Le apuntaron con un revolver en la cabeza y le quitaron el automóvil.
En cuestión de minutos la policía logró recuperar la unidad pero nada de los delincuentes.
Sucedió en la ciudad de México, a dos cuadras del Centro Cultural Helénico, en San Ángel.
Casi media noche cuando sonó el teléfono de la casa, el pasado viernes 21 de febrero.
Crucé los dedos y respiré profundo, porque en ese horario las llamadas telefónicas no son usuales.
Era la voz de uno de mis hijos, el mayor.
-Me asaltaron, a mano armada, me robaron el auto.
-¿Estás bien?
-Sí bien, no te preocupes, ya están aquí varias patrullas.
-¿Dónde estás?
-Por la avenida Revolución
-¿Ibas sólo?.
-Con una amiga.
-Sí, bien, no te preocupes. Vamos a levantar el acta, fueron dos delincuentes, nos apuntaron a la cabeza. También llamé a la aseguradora.
-Procuré mantener la calma. Te alarmas pero no te sorprendes, son los riesgos de la inseguridad en una zona metropolitana como la nuestra.
-Conversamos lo necesario para saber donde se encontraba y acudir en su auxilio.
Lo fundamental era que estaban sanos y salvos, él y su amiga.
A los 20 minutos una segunda llamada telefónica de mi hijo.
-Ya encontraron el auto, está en la calle Felipe Ángeles esquina Canarios, colonia Tolteca. Vamos para allá en una patrulla. Trae el duplicado de la llave.
Me parecía increíble, en cuestión de minutos lo habían localizado.
Los delincuentes lo dejaron en un a calle oscura y de cero tránsito nocturno. Se llevaron una computadora, un teléfono, una bufanda y cargadores de teléfonos celulares.
Según uno de los policías, mi hijo se jugó la vida, porque durante el asalto tuvo la osadía de esconder su celular; de haberlo visto uno de los delincuentes, lo más probable es que le hubieran dado un balazo.
Como conservó el teléfono, pronto habló al 060 y dio los pormenores de lo sucedido; es lo que permitió a la policía de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal boletinar las características de la unidad y en minutos ubicarla.
-La abandonaron aquí para que “se enfriara”, así operan, al día siguiente vienen y se la llevan para desvalijarla –comentó otro de los uniformados.
Participaron las patrullas P4331, P4306 y P4377, entre otras, de la delegación Álvaro Obregón.
El policía segundo Gabriel López Ramírez, placa 827923, de la patrulla 4331 tuvo la atención de darnos las explicaciones del caso y custodiarnos hasta la casa.
Pasó el susto, gracias a Dios mi hijo puede platicar esta indeseable experiencia.
Los delincuentes deben de estar preparando el siguiente asalto.
En minutos policía recupera automóvil
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