidad de ir por la despensa; compartida la limpieza del baño, además del aprendizaje intensivo del uso de la escoba y el trapeador. Los padres ocupados en el manejo financiero, en medir gastos pero sin llegar al extremo de quitar o reducir programas básicos o derechos establecidos en la Constitución.
En casa cada uno lava sus platos.

Arturo Zárate Vite

 

 

Maestro en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Titulado con mención honorífica.

Se ha desempeñado en diversos medios, entre ellos, La Opinión (Poza Rica, Veracruz) Radio Mil, Canal 13, El Nacional, La Afición y el Universal.

Más de cuatro décadas de experiencia, especializado en la información y análisis político.

Ejerce el periodismo desde los 16 años de edad.

Premio Nacional de Transparencia otorgado por la Secretaría de la Función Pública, IFE, Consejo de la Comunicación, Consejo Ciudadano por la Transparencia e Instituto Mexicano de la Radio.

Su recurso para la protección de los derechos políticos electorales del ciudadano logra tesis relevante en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el fin de conocer los sueldos de los dirigentes nacionales de los partidos.

Además, ha sido asesor de la Dirección General del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Coordinador General de Comunicación y Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Autor del libro ¿Por qué se enredó la elección de 2006, editado por Miguel Ángel Porrúa.