El financiamiento a los partidos políticos es tema que está de nuevo en el debate y pareciera irreversible la decisión de reducir el monto que se destinaría para el próximo año.
De acuerdo con el anteproyecto del Instituto Nacional Electoral (INE), la cifra estimada para el gasto de los siete partidos ascendería a 5 mil 239 millones mil 651 pesos. Incluye actividades ordinarias, actividades específicas, franquicias postales y franquicias telegráficas.
Ha sido el propio presidente Andrés Manuel López Obrador quien ha sugerido que la bolsa se reduzca 50 por ciento.
Yeidckol Polevnsky, dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha dicho que el descuento puede ser hasta del 75 por ciento.
El monto de la reducción no se debe de hacer al gusto de nadie, porque no vaya a resultar que lo barato salga más caro. Primero, recordar porqué los partidos disponen de dinero público.
Los recursos para el financiamiento tienen como finalidad desalentar la tentación de recurrir a dinero indebido o de origen dudoso. Evitar que cualquier persona o grupo, lícito o ilícito, controle o se adueñe de los partidos. Es la razón de origen.
Sin embargo, también es cierto, que el gasto, hasta ahora, ha sido excesivo, sobre todo al ver los resultados de la política. Lo que se ha pagado con dinero de los impuestos, no corresponde a los beneficios. Las condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos no se han visto favorecidas como se quisiera, cada vez hay más pobres en México.
Es decir, lo que han hecho quienes militan en partidos y han llegado al poder, a gobernar el país, los estados y municipios, está muy lejos de tener satisfecha a la sociedad.
Por eso, seguro que si le preguntan a la gente cuánto se le debe dar del erario a los partidos políticos, la respuesta probablemente unánime sería que cero pesos y cero centavos, nada.
Es obligado revisar el tema y hasta considerar terminar con el financiamiento público, encontrar formas para que los partidos se hagan de recursos, sin violar la ley ni entregarse a la delincuencia.
De ser necesario, ajustar los candados legales para que se castigue con la eliminación de candidatos y la pérdida del registro, para siempre, al partido, que se atreva a recibir dinero mal habido o que tenga fines contrarios a la equidad que debe caracterizar la competencia política.
Para empezar, cuidar que lo que se haga, no sea a capricho de nadie.
¿Cero centavos a partidos?
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