El cuidado del cortometraje es milimétrico, cada segundo aprovechado, con gestos y palabras que dan vida a una historia de humor negro que juega con la realidad y la ficción.
Se inspiró en una noticia de ladrones que el director y guionista Carlos Alcocer retomó de uno de los diarios de la ciudad de México.
Hasta los actores invirtieron sus ahorros para hacer esta cinta, titulada La mejor oferta. Quieren verla premiada. Participará en el próximo Festival Internacional de Bogota 2015.
La adaptada sala de cine de la Pulquería Los Insurgentes en la colonia Roma registró lleno. Hubo necesidad de agregar sillas.
Pre-estreno de un corto bien hecho.
Su estreno internacional, pronto, en el festival colombiano.
Divierte, provoca risas, su esencia es violenta, sin que corra la sangre y sin que nadie salga golpeado. Los delincuentes exhiben las armas de fuego pero nunca son disparadas. Recurren al lenguaje áspero y a las esposas para intimidar e inutilizar a las víctimas.
Se da la traición entre los rateros y, una extraña empatía, del que se queda con las ganancias de la repetida venta de un auto, con la principal víctima, porque la hace partícipe del botín.
Ficción que también justifica que los ladrones se ocupen de atender el juego Pumas-América que se transmite en la televisión que se encuentra encendida en la casa donde se desarrolla la trama.
En la vida de hoy, no se preocuparían del futbol y mucho menos de darle su parte a la víctima.
Cuando llegué a la pulquería ya no había lugar, me tocó periquera y en galerías. Desde ahí veía el ánimo de la concurrencia, había expectación por la película. Conversaciones sobre nuevos proyectos o participaciones en otros espacios de arte, rostros jóvenes y maduros.
El director, Carlos Alcocer, estaba feliz, contento, emocionado con su cortometraje, complacido con la sala completa. Caminaba y se paseaba entre la sillería, saludaba a sus conocidos y amigos.
Cuando se apagaron las luces y empezó la proyección, se acabó el murmullo, automático el silencio, todos clavaron la mirada en la pantalla. Cero distracciones, nada de ruido, ni de los que se refrescaban la garganta ni de los que comían alguna botana.
Parecía que hasta contenían la respiración, para no perder detalle, cada minuto del corto.
Un historia de cine tejida a mano con patrocinio colectivo, un trabajo profesional, meticuloso, no puede ser de otra en un filme que dura minutos, si se quiere hacer diferencia y suspirar por los premios. El reconocimiento fue unánime. Comentarios elogiosos en ese foro etílico.
Igual de unánime el aprecio que artistas y director hicieron público para su maestro y amigo Luis Mandoki, al que le atribuyen lo que han aprendido para actuar y hacer cine de calidad.
¿Mensaje del cortometraje?
Pumas 3 América 2.
¿Ficción o realidad?
Pumas 3 América 2
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